Am¨¦rica del sur, la gran ilusi¨®n, la gran depresi¨®n
La democratizaci¨®n pol¨ªtica de los a?os ochenta, atenazada por una crisis econ¨®mica sin precedentes
La llegada a la presidencia de Brasil, el pasado jueves, de un presidente elegido por voto directo, Fernando Collor de Melo, complet¨® en Am¨¦rica del Sur una d¨¦cada marcada por la ca¨ªda de los reg¨ªmenes militares y la profundizaci¨®n de una crisis econ¨®mica que fue, entre otros, un regalo envenenado heredado por casi todos los Gobiernos democr¨¢ticos del subcontinente. Esa pugna entre una lenta democratizaci¨®n pol¨ªtica y la losa de una aguda depresi¨®n econ¨®mica alcanz¨® tanto a los grandes pa¨ªses del ¨¢rea -Argentina, Brasil- como a otros m¨¢s peque?os -Per¨², Venezuela- y se convierte en el mayor desafio del pr¨®ximo futuro, a las puertas del siglo XXI.
Un d¨ªa cualquiera de 1980, en una imaginaria cumbre de presidentes de pa¨ªses de Am¨¦rica del Sur, se habr¨ªan reunido representantes de seis dictaduras militares y cuatro Gobiernos civiles. Los temibles generales Augusto Pinochet (Chile) y Jorge Rafael Videla (Argentina), el general golpista Luis Garc¨ªa PAeza (Bolivia), el oscuro Aparicio M¨¦ndez (Uruguay), Jo¨¢o Baptista Figueiredo (Brasil) y el veterano general Alfredo Stroessner, que a¨²n se consideraba el Supremo (Paraguay), formaban entonces la galer¨ªa castrense en el poder.Eran el rostro visible de una Am¨¦rica Latina atormentada por los reg¨ªmenes militares, que desde hac¨ªa a?os practicaban en el Cono Sur su pol¨ªtica interior por otros medios. Entre tanto, m¨¢s al Norte gobernaban los civiles: el liberal, Julio Turbay Ayala (Colombia), Jaime Rold¨®s (Ecuador), el conservador Fernando Bela¨²nde Terry (Per¨²) y el socialcristiano Luis Herrera Campins (Venezuela).
Esa cumbre jam¨¢s se celebr¨®, pero con s¨®lo imaginarla se puede obtener una representaci¨®n gr¨¢fica del estado en que se hallaba un subcontinente que, tras las aspiraciones frustradas de cambio social de los a?os sesenta, iba bajando el tel¨®n de los setenta detr¨¢s de sociedades escindidas por la represi¨®n y el estancamiento, y con muchos cad¨¢veres en el armario.
Hoy, una d¨¦cada despu¨¦s, en una reuni¨®n presidencial de ese tipo -seis mandatarios suramericanos integran, por ejemplo, el Grupo de los Ocho- ser¨ªa posible verificar que todos sus miembros han sido elegidos en comicios libres. El argentino Carlos Menem (peronista), el brasile?o Fernando Collor de Melo (populista), el chileno Patricio Aylwin (democristiano), el paraguayo Andr¨¦s Rodr¨ªguez (colorado), el uruguayo Luis Alberto Lacalle (blanco), el boliviano Jaime Paz Zamora (socialdem¨®crata), el peruano Alan Garc¨ªa (aprista), el colombiano Virgilio Barco (liberal), el ecuatoriano Rodrigo Borja (s ocial dem¨®crata), el venezolano Carlos Andr¨¦s P¨¦rez (socialdem¨®crata) sintetizan la corriente democratizadora de la vida pol¨ªtica, cuyo impulso se acelera en los a?os ochenta.
Deuda y libertad
Sin embargo, la d¨¦cada que se ilumin¨® en Suram¨¦rica con una accidentada pero estimulante recuperaci¨®n de las libertades p¨²blicas se convirti¨®, seg¨²n coinciden diversas fuentes, en la m¨¢s cr¨ªtica del ¨²ltimo medio siglo desde el punto de vista econ¨®mico. Un informe reciente de las Naciones Unidas indica que, en t¨¦rminos globales, aument¨® la pobreza (que afecta al 40% de la poblaci¨®n), se redujo el poder de compra (en algunos casos hasta el 50%) y un 10% de los habitantes m¨¢s ricos sigui¨® acaparando el 44%, de la renta, mientras que el 40% de los m¨¢s necesitados dispuso de s¨®lo el 8% de la tarta.
El pago de la deuda externa en toda Latinoam¨¦rica, alrededor de 400.000 millones de d¨®lares -un 40% del total de la deuda del Tercer Mundo, con s¨®lo el 10% de la poblaci¨®n de ¨¦ste) ha agobiado los distintos proyectos de los nuevos Gobiernos democr¨¢ticos para ir saliendo de la crisis sin costes sociales tan dr¨¢sticos que quitaran raz¨®n de ser a su proyecto pol¨ªtico o lo cambiaran radicalemente de signo. Los pa¨ªses del ¨¢rea -ya es un lugar com¨²n- se han convertido, en ese panorama cr¨ªtico de los ochenta, en exportadores netos de capital hacia el mundo desarrollado, a trav¨¦s de los intereses de la deuda externa.
Ocho ¨²ltimos a?os de recortes, una disminuci¨®n estimada de entre 7 y 10 puntos del producto interior bruto (PIB), un aumento creciente del paro, la presencia de alt¨ªsima inflaci¨®n como las de Argentina, Brasil o Per¨², desataron su efecto perverso sobre un pulso democr¨¢tico a¨²n debilitado por muy recientes experiencias de autoritarismo. En algunos casos, como el de Argentina -y aunque no exista una amenaza real de intervenci¨®n militar- la menci¨®n de uniformados con aspiraciones pol¨ªticas indica que el c¨ªrculo puede volver a cerrarse. En otros, en cambio (Chile, e incluso Brasil, la primera econom¨ªa del contexto suramericano), la prueba de los a?os noventa puede ser un camino, siempre dif¨ªcil, de futuro.
Las inversiones directas en Latinoam¨¦rica de Estados Unidos -que alent¨® en su momento la ola de dictaduras en el continente- fueron pasando del 20% en los a?os sesenta al 12% en la actualidad, en momentos en que se produce un progresivo reordenamiento de los bloques econ¨®micos en el mundo.
En este contexto, los pa¨ªses latinoamericanos se enfrentan
Am¨¦rica del sur, la gran ilusi¨®n, la gran depresi¨®n
con el multiple desaf¨ªo de redefinir las dimensiones del Estado, atender demandas externas e internas urgentes, afianzar el marco democr¨¢tico alcanzado y eliminar males end¨¦micos como la corrupci¨®n, la especulaci¨®n y la evasi¨®n de divisas. En Am¨¦rica del Sur -M¨¦xico y Centroam¨¦rica tienen su propia andadura-, el camino para llegar a esta situaci¨®n tuvo en los a?os ochenta un impulso significativo.El peso de la herencia
En Argentina comenzaron a notarse en 1980 las grietas en el poder de la Junta Militar impuesta por el golpe de Estado de 1976. El plan econ¨®mico ultraliberal aplicado comenz¨® a agotarse. El general Videla fue reemplazado por el general Roberto Viola, a quien sustituy¨® el general Leopoldo Galtieri. La derrota ante el Reino Unido en la guerra por las islas Malvinas, en 1982, acab¨® con la ¨²ltima esperanza de los grupos que quer¨ªan perpetuarse en el poder, y los militares iniciaron su retirada a los cuarteles.
En octubre de 1983, con el triunfo del radical Ra¨²l Alfons¨ªn y la primera derrota electoral del peronismo, el peso de la herencia -deuda externa, miles de secuestrados y desaparecidos, desmaritelamiento del Estado- se hizo insoportable para un solo partido. El caudillo provincial peronista Carlos Menem recogi¨® los efectos de la crisis y gan¨® las elecciones. Se hizo cargo del Gobierno en julio de 1989 y ocho meses despu¨¦s busca un pacto social para afrontar una crisis que mina su credibilidad.
En Uruguay, los militares convocaron un plebiscito en noviembre de 1980, organizado con el prop¨®sito de legitimar la actuaci¨®n de la dictadura. La Constituci¨®n propuesta fue rechazada por el 57,2% de los votantes contra un 42,8% que la aprobaron. Un lento proceso de negociaciones entre las fuerzas armadas y dirigentes de los partidos pol¨ªticos tradicionales condujo a un acuerdo para la realizaci¨®n de elecciones, que se realizaron en 1984. Triunf¨® el Partido Colorado, y dentro de ¨¦ste, el candidato del sector mayoritario, Julio Mar¨ªa Sanguinetti. En noviembre de 1989 hubo nuevas elecciones y el candidato del Partido Nacional (blanco), Luis Alberto Lacalle, se hizo con la presidencia.
Violencia y narcotr¨¢fico
En Colombia tambi¨¦n se produjo el inicio de la apertura democratica y la ampliaci¨®n del marco pol¨ªtico del pa¨ªs, tradicionalmente dominado por los dos partidos tradicionales, el Liberal y el Social Conservador. Dos Gobiernos, el de Belisario Betancur (1982-1986) y el de Virgilio Barco, marcaron la pauta pol¨ªtica en el pa¨ªs. En un marco de violencia ininterrumpida, por la acci¨®n de grupos paramilitares y de varias formaciones guerrilleras, esta d¨¦cada tambi¨¦n estuvo marcada en Colombia por los intentos de llegar a acuerdos de paz con los insurgentes, por el surgimiento de nuevas fuerzas pol¨ªticas, como la Uni¨®n Patri¨®tica, y por el crecimiento del poder econ¨®mico e intimidatorio del narcotr¨¢fico.
Para Venezuela, la d¨¦cada se inicia con el Gobierno de Luis Herrera Campins y termina con el de Carlos Andr¨¦s P¨¦rez, ambos ganados con el voto popular, de acuerdo con su ininterrumpida vida democr¨¢tica de 32 a?os, que estuvo a punto de desmoronarse con la sacudida sangrienta de febrero del a?o pasado, cuando la poblaci¨®n, enfurecida por las severas medidas de ajuste econ¨®mico, tom¨® por asalto comercios y zonas residenciales.
Tambi¨¦n en los ochenta se produjo en Chile el lento desmoronamiento de la dictadura del general Pinochet, desde la propia institucionalidad construida por el r¨¦gimen militar y despu¨¦s del fracaso de las protestas sociales en forzar una ruptura radical. La mayor¨ªa de la oposici¨®n, en una amplia coalici¨®n encabezada por democristianos y socialistas, derrot¨® a Pinochet en el plebiscito de 1988. El posterior triunfo de Patricio Aylwin en la elecci¨®n presidencial de 1989 coincidi¨® con una recuperaci¨®n de la econom¨ªa chilena.
En Per¨², 1980 arranca marcado por la transferencia de poder. En abril de ese a?o se realizan las primeras elecciones directas en 12 a?os. La victoria corresponde al veterano l¨ªder conservador Fernando Bela¨²nde Terry, que gobierna hasta 1985. Ese a?o le sucede Alan Garc¨ªa P¨¦rez, l¨ªder del partido de mayor protagonismo en la vida pol¨ªtica peruana del siglo, Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA). El suyo es un lustro se?alado por una apuesta inicial que busca elevar los niveles de consumo para incentivar la inversi¨®n del poder financiero nacional, seguida por el divorcio de esta alianza y el intento frustrado de nacionalizar el sistema financiero privado de Per¨², en 198 7. En los ¨²ltimos a?os de su mandato, el deterioro -profundizado por la acci¨®n del terrorismo se acentu¨®, mientras se fortalec¨ªan las fuerzas pol¨ªticas de la derecha. Los sondeos sit¨²an al candidato de ¨¦sta en las elecciones del pr¨®ximo 8 de abril -el escritor Mario Vargas Llosa- como pr¨®ximo presidente peruano.
Texto elaborado sobre informes de
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