Cartas al director
El gran privilegio y la gran servidumbre de todo periodista es elegir. Debe decidir diariamente qu¨¦ es noticia y qu¨¦ se publica. La valoraci¨®n de la noticia -p¨¢gina, tama?o de titular, ilustraci¨®n, redacci¨®n- y la calidad final de la informaci¨®n es un problema posterior, aunque no menos importante. Si lo anterior es cierto en el ¨¢mbito de la informaci¨®n, igual ocurre en las p¨¢ginas de opini¨®n. Los art¨ªculos que se reciben, algunas veces encargados por el propio diario, superan la superficie disponible. Toda elecci¨®n implica una discriminaci¨®n que hiere sensibilidades. En el caso de las cartas al director., una de las secciones m¨¢s le¨ªdas del diario, la criba de originales es tremenda. El 90% de las cartas recibidas no se publica. La raz¨®n es sencilla, aunque a muchos lectores les cueste creerlo: falta espacio. Hagamos n¨²meros. El diario recibe diariamente unas 50 cartas y publica una media de cinco.Aunque todas las cartas se contestan con un acuse de recibo del director, la frustraci¨®n entre los lectores; es grande. Son varios los lectores que se han puesto en contacto con el ombudsman para pedir que el diario recoja sus; opiniones. Uno de ellos reclamaba la publicaci¨®n de una carta, apoyada por una amplia documentaci¨®n, en la que rebat¨ªa los argumentos de la Plataforma C¨ªvica a Favor de Nuestras Fiestas, creada el pasado mes de enero en Catalu?a, contra la festividad de la Inmaculada Concepci¨®n en ese territorio auton¨®mico. Este lector se?alaba que, adem¨¢s de publicar incorrectamente la fecha de la festividad de la Inmaculada, se ocultaba a la opini¨®n p¨²blica sus argumentos hist¨®ricos sobre el arraigo de la festividad en Catalu?a. Ha habido tambi¨¦n un lector que ha protestado porque la columna del ombudsman quita espacio a las cartas al director.
La tentaci¨®n de algunos lectores es achacar a una supuesta censura la no publicaci¨®n de la corresponencia. ?ngel S. Harguindey, jefe de la secci¨®n de Opini¨®n, responde sobre los criterios period¨ªsticos que se emplean para seleccionar las cartas: "Se reciben entre 300 y 400 cartas semanales, de las que se publican aproximadamente en torno al 10%. Los criterios de selecci¨®n son, l¨®gicamente, los de intentar mostrar las preocupaciones de los lectores sobre la actualidad y, con frecuencia, sobre el tratamiento que de la misma se ofrece en el diario. En resumen, la secci¨®n de cartas al director -cuya importancia queda de manifiesto con el dato de que EL PA?S public¨® una selecci¨®n de las mismas en el libro Muy se?or m¨ªo:- pretende servir de baremo de las inquietudes de los lectores y, a la vez, de su opini¨®n sobre el diario".
"En la medida de lo posible se desea que exista diversidad, tanto en el tono como en el contenido. Hay cartas que denuncian un hecho muy concreto, de limitado inter¨¦s general, en cuyo caso se suele pasar a la secci¨®n correspondiente por si se desea investigar el caso. En otros casos, y cuando el tema es muy llamativo, se reciben docenas de cartas sobre el mismo. En ese caso se hace una selecci¨®n para evitar una repetici¨®n excesiva. Inter¨¦s general, variedad y selectividad podr¨ªan ser algunos de los criterios m¨¢s comunes".
La direcci¨®n del diario, consciente de esta demanda de los lectores, ha comunicado al ombudsman que en breve se ampliar¨¢ el espacio que EL PA?S dedica a las cartas al director.
El idioma
Jos¨¦ Carlos Canalda C¨¢mara y Jos¨¦ Sarabia Alvarezude han escrito al ombudsman para quejarse del uso incorrecto del idioma que hacemos los periodistas. Jos¨¦ Sarabia pone como ejemplo el empleo incorrecto de un verbo en la primera y segunda p¨¢ginas del diario el pasado 2 de marzo. El titular de primera afirmaba: El ¨¦xito de Chamorro trastoca la pol¨ªtica espa?ola en Centroam¨¦rica. El de segunda insist¨ªa: La victoria de Violeta Chamorro, en Nicaragua trastoca la pol¨ªtica centroamericana de Espa?a.
"Desde hace a?os me llama la atenci¨®n el uso del vocablo trastoca y la escasa utilizaci¨®n del verbo trastrocar. Yo creo que trastoca se utiliza, incorrectamente, muchas veces en vez de trastroca, que ser¨ªa m¨¢s adecuado", afirma Jos¨¦ Sarabia en su carta.
El Libro de estilo de EL PA?S, cuya ¨²ltima edici¨®n est¨¢ a falta del ¨²ltimo empuj¨®n que lo coloque en las librer¨ªas, aclara esta duda. Su consulta hubiera evitado el error en que incurri¨® el diario.
"Trastocar. Significa 'trastornar, revolver'. No debe confundirse con trastrocar, que es "mudar el ser o estado de una cosa, d¨¢ndole otro diferente del que ten¨ªa'. Hay que tener en cuenta que se trata, en los dos casos, de verbos irregulares y que sus presentes de indicativo son 'trastueca' y 'trastrueca' (igual que el presente de 'trocar' es 'trueca')".
Si el que escribi¨® ambos titulares quer¨ªa decir que la victoria de Violeta Chamorro trastorna la pol¨ªtica espa?ola en Centroam¨¦rica, o muda su ser, deber¨ªa haber escrito trastueca o trastrueca, pero nunca trastoca, de acuerdo con el Esbozo de una nueva gram¨¢tica de la lengua espa?ola, publicado por la Real Academia
Padre e hijo
En El Pa¨ªs Semanal del pasado 4 de marzo, en el fasc¨ªculo n¨²mero 6, p¨¢gina 87, de Un siglo revolucionario, se Incluye una fotograf¨ªa de Juan de la Cierva con el siguiente pie: "Juan de la Cierva, ingeniero e inventor espa?ol que se especializ¨® en aeron¨¢utica. Su autogiro vuela en esa d¨¦cada".
"Todo correcto", escribe Jos¨¦-Francisco Funcia Frigola, "si no fuera porque la foto corresponde al ilustre padre del inventor, don Juan de la Cierva y Pe?afici", que fue ministro en diversos Gobiernos durante el reinado de Alfonso XIII. "Mientras el padre se dedicaba a la pol¨ªtica, su hijo Juan de la Cierva y Codorn¨ªu fabricaba un trimotor en Getafe en 1916, y el autogiro en l923". "Parece que el que busc¨® la foto no anduvo muy fino esta vez, o se lo comieron las prisas", indica el lector.
El tel¨¦fono directo del ombudsman es el 754 45 53 de Madrid.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.