La exigencia rigurosa de Ros-Marb¨¤

Suele obligarse Antoni Ros-Marba a programas de dificil empe?o, y lo ha vuelto a hacer la pasada semana al abordar la versi¨®n de concierto de P¨¦lleas et M¨¦lisande, una de las grandes consecuciones de Claudio Debussy a partir de un concepto nuevo del drama musical derivado y enaltecedor del texto de Maeterlinck, pero tambi¨¦n una de las partituras m¨¢s delicadas de preparar y resolver con buen tino.Ros-Marb¨¢, al frente de la Sinf¨®nica de RTVE y un equilibrado conjunto de solistas, muy integrados en el mensaje debussyano, ha logrado mil maravillas con esta pieza que tanto impresion¨® a todos cuando su estreno en la Opera C¨®mica de Par¨ªs, el a?o 1902, y cuyo temple art¨ªstico parece confirmar la teor¨ªa orteguiana sobre las obras art¨ªsticas radical y permanentemente impopulares.

Cu¨¢nta belleza en la interior?zaci¨®n del drama, expuesto guardando las distancias, cual asombrosa joya cuyo intenso brillo nos acompa?a por mucho tiempo; qu¨¦ extraordinaria musicalizaci¨®n de la palabra po¨¦tica en su letra, en su esp¨ªritu, en su fluida pronunciaci¨®n y en sus largas significaciones. Pero saber exponerla con nitidez y misterioso encanto es algo reservado a verdaderos maestros.

Antoni Ros-Marb¨¤ lo es y se identifica con la rigurosa exigencia de un arte extremadamente ver¨ªdico, de una po¨¦tica musical alquitarada y esencial. El director consigui¨® un nuevo triunfo, entregado al servicio de la pura m¨²sica.