Les Luthiers y la plusmarca mundial
El problema de poner el list¨®n muy alto de repente es que despu¨¦s ya se pueden dar el¨¢sticos saltos y componer meritorias piruetas que habr¨¢ gente que no perdone que se caiga la barra. Principalmente, los jueces de pista. Esto les pasa a Les Luthiers por haber comenzado sus apariciones en Madrid, hace a?os, con una plusmarca mundial. Ahora no han batido su propio r¨¦cord.Pero lo que nos hemos re¨ªdo.Los jueces de pista acudieron el viernes al estreno de este grupo argentino de humor y m¨²sica. Los estrenos re¨²nen a mucha gente invitada, a personas que acuden obligadas por cuestiones de trabajo y a eluda danos ocupados que aprovechan este tipo de actos para saludar a los amigos. Es decir, se trata de un p¨²blico m¨¢s fr¨ªo que el habitual de los siguientes d¨ªas de actuaci¨®n; son los jueces de pista, que aplican sus aplausos cron¨®metro en mano.
Les Luthiers
El re¨ªr de los cantares.Teatro Alcal¨¢, de Madrid. Del 16 de febrero al 11 de marzo.
P¨¦rdida de brillantez
Quien acuda as¨ª, con esp¨ªritu de an¨¢lisis y cr¨ªtica, se divertir¨¢, como ocurri¨® el viernes. Pero va a comprobar que el espect¨¢culo de Les Luthiers ha perdido brillantez y originalidad. En realidad, no deja de ser l¨®gico pues todo artista tiene cierta obligaci¨®n de repetirse a s¨ª mismo, porque el p¨²blico espera reencontrarse con aquello que le gust¨® de la ¨²ltima actuaci¨®n.Los n¨²meros que presenta el grupo argentino son ahora menos musicales que en anteriores ocasiones, y predominan los textos. (Tal vez haya influido en esto la salida de Ernesto Acher arquitecto, compositor, clarinetista, que prefiri¨® hace tres a?os dedicarse a la m¨²sica seria). Es en esa p¨¦rdida de basamento musical donde la originalidad de Les Luthiers se resiente m¨¢s, puesto que ellos hab¨ªan logrado una combinaci¨®n ¨²nica en el espect¨¢culo: la buena m¨²sica de humor; con textos y partitura de calidad, con depuradas t¨¦cnicas instrumental y vocal. El reir de los cantares, el montaje estrenado el viernes en Madrid, tiene m¨¢s de reir a secas que de cantares. Por m¨¢s que el reir a secas tenga mucha gracia.
El nuevo espect¨¢culo recibir¨ªa elogios un¨¢nimes si fuera el primero. O al menos el primero que presentaran en Espa?a. Pero no lo es, y resulta f¨¢cil a?orar, por ejemplo, el montaje que ofrecieron en 1981 (Luthier¨ªas), o el de 1983 (Mastropiero que nunca). Hay que agradecerles, eso s¨ª, que resistan la tentaci¨®n y no caigan en el recurso f¨¢cil de repetir montajes antiguos. En este programa s¨®lo recuperan El poeta y el eco, una escena genial que pertenece a Luthier¨ªas, pero retocada ahora notablemente.
Para incondicionales
Cumplido con ¨¦xito el tr¨¢mite de los jueces implacables, el p¨²blico en general que acuda en los d¨ªas sucesivos con ¨¢nimo de divertirse, despu¨¦s de haber esperado alguna hora en la cola de la venta anticipada, no tiene por qu¨¦ temer. Les Luthiers no van a defraudarles. Simplemente, les sorprender¨¢n un poco menos; pero les sorprender¨¢n y les har¨¢n reir. Los incondicionales de Les Luthiers pueden seguir contentos. Los amigos novatos a quienes hayan arrastrado esta vez al teatro se lo van a agradecer. Van a carcajearse, a admirarles, a moverse con su m¨²sica a ritmo de jazz o a gozar con su depurada conjunci¨®n de voces al estilo coral. Dominan todos los g¨¦neros musicales, conocen el ritmo de la risa, administran sabiamente el ingenio, y parecen buena gente. Los jueces de pista no debieran quejarse mucho. El list¨®n no ha sido superado pero el espect¨¢culo es magn¨ªfico. No todos los d¨ªas se logra el r¨¦cord mundial.
Babelia
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