Julia Kristeva escribe la cr¨®nica del tiempo en que los intelectuales cre¨ªan en la revoluci¨®n
'Los samur¨¢is', editada en Francia, es una autobiograf¨ªa apenas disimulada
Les samourais (Los samur¨¢is), la primera novela de Julia Kristeva, escritora b¨²lgara afincada en Par¨ªs desde hace 25 a?os, es la cr¨®nica de la ¨²ltima gran generaci¨®n de intelectuales parisienses que crey¨® en las virtudes revolucionarias de la teor¨ªa, adem¨¢s de una autobiograf¨ªa apenas disimulada.
Reci¨¦n publicada en Francia, el t¨ªtulo y el contenido de la novela de Kristeva recuerdan, con 40 a?os de diferencia, Los mandarines, de Simone de Beauvoir. Si Beauvoir cont¨® los combates sentimentales e ideol¨®gicos de Sartre, Camus y Merleau-Ponty, Kristeva saca a escena a Sollers, Barthes, Foucault, Lacan, Althusser, L¨¦vi-Strauss y a sus camarillas.El libro de Julia Kristeva, escritora b¨²lgara afincada en Par¨ªs desde hace 25 a?os, autora de textos sobre semiolog¨ªa y psicoan¨¢lisis, esposa de Philipe Sollers, es una autobiograf¨ªa apenas disimulada. Se trata de un testimonio de primer¨ªsima mano sobre un grupo de intelectuales que fue fascinado por el Mayo del 68 y la revoluci¨®n cultural china y termin¨® diezmado por el desencanto, la droga y el SIDA.
La hero¨ªna de Los samur¨¢is, la ling¨¹ista Olga Morena, llega a Par¨ªs en 1966, en un avi¨®n Tupolev procedente de un pa¨ªs de Europa del Este. Nieva en la capital francesa, y Olga Morena tiene poco dinero, mucha hambre y unas ganas enormes de vivir. El sol comenzar¨¢ a brillar para ella cuando entre en contacto con un c¨ªrculo de universitarios que le explicar¨¢n que la revoluci¨®n no es lo que ha vivido en el Este. La revoluci¨®n saldr¨¢ de sus cabezas como Minerva de la de J¨²piter, y sus semillas est¨¢n en Mao, Freud, Nietzsche, el estructuralismo, el sexo libre y la literatura maldita.
Con los nombres cambiados, en Los samur¨¢is se reconocen de inmediato los personajes Sollers, Derrida, Foucault, Lacan, Althusser, el equipo de la revista Tel Quel y muchos otros pensadores del Par¨ªs de los a?os sesenta y setenta. Los personajes de la novela de Kristeva hablan por los codos y pontifican no poco. Se creen el centro intelectual del mundo, y en ese momento no les falta cierta raz¨®n; viven el Mayo del 68 con exaltaci¨®n; viajan a China para visitar las comunas populares, y apoyan todas las luchas de las mujeres, los locos, los presos y los homosexuales. Pero la revoluci¨®n, que deb¨ªa ser inminente, se va retardando. El SIDA se lleva, a Foucault, que amaba los l¨¢tigos de cuero; Althusser se convierte en un asesino; Lacan muere en un hospital bajo identidad falsa. El sue?o se desvanece, pero para Olga Morena-Julia Kristeva la vida sigue siendo hermosa en el amor de Sollers, en la lectura y en la escritura, en las flores y en las jornadas de verano en la playa.
"La comparaci¨®n entre Los samur¨¢is y Los mandarines ha escrito Gilles Martin-Chaufrier, "evidencia la ca¨ªda brutal del estilo en Francia". Pascal Quignard ha sido m¨¢s indulgente: la novela de Kristeva "no es un libro bien escrito", pero uno termina su lectura "m¨¢s l¨²cido y m¨¢s f¨¦liz".
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