El Partido Popular ante su d¨¦cimo congreso
A juicio del articulista, el Partido Popular puede optar por varios caminos para el futuro inmediato, el que comienza a partir del d¨¦cimo congreso. Desde continuar en solitario o pactar con el comunismo hasta coligarse con las fuerzas centristas y nacionalistas, sin desde?ar la colaboraci¨®n con el PSOE. En el texto se analizan las distintas propuestas t¨¢cticas con un fin leg¨ªtimo: acceder al poder.
A finales de este mes va a celebrarse en Sevilla el X Congreso del Partido Popular (PP); al cual llega este partido sin quebraduras internas, al menos aparentemente, y en uno de los momentos de mayor tensi¨®n interna de su principal adversario: el Partido Socialista Obrero Espa?ol (PSOE).Sin embargo, ser¨ªa bueno no olvidar -evitando as¨ª actitudes tritinfalistas-, que en las elecciones legislativas del pasado octubre el PSOE obtuvo por tercera vez consecutiva el triunfo electoral de manera abrumadora, sacando al segundo partido una diferencia de cerca de 70 esca?os (a expensas de lo que ocurra en Melilla). El Partido Popular ha sido, tambi¨¦n por tercera vez consecutiva, el segundo del pa¨ªs; con m¨¢s de 100 esca?os, es decir, el Partido Popular mantiene los mismos diputados que ya lograra Alianza Popular en 1982, pero no los supera, y obtuvo en octubre de 1989 200.000 votos menos que en 1982 (a pesar del aumento de censo). Quiero decir que la opci¨®n liderada por Fraga en 1982 consigui¨® 5,4 millones de votos, mientras que la opci¨®n liderada por Aznar en 1989 logr¨® solamente 5,2 millones.
A mi juicio, sentadas esas premisas objetivas e inexcusables, el X Congreso del Partido Popular debe servir fundamentalmente para plasmar las bases de una real alternativa al PSOE. He manifestado a trav¨¦s de reiteradas declaraciones que en nuestro pa¨ªs la alternativa es necesarla e imprescindible, la alternancia de poder es lo que da estabilidad a un r¨¦gimen pol¨ªtico, y la estabilidad hace pr¨®speros a los pa¨ªses.
El congreso del Partido Popular deber¨ªa articularse de manera que pudiera servir de marco , durante los d¨ªas de su desarrollo, a un amplio debate y una discusi¨®n activa sobre c¨®mo enfocar y poner en marcha esa alternativa de poder; y no limitarse a efectuar una mera aclamaci¨®n de candidaturas previamente fabricadas por el aparato directivo, y menos a¨²n debe proponerse: simplemente la elaboraci¨®n de esl¨®ganes y la difusi¨®n de fotos. Si s¨®lo nos qued¨¢ramos en eso, habr¨ªamos perdido una magn¨ªl5ca ocasi¨®n para dilucidar la estrategia electoral. A mi juicio al Partido Popular s¨®lo le caben cuatro movimientos o estrategias y sobre ellos debe manifestarse el congreso.
1. Construir la alternativa en solitario. En este caso, el Partido Popular, para gobernar, habr¨ªa de obtener 176 diputados en las pr¨®ximas elecciones legislativas. Recordemos que la UCD en 1977 -con todo a su favor, y con un aparato electoral consistente en todas las alcald¨ªas de Espa?a, diputaciones provinciales, Gobierno de la naci¨®n, etc¨¦tera- s¨®lo pudo obtener 1,54 esca?os.
Me parece ut¨®pico pensar que contando hoy el adversario (PSOE) con gran parte de ese dispositivo, el centro-derecha lograra lo que no pudo conquistar en 1977. Por tanto, pensando en t¨¦rminos realistas, imaginar la posibilidad de gobernar en solitario no pasar¨ªa de ser un buen deseo o ilusi¨®n.
2. Lo que se ha denominado "pacto a la griega". Esto quiere decir la formaci¨®n de un frente de todas las fuerzas parlamentarias para conseguir en una primera etapa el desgaste: del partido socialista, y en una segunda, el derribo del mismo.
A, mi entender, tal hip¨®tesis resulta irrealizable. Basta con observar los ¨²ltimos movimientos y aproximaciones del CDS, CiU y PNV para comprender que dicho acuerdo es imposible. Dejar¨ªa al Partido Popular, en caso de querer sostenerlo, unido en una estrategia conjunta con el partido comunista, estrategia consIstente en un acoso permanente al PSOE en las instancias parlamentarias.
'Pacto a la griega'
Como, al parecer, el pacto a la griega constituye la tesis m¨¢s expandida en el actual equipo de j¨®venes dirigentes del Partido Popular, conviene, por tanto, rese?ar las desventajas de dicha estrategia, las cuales se resumen:
a) La suma de diputados del Partido Popular y del partido comunista no dan hoy por hoy la mayor¨ªa para gobernar.
b) Caso de que en un futuro la suma de diputados del Partido Popular y de Izquierda Unida (PCE) lograra esa mayor¨ªa, ser¨ªa impensable que de ella pudiera surgir un programa de gobierno conjunto. Es evidente entonces que un frente no hecho para gobernar, sino para derribar al adversario, se destruir¨ªa por s¨ª mismo como alternativa de Gobierno.
c) El mantenimiento de dicho frente entregar¨ªa de pies y manos al partido socialista a los socios naturales del Partido Popular (CDS y CiU), lo cual le otorgar¨ªa en una pr¨®xima confrontaci¨®n un margen de treinta y tantos diputados, a los que habr¨ªa que sumar los del PNV. Agreguemos que ello otorgar¨ªa un aval de moderaci¨®n y de centrismo al partido hoy, en el Gobierno, que es exactamente lo contrario de lo que parece querer el Partido Popular.
El pacto a la griega llevar¨ªa al aislamiento y a la missinizaci¨®n al Partido Popular, dej¨¢ndole sin sus asociados pol¨ªticos naturales, alej¨¢ndole no solamente de la posibilidad de gobernar, sino que adem¨¢s podr¨ªa situar al partido que hoy lidera Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar fuera del poder de comunidades aut¨®nomas donde hoy en d¨ªa gobierna el PP en pacto con los centristas: Castilla y Le¨®n, Santander, La Rioja, Canarias, etc¨¦tera, y no digamos lo que suceder¨ªa al revertirse las alianzas en muchos ayuntamientos de Espaf¨ªa, algunos tan emblem¨¢ticos como el de Madrid.
El mantenimiento de la estrategia pro frente a la griega conducir¨ªa al PP a una situaci¨®n de aislamiento y a una frustraci¨®n. Propiciar¨ªa el retorno a situaciones similares a las que ya vivi¨® Alianza Popular antes de las elecciones legislativas de 1982, estado -dig¨¢moslo de paso- del que pudo salirse s¨®lo gracias al esfuerzo de muchas personas que hoy no se encuentran en los ¨®rganos de direcci¨®n del partido.
3. La gran coalici¨®n. En Alemam¨¢ Occidental se ha denominado as¨ª el gran acuerdo entre los principales partidos, debido a los grandes retos que todos los pa¨ªses de la Europa occidental tienen frente a 1992. A ello se ha unido la apertura de fronteras con el Este, la reunificaci¨®n alemana, los problemas de independentismo y regionalismo que pueden surgir como consecuencia del nuevo mapa, el nuevo orden militar europeo, la inflaci¨®n, etc¨¦tera. ?stos son grandes temas que, como muy bien dec¨ªa hace poco Willy Brandt, "no pueden enfocarse desde una perspectiva exclusivamente partidista".
Mayor consenso
En Espa?a, a las cuestiones ya mencionadas anteriormente habr¨ªa que a?adir algunas m¨¢s, como son el terrorismo, la pol¨ªtica con Hispanoam¨¦rica y el paro, que son temas ante los que el pueblo espa?ol desear¨ªa que existiese un mayor consenso entre las fuerzas pol¨ªticas para hallar las mejores soluciones.
Es decir, el Partido Popular mediante la gran coalici¨®n podr¨ªa compartir con el PSOE decisiones de gobierno; podr¨ªa controlar m¨¢s y mejor al Gobierno; podr¨ªa condicionar la pol¨ªtica de gobierno en grandes temas de Estado, y tendr¨ªa la ventaja de no sufrir el desgaste que produce la gesti¨®n de los mismos. Ser¨ªa hacer lo que ya hizo el PSOE con la UCD en 1977 (consenso constitucional, Pactos de la Moncloa, consenso sobre determinadas leyes org¨¢nicas, reforma fiscal, divorcio, etc¨¦tera).
Con ello, el Partido Popular dar¨ªa la sensaci¨®n ante el pueblo espa?ol de que podr¨ªa gibernar el pa¨ªs, quedando, sin embargo, libre de toda cr¨ªtica por les defectos en la gesti¨®n. Aznar ganar¨ªa con ello altura como l¨ªder, adquirir¨ªa cierta dimensi¨®n de hombre de Estado que hoy no tierte, y, sobre todo, saldr¨ªa de la febril e infantil batalla en la que se ha metido el partido (y como con secuencia de ello su l¨ªder) iniciada a ra¨ªz de las elecciones de octubre.
4. Pacto con las fuerzas centristas, nacionalistas y regionalistas. El pacto con las mencionadas fuerzas constituir¨ªa lo que tantas veces se ha definido como el pacto natural, es decir, la nucleaci¨®n de una alternativa al PSOE, formada con aquellas fuerzas que idecil¨®gicam ente se encuentran m¨¢s pr¨®ximas.
El Partido Popular, en procura de ese pacto, deber¨ªa cesar en sus intentos de protagonizar casi exclusivamente los acuerdos. Cada partido habr¨ªa de permanecer despu¨¦s de los pactos con personalidad propia. En mi criterio, estos acuerdos deber¨ªan estructurarse mediante pactos de desistimiento. Es decir, que cada fuerza se presentara sola, pero con el apoyo de las dem¨¢s, en determinadas CC AA; elabor¨¢ndose, sin embargo, una lista conjunta nacional para el Congreso por la circunscripci¨®n de Madrid.
En Catalu?a, parecer¨ªa l¨®gico que el CDS y el PP apoyaran (sin competir electoralmente) a CiU, retirando sus propias carididaturas. En las dem¨¢s comunidades aut¨®nomas deber¨ªa estructurarse una estrategia semejante, reserv¨¢ndose el PP, como es l¨®gico, una mayor parte. Dicha f¨®rmula, con la suma de esfuerzos antes apuntados, tendr¨ªa el beneficio que otorga la ley D'Hont, permitiendo adem¨¢s que cada partido guardara su propia esencia y personalidad. Previamente se elaborar¨ªa un programa de gobierno con el que acudir¨ªan a las elecciones conjuntamente.
Creo, por tanto, que el Partido Popular tiene cuatro caminos a escoger. Los dos primeros conducen al aislamiento, a la frustraci¨®n y a eternizarse en Ios esca?os opositores. El tercero, o sea, la gran coalici¨®n, llevar¨ªa al Partido Popular, a medio plazo, al Gobierno de la naci¨®n. La cuarta v¨ªa (el pacto con los partidos centristas a nivel estatal, auton¨®mico y regional) podr¨ªa, en caso de encontrarse la f¨®rmula adecuada (una de ellas, la que propongo en este art¨ªculo) llevar al Gobierno a dicha coalici¨®n, y de forma inmediata, en m¨¢s de 10 comunidades aut¨®nomas, en m¨¢s del 50% de las alcald¨ªas espanolas, y, en un plazo no muy lejano, al Gobierno de la naci¨®n.
Es la hora de las decisiones y no de las aclamaciones. En consecuencia, un congreso que sirva s¨®lo como escenario de discursos m¨¢s o menos brillantes no servir¨¢ para nada. Los pasos que est¨¢ dando la actual direcci¨®n del Partido Popular parecen conducirnos, sin embargo, por este in¨²til camino. Espero y deseo equivocarme, pronto conoceremos los resultados del congreso, y pronto tambi¨¦n los resultados de las elecciones andaluzas, ser¨¢ el momento de saber qui¨¦nes tienen raz¨®n y qui¨¦nes no la tienen.
ex vicepresidente nacional de Alianza Popular.
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