Al sereno
El d¨ªa en que Franco muri¨® -para el general bien com¨²n- romp¨ª mi carn¨¦ oficial de Prensa. Si, como periodista, nada humano me debe ser ajeno, tampoco nada me es m¨¢s lejano que el corporativismo.El celebrado escritor Juan Benet, en su DNI ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, public¨® el pasado d¨ªa 17 en EL PAIS un art¨ªculo titulado La Serena.
Roto el dique de la mesura, Benet -salido de cauce- se abalanza contra los periodistas a los que nos moteja de energ¨²menos, ignorantes de turno, voceras y otras lindezas. Su incontinente riada de insultos se lleva tambi¨¦n por delante a todos los medios de comunicaci¨®n, al no haberse hecho eco suficiente de la inauguraci¨®n de la presa de La Serena. Benet dixit: "( ... ) parece fuera de toda duda que los sujetos predilectos de los medios de comunicaci¨®n son las crisis, los esc¨¢ndalos y los trapos sucios". Y a?ade: "La presa de La Serena es, con todo, la mayor realizaci¨®n espa?ola en el campo de las obras hidr¨¢ulicas desde la construcci¨®n del trasvase Tajo-Segura".
Tiene toda la raz¨®n Benet en el caso concreto de La Serena. Pero en este punto agota su discurso racional. A rengl¨®n seguido enchufa su ventilador al esti¨¦rcol para emporcar a todos los peri¨®dicos y periodistas.
Cierto es que en estos cuatro o cinco ¨²ltimos a?os una parte de los medios de comunicaci¨®n reflejan la adoraci¨®n al ¨¦xito y al becerro de oro entronizado por nuestra sociedad. Cierta la evidente mutaci¨®n del culo por las t¨¦mporas y del coraz¨®n por bragas y braguetas. Mas, persona tan le¨ªda y escribida como Benet deber¨ªa conocer que en Espa?a la Prensa de mayor difusi¨®n es la de calidad. (A diferencia de la mayor¨ªa del resto de los pa¨ªses comunitarios, donde prima el arriarillismo.)
Acusa tambi¨¦n Benet a la Prensa de ser "culpable de mantener al p¨²blico en la ignorancia" sobre las obras hidr¨¢ulicas y Ilculpable de preservar la falaz vinculaci¨®n de los embalses a la ¨¦poca franquista y no desmontar de una vez tan necia leyenda". Pues bien, durante 1984-1985, en estas p¨¢ginas de EL PA?S, escrib¨ª una larga serie de art¨ªculos sobre la ley de Aguas y la pol¨ªtica hidr¨¢ulica. Uno de ellos se titulaba (cito de memoria pues no guardo todos mis modestos escritos): "El PSOE desempolva la olvidada pol¨ªtica de los embalses". En cuanto a culpables, b¨²squelos Benet en los pol¨ªticos. En otro art¨ªculo -publicado adrede el 18 de julio de 1988-, bajo el t¨ªtulo de Las obras p¨²blicas en el paro, escrib¨ª "Los sucesivos ministros de Obras P¨²blicas de la democracia parecen haber confundido laforma (el talante fara¨®nico de las inauguraciones y la propaganda de la dictadura con elfindo: la absoluta necesidad de dotar al pa¨ªs de las infraestructuras imprescindibles para ser fundamento y motor de su desarrollo y bienestar social".
Ante la construcci¨®n de La Serena me descubro, pero s¨®lo a niedias de momento. Dentro de alg¨²n tiempo veremos en qu¨¦ quedan las millonarias cifras que- usted da. Comprobaremos si se irrigan tantas hect¨¢reas como ahora se proclaman, si sirve para crear riqueza justamente distribuida en esa maltratada y medievo-latifundista Extremadura, o se queda en un neo-Plan Badajoz.
Esperemos tambi¨¦n que sea algo m¨¢s racional La Serena que su admirado trasvase Tajo-Segura. Acueducto del que todav¨ªa no se sabe su coste ni por aproximaci¨®n. Olvidemos que su obra de f¨¢brica se hizo para trasvasar 1.000 millones de metros c¨²bicos anuales de agua y no canaliza al a?o ni el 20% de las previsiones. Corramos un est¨²pido velo sobre los sucesos habidos en la perforaci¨®n del t¨²nel del Talave (suma de imprevisiones e incompetencias ingenieriles). Echemos en saco roto las expropiaciones realizadas casi manu militari. No mentemos siquiera las promesas (escritas y rubricadas oficialmente) de compensar en derecho y justicia a los hombres y las tierras a las que se detra¨ªa el agua: La Mancha, Castilla y Le¨®n y Extremadura.
Claro es que su pleites¨ªa por el Tajo-Segura acaso se explique si se tiene en cuenta que usted hace a?os que acaricia la idea de hacer un nuevo travase, tambi¨¦n desde el ya sangrado Tajo al Guadiana... ante el "estupor admirativo" de sus colegas.
Los periodistas, para Benet, somos unos "energ¨²menos, [que] con una preparaci¨®n de media hora para escribir su columna" pontificamos y aleccionamos. Somos culpables de toda suerte de calamidades y "de mantener al p¨²blico en la ignorancia".
Graves pueden ser los errores de Prensa y periodistas. Enciclop¨¦dica nuestra ignorancia. (Ya sabe usted el chiste: Conversan dos personas y una dice: "No somos nadie", a lo que la otra contesta: "Eso lo ser¨¢ usted, porque yo soy ingeniero de Caminos".)
Acaso Prensa y periodistas sean compendio de todos los males, pero nuestros errores no dejan a pueblos enteros sin hogar, no fuerzan expropiaciones con ayuda de tanquetas, gases, fusiles y maltratos. Nuestros fallos (por dedicar s¨®lo media hora a perge?ar un art¨ªculo) no implican obras mal calculadas, proyectadas o ejecutadas (tras sesudas y agotadoras jornadas de trabajo).
Pero... miles de "puntos negros" en nuestra red viaria (aun en las m¨¢s recientes y sofisticadas carreteras, autov¨ªas y autopistas, como la M-30, ya conocida como el "anillo de la muerte") son causa directa de centenares de muertes cada a?o. (Por trazado deficiente o inadecuado, mala peraltaci¨®n, deficiente construcci¨®n, mala se?alizaci¨®n horizontal y vertical, etc¨¦tera.)
Mas si usted quiere referirse tan s¨®lo a obras hidr¨¢ulicas, cada a?o decenas de personas (por no hablar de da?os materiales) se ahogan debido a la excelente canalizaci¨®n y regulaci¨®n de r¨ªos y ramblas. Acaso recuerde usted las decenas de muertos que caus¨® el derrumbe de la presa de Ribadelago. Y m¨¢s fresca tendr¨¢ en la memoria la rotura de la de Tous y su secuela mort¨ªfera.
Los hechos son muy tercos. ?Le recuerdo la presa de Mequinenza? Aquel inmenso boquete en su estribo derecho. A?os de obras para reforzar su base porque se ven¨ªa abajo. Miles de miHones de coste para remendar la chapuza de la entonces mayor presa de Espa?a, (sin contar las alarmas oficiales para evacuar las poblaciones de aguas abajo).
?Mencionamos la de Besande? ?Hablamos de las aterradas que minusvaloran su uso? ?Hacemos memoria de los sustos provocados por las de Valdeca?as Susqueda o La Barca?
El mejor escribano echa un borr¨®n. Eduardo Torroja, acaso el m¨¢s afamado ingeniero de Caminos espa?ol, proyect¨® -?lo recuerda?- la presa de Canelles (una de las m¨¢s altas, en su d¨ªa, 1959, de Europa) -como usted sabe sin duda-, que iba a servir como presa de regulaci¨®n de todo el sistema de saltos hidroel¨¦ctricos del Ribagorzana. Al fallar caus¨® la ruina de la racional explotaci¨®n de esos recursos. ?Cu¨¢ntos miles de millones de pesetas nos ha costado ese borr¨®n de Torreja? (Porque la empresa explotadora -ENHERes nacional y, por tanto, su dinero es de todos los espa?oles.
Una simple an¨¦cdota final: cuando las aguas del r¨ªo Ebro comenzaban a ser represadas por el embalse de Ribarroja, los vecinos del pueblo de Fay¨®n -que iba a ser cubierto por las aguas- se opon¨ªan tenazmente a abandonarlo, pese a la presencia conminatoria de la Guardia Civil. El entonces presidente de ENHER, tras ordenar cerrar las compuertas de Ribarroja, dijo: "No hay que preocuparse, ya desalojar¨¢n el pueblo cuando el agua les moje el culo".
Usted, Benet, se desata en rayos y centellas por el escaso eco que ha tenido en la Prensa la inauguraci¨®n de la magna presa de La Serena. Otros (acaso simples demagogos) tambi¨¦n seguimos con inter¨¦s todas las obras que tengan un general beneficio para el pa¨ªs, pero no despreciamos el alto coste -a veces innecesario- que implican socialmente. Junto a la loa por La Serena, tambi¨¦n entonamos la triste canci¨®n de los que se quedan "al sereno".
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