El automovilista, por medio
LA MEDIACI?N de la Uni¨®n de Consumidores de Espa?a (UCE) en el conflicto surgido por el precio de la mano de obra entre un numeroso grupo de talleres de reparaci¨®n de autom¨®viles y la Mutua Madrile?a Automovilista no puede ser m¨¢s oportuna. No s¨®lo porque pone de manifiesto el papel relevante que est¨¢n alcanzando las organizaciones de consumidores en contenciosos que afectan a los usuarios y que con frecuencia son resueltos en contra de sus intereses, sino tambi¨¦n porque augura una salida negociada a una situaci¨®n que amenaza con crear serios perjuicios a un importante n¨²mero de automovilistas. Desde siempre, los talleres de reparaci¨®n de autom¨®viles y las compa?¨ªas aseguradoras han mantenido entre s¨ª una soterrada guerra sobre el precio, de la hora de trabajo y el coste global de las reparaciones. Pues bien, generalmente el perdedor de esta guerra no ha sido ninguno de los bandos directamente contendientes, sino alguien absolutamente ajeno a ella: el cliente. Las pol¨¦micas entre unos y otros no s¨®lo no ahorran, como es l¨®gico, al automovilista el pago de su prima al seguro, sino que -y eso s¨ª que es absolutamente condenable- a veces se traducen en reparaciones chapuceras y en una desatenci¨®n rayana en el enga?o a quien tiene todo el derecho, porque paga, a que se le atienda en condiciones.En el contencioso actual, los talleres reclaman una subida del precio de la hora de trabajo entre un 25% y un 50% en relaci¨®n con las tarifas vigentes al 31 de diciembre del a?o pasado. Y las compa?¨ªas aseguradoras -parece que algunas han aceptado el nuevo precio- replican se?alando lo disparatado de tal incremento. Pero al tiempo que son incapaces de llegar a un acuerdo, las partes contendientes ya han dejado entrever su intenci¨®n de utilizar al automovilista como arma arrojadiza en la batalla. As¨ª ocurre, por ejemplo, con la pretensi¨®n de los talleres de resolver a su manera el conflicto exigiendo directamente al asegurado el precio de la reparaci¨®n de su autom¨®vil. Quiz¨¢ la ley les ampare, pero no de manera tal que ello suponga romper unilateralmente con una situaci¨®n pactada que de ser reformada debe serlo por acuerdo de las partes implicadas. Por su parte, las aseguradoras no pueden llevar su intransigencia hasta el punto de dejar a sus asegurados en una situaci¨®n de desamparo frente a los talleres.
Porque si se quiere una soluci¨®n definitiva de un conflicto que tensa desde antiguo las relaciones entre talleres y aseguradoras, la ¨²nica v¨ªa es establecer unas claras reglas de juego en la actuaci¨®n de las dos partes. No es serio que a estas alturas la ambig¨¹edad siga siendo la norma, quiz¨¢ con la secreta intenci¨®n de cada una de las partes de imponer unilateralmente a la otra sus decisiones. Pero el resultado de esta estrategia es que cada rebrote conflictivo lleva la zozobra y la inseguridad al usuario, que prima ortodoxamente la prima establecida precisamente para ser atendido con seguridad y sin riesgo. En cualquier caso, la l¨®gica de los intereses parece que deber¨ªa llevar al entendimiento, si se tiene en cuenta que cerca del 90% de las reparaciones que realiza un taller de autom¨®viles proceden de las compa?¨ªas de seguros.
La grave situaci¨®n por la que atraviesan actualmente algunas aseguradoras de autom¨®viles- precisamente a causa de los crecientes costes en la reparaci¨®n de los da?os, pero tambi¨¦n por el incremento de la siniestralidad y el aumento de las indemnizaciones judiciales- no debe ser obst¨¢culo a que el sector aborde desde una perspectiva realista, es decir, de acuerdo a los criterios de mercado, los costes de la mano de obra y de las piezas de recambio en los talleres. Pero, de igual manera, las organizaciones representativas de los talleres tendr¨ªan que esforzarse en exigir mayor transparencia en el servicio que se presta al cliente, as¨ª como en mejorar su calidad. Y, desde luego, no estar¨ªa de m¨¢s que lucharan con toda la beligerancia posible contra los restos de comportamientos que hacen de la picaresca ley y de la pirater¨ªa norma de funcionamiento.
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