Templarios reunidos en Portugal piden el reconocimiento del Vaticano

Alrededor de 80 caballeros templarlos, oriundos de 11 pa¨ªses europeos, de Estados Unidos, reunidos en congreso en Faro, en el Algarve, portugu¨¦s, han solicitado del Vaticano, mediante una petici¨®n dirigida al cardenal patriarca de Lisboa y al nuncio apost¨®lico en la capital portuguesa, el reconocimiento legal de la orden. Se trata, seg¨²n el actual gran maestre y pr¨ªncipe regente, Fernando Campello Pinto Pereira de Sousa Fontes, de reparar la injusticia cometida por el papa Clemente VI en 1314, por instigaci¨®n del monarca franc¨¦s Felipe el Hermoso, y que llev¨® a la extinci¨®n de la orden, a la excomuni¨®n y a la muerte en la hoguera de m¨¢s de 2.000 templarios.Fernando Campello se considera el 51? gran maestre de la orden, y sucedi¨® en 1960 a su padre, que ocupaba el cargo (vitalicio) desde 1943. Doce nuevos caballeros (dos belgas y 10 portugueses) recibieron la investidura el s¨¢bado pasado en la catedral de Faro, y uno de los objetivos del c¨®nclave fue la modificaci¨®n de los actuales estatutos, que datan de 1947 y que atribuyen a la instituci¨®n la finalidad de practicar "actos de misericordia, beneficencia y caridad".

El Ordo Supremus Militari Templi Hierosolymitani, funda do hace 870 a?os para "guardar y defender el templo de Jerusal¨¦n", y cuyo lema es "instituir en la tierra el Reino de Dios", quiere "adaptarse a los tiempos modernos", a?adiendo a sus cometidos "acciones en defensa de la paz y de la justicia social". Hasta ahora exclusivamente constituida por miembros de la Iglesia cat¨®lica romana, la orden admite tambi¨¦n la posibilidad de aceptar en sus rangos a cristianos de otras confesiones e incluso fieles de otras religiones monote¨ªstas.

Los templarios han entrado en la leyenda, y desde la ¨¦poca rom¨¢ntica han excitado la imaginaci¨®n de los autores de obras, m¨¢s o menos esot¨¦ricas, centradas en la b¨²squeda de un fabuloso tesoro, espiritual para algunos, pero de oro, joyas y obras de arte, para la mayor¨ªa.

Portugal, y m¨¢s precisamente los alrededores de la casa madre de la orden, el convento de Cristo de Tomar, han suscitado el mayor inter¨¦s por parte de todos aquellos que buscaban el m¨ªtico tesoro de los templarios. Esta preferencia se justifica por el hecho de que en la ¨¦poca de la gran persecuci¨®n muchos templarios se refugiaron en Portugal, optando el monarca portugu¨¦s por entregar todo su patrimonio a la orden de Avis, ligada a la corona.