M¨²sica y vida
La m¨²sica es frecuentemente una aliada del lenguaje cinematogr¨¢fico, y, sin sus notas, bastantes secuencias magistrales perder¨ªan casi todo su atractivo. No es raro, po r otra parte, que muchos compositores vean el cine, casi exclusivamente, como un simple medio de registrar la ejecuci¨®n de una determinada partitura, con las Im¨¢genes asociadas secundariamente al sonido de los instrumentos. Cuando se supera ese estadio meramente reproductor y difusor, y la banda sonora busca unos v¨ªnculos m¨¢s estrechos con la de im¨¢genes, ya nos encontramos en otra dimensi¨®n superior que exige la creaci¨®n de una determinada correspondencia entre ambos sistemas expresivos.El maestro de m¨²sica (Le ma?tre de musique) es una obra cinematogr¨¢fica interesante y arriesgada que no se conforma con unir ambos segmentos, sino que aspira a conjuntarlos creativamente en un universo est¨¦tico donde la m¨²sica es tan importante o m¨¢s que la vida misma.
El maestro de m¨²sica (Le ma?tre de musique)
Direcci¨®n: G¨¦rard Corbiau. Int¨¦rpretes: Jos¨¦ van Dam, Anne Roussel, Philippe Voleter, Sylvie Fennec. Gui¨®n: G¨¦rard Corbiau, Andr¨¦ Corbiau, Patrick Iratni, Jacqueline Pierreux y Christian Watton, sobre un argumento original de Luc Gabon. Producci¨®n: RTV Belga K-2 One. Estreno en Madrid: cine Renoir. Versi¨®n original.
Primera pel¨ªcula
Es la primera pel¨ªcula de un joven director belga, empe?ado en evocar un clima de una especial intensidad art¨ªstica que nace del af¨¢n de transmitir el noble arte de los sonidos y de la dificultad de lograr una disciplina austera en la que todos los recursos humanos se encaminen a lograr ese objetivo, sacrificando cualquier otra aspiraci¨®n, por muy noble que sea.Corblau nos demuestra una sorprendente madurez y consigue hacernos participar en el desaflo musical entre el bar¨ªtono Dallayrac y el pr¨ªncipe Scotti. Nos sentir¨ªamos tentados a hablar de decadentismo, de una clara subordinaci¨®n de los valores visuales y decorativos a la consecuci¨®n de un clima marcado por la exasperaci¨®n de los adornos, el peso del decorado, si no fuese porque el nuevo director no se detiene s¨®lo en ese aspecto, porque persigue un ideal m¨¢s noble y arm¨®nico: mostrar en la pantalla las complejas relaciones entre esos dos enemigos, unidos, a su pesar, por un ideal est¨¦tico que les ha impelido a renunciar a todos los valores de la existencia.
El maestro de m¨²sica contiene abundantes fragmentos sonoros escritos por grandes maestros -Bellini, Mahler, Schubert, Verdi, Offenbach, etc¨¦tera- pero nunca las escenas se construyen exclusivamente para subrayar el placer de la partitura por s¨ª misma, sino que las composiciones musicales se ajustan a una acci¨®n dram¨¢tica exigente en la que los personajes est¨¢n vivos por y para la m¨²sica. Existe una simbiosis especial, por tanto, entre los sonidos y la vida, y en esa relaci¨®n permanente y fecunda se encuentra, a mi modo de ver, una de las claves de esta pel¨ªcula inteligente y llena de recovecos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.