Vuelos 'charter' a Berlin Oeste para asistir al fin de la guerra f?a
El viernes aterrizaron en Berl¨ªn Oeste dos vuelos charter procedentes de Nueva York repletos de turistas norteamericanos a quienes la agencia de viajes hab¨ªa prometido la emoci¨®n incomparable de estar presente en las elecciones que ponen fin a la guerra fr¨ªa". El pasaje al completo formaba ayer por la ma?ana, en una gigantesca cola, ante el puesto fronterizo del Check-Point Charly, uno de los nudos del abatido muro berlin¨¦s. Los norteamericanos esperaban ansiosos el momento de conseguir el visado para pasar al Este -previo pago de cinco marcos- y contemplar por primera vez -y por ¨²ltima, en este caso-, "un aut¨¦ntico pa¨ªs comunista".Una ingente multitud circulaba lentamente entre los puestos del contiguo y ex¨®tico mercado polaco donde no s¨®lo se vende n pedazos de muro -por piezas, al peso), plastificados, certificados o enmarcados-, sino uniformes militares del Este, insignias y artefactos variopintos.
Mientras, en los bulevares del Oeste, la habitual expedici¨®n masiva de alemanes orientales remoloneaba ante los escaparates m¨¢s lujosos, contemplaba con asombro los precios en los restaurantes y en los concesionarios de autom¨®viles BMW y Mercedes-Benz.
Un ciudadano polaco emigrado a la RDA y empleado en una f¨¢brica de Carl Marx Stadt se hab¨ªa empe?ado en traerse a sus hijos desde Varsovia este fin de semana, "para que conocieran un Berl¨ªn que no existir¨¢ dentro de poco". Los dos hijos, de 13 y 10 a?os, esperaban con disciplinada resignaci¨®n en la cola de vuelta al Este mientras inquir¨ªan a su padre cu¨¢ndo podr¨ªan regresar al zool¨®gico de la parte occidental. Las elecciones, la unificaci¨®n, el v¨¦rtigo hist¨®rico europeo, les resultaban tan ajenos como los euf¨®ricos norteamericanos cargados hasta las cejas de cascotes coloreados y de supuestas insignias aut¨¦nticas de mariscal del Ej¨¦rcito Rojo.
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