La revoluci¨®n se resiste a morir
Expectaci¨®n ante la actitud de los dirigentes sandinistas a la hora de entregar el poder
ANTONIO CA?O ENVIADO ESPECIAL El lunes pasado, un d¨ªa despu¨¦s de la victoria de Violeta Chamorro en la urnas, un capit¨¢n de la polic¨ªa sandinista sal¨ªa de su casa vestido de verde olivo y una insigna con los colores rojinegros del Frente Sandinista de Liberaci¨®n Nacional (FSLN) prendida de su solapa. Trabaja en un servicio que no le obliga a usar uniforme, pero ese d¨ªa hab¨ªa decidido recurrir a todos los s¨ªmbolos para demostrar que la derrota electoral no le impide cumplir con su juramento de lealtad a la revoluci¨®n sandinista.
La misma noche electoral, una vez conocidos los sorprendentes resultados, todos los responsables militares y policiales fueron citados a sus puestos con ¨®rdenes de permanecer junto a sus hombres, d¨¢ndoles aliento y respaldo en esos momentos dif¨ªciles. Hoy cobra m¨¢s vigencia que nunca aquella frase que tanto gustaban de utilizar los dirigentes sandinitas en sus discursos: "Estamos dispuestos a entregar el Gobierno, pero no el poder porque el poder es del pueblo y es el pueblo quien lo administra".
El jefe de la polic¨ªa sandinista, el comandante de la revoluci¨®n Tom¨¢s Borge, ministro del Interior, hab¨ªa declarado en una entrevista durante la campa?a electoral que sus hombres no obedecer¨ªan ¨®rdenes de la Uni¨®n Nacional Opositora (UNO) en el caso de que ¨¦sta ganase las elecciones. Esas declaraciones provocaron una protesta de la UNO, que las consideraba como un llamamiento a la sublevaci¨®n militar despu¨¦s de la derrota sandinista.
Hombres armados
El comandante Borge tiene a su servicio 50.000 hombres armados, muchos de ellos considerados fuerzas de elite, y controla, adem¨¢s, el servicio de espionaje y la seguridad de instalaciones estrat¨¦gicas. Fue uno de los nueve miembros de la Direcci¨®n Nacional del FSLN m¨¢s remisos a aceptar la pol¨ªtica socialdem¨®crata que: el partido prometi¨® durante la campa?a electoral. Se le conocen rivalidades pasadas con el presidente Daniel Ortega, quien, en los ¨²ltimos a?os, le fue paulatinamente reduciendo influencia pol¨ªtica.
Borge posee, sin embargo, un gran ascendente entre la vieja militancia del partido, vieja no por a?os sino por tiempo dedicado a la revoluci¨®n y por sacrificio derrochado generosamente. Militancia, formada en los canales ideol¨®gicos del marxismo, que se resiste a entregar el poder perdido en elecciones burguesas en las que, como mencionaba ayer un empleado p¨²blico vestido a¨²n con la camiseta de Daniel presidente, "la oposici¨®n ha ganado con el dinero de Estados Unidos". Combatientes hist¨®ricos de la revoluci¨®n hacen estos d¨ªas continuas declaraciones a la emisora del Frente Sandinista, Radio Sandino, pidiendo a los militares que no entreguen la armas, que esas armas se las dio el pueblo y son para defender la revoluci¨®n.
Ahora s¨®lo hablan las bases del partido. Los dirigentes, dedicados a una exhaustiva labor de autocr¨ªtica y de meditaci¨®n sobre el futuro, permanecen en silencio. S¨®lo hay una orden clara: mantenerse en sus puestos.
As¨ª se lo expres¨® a sus hombres hace pocas semanas el ministro de Defensa, comandante de la revoluci¨®n y general de Ej¨¦rcito, Humberto Ortega, jefe del Ej¨¦rcito Popular Sandinista (EPS) y hermano del presidente de la Rep¨²blica. En una visita a las guarniciones del norte del pa¨ªs, la m¨¢s afectada por los ataques de la contra, el general Ortega manifest¨® a los soldados que, en el caso de una derrota del FSLN, deber¨ªan mantener su actitud de defensa de la revoluci¨®n.
Seg¨²n los c¨¢lculos m¨¢s cre¨ªbles, el EPS est¨¢ integrado por 200.000 hombres, lo que lo convierte, con gran diferencia, en el mayor Ej¨¦rcito de Centroam¨¦rica y en uno de los mayores de Am¨¦rica Latina. Para un pa¨ªs de tres millones de habitantes, se trata, por ejemplo, de unas Fuerzas Armadas m¨¢s numerosas que las de Espa?a.
Campesinos
A esa cantidad hay que a?adir varias decenas m¨¢s de cooperativistas y campesinos, armados y con formaci¨®n militar, que los sandinistas adiestraron para defender a sus poblaciones de los ataques de la contra en los ¨²ltimos a?os.
La UNO tiene la intenci¨®n de nombrar un ministro de Defensa Civil y reducir dr¨¢sticamente el volumen de esas fuerzas armadas, pero, aunque ambas cosas pudieran llevarse a cabo sin resistencia del aparato sandinista, el nuevo Gobierno tendr¨ªa que poner al mando de ese nuevo Ej¨¦rcito oficiales y suboficiales que s¨®lo puede encontrar en las filas del sandinismo.
La UNO s¨®lo cuenta eventualmente con un grupo de militares capaces de hacerse cargo de un Ej¨¦rcito leal: los actuales dirigente de la contra. Tanto el comandante Franklin, n¨²mero uno de la Resistencia Nicarag¨¹ense en la actualidad, como los hombres a sus ¨®rdenes, han combatido durante a?os con la esperanza de integrar alg¨²n d¨ªa el nuevo Ej¨¦rcito de Nicaragua. Alcanzada ahora la victoria, los contras piden parte del bot¨ªn, pero colocarlos al frente de las fuerzas armadas ser¨ªa tanto como activar una bomba con consecuencias incalculables. Tanto en el sandinismo como en la UNO existen sectores conscientes de que s¨®lo mediante un gran pacto de Estado se puede resolver este problema, pero tambi¨¦n hay en ambos bandos grupos que, lejos de pensar en la negociaci¨®n, piensan en la venganza y en el revanchismo. Sin un gran acuerdo pol¨ªtico, Violeta Chamorro tiene dos posibilidades: gobernar bajo la sombra de un aparato militar adverso o arriesgarse a la desmovilizaci¨®n por la fuerza de quienes creen tener las armas para defender ideas, adem¨¢s de la naci¨®n.
Tambi¨¦n parece necesario un gran acuerdo nacional para desmontar parte del aparato econ¨®mico levantado por los sandinistas durante diez a?os. En ese tiempo se efectuaron expropiaciones masivas de tierras y casas cuya propiedad tendr¨¢ que ser replanteada por el Gobierno que forme Violeta Chamorro a partir del 25 de abril
La casa donde vive Daniel Ortega, por ejemplo, es una propiedad incautada despu¨¦s de la revoluci¨®n al empresario Jaime Morales, quien durante un tiempo fue portavoz de la contra y actualmente se dedica a negocios privados en M¨¦xico. Morales ha manifestado en varias ocasiones su intenci¨®n de reclamar su propiedad en cuanto existan condiciones para hacerlo.
Propiedad inmobiliaria
En la misma situaci¨®n se encuentran la mayor parte de las oficinas y domicilios del Frente Sandinista. Casi todas eran propiedad de personas que abandonaron el pa¨ªs tras el triunfo revolucionario. Si ahora deciden volver, la UNO, que ha asumido la defensa de la propiedad privada, se va a encontrar con serias dificultades para poner en pr¨¢ctica sus ideas sin caer en revanchismos y purgas.
Tendr¨¢ que planearse tambi¨¦n el nuevo Gobierno si es posible quitarle a los campesinos las tierras que les dieron los sandinistas y que ahora reclaman los antiguos hacendados. En muchos casos son tierras que est¨¢n produciendo sin buenos resultados, pero que, al menos, dan de comer a alguna familia.
En la misma ciudad de Managua, muchos desplazados del interior del pa¨ªs ocuparon durante los a?os de la revoluci¨®n propiedades en ruinas que en este tiempo han convertido en sus lugares de habitaci¨®n. Echarlos de ah¨ª, simplemente con el argumento de la ley en la mano, puede desencadenar una crisis social que en poco tiempo arruine el capital pol¨ªtico ganado por la UNO en las urnas. Con el agravamente de que el FSLN, en la oposici¨®n, sigue siendo el primer partido pol¨ªtico del pa¨ªs, con sindicatos y activistas a su servicio.
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