Un cubano en paro, acusado de provocar el incendio de la discoteca neoyorquina
Julio Gonz¨¢lez, un emigrante cubano en paro de 36 a?os, fue acusado ayer oficialmente de provocar el incendio que caus¨® en la madrugada del domingo 87 v¨ªctimas mortales en un club social frecuentado por hispanos en el barrio neoyorquino del Bronx, el siniestro m¨¢s tr¨¢gico de los ¨²ltimos 79 a?os registrado en la ciudad de los rascacielos. Gonz¨¢lez responder¨¢ en el juicio del delito de incendio provocado y de 87 cargos de asesinato en segundo grado, el n¨²mero exacto de muertos que su pretendida acci¨®n provoc¨® en un local conocido con el nombre de Tierra Feliz.El jefe de la polic¨ªa de Nueva York, Lee Brown, manifest¨® que Gonz¨¢lez, un marielito que lleg¨® a EE UU en 1980 en la evacuaci¨®n masiva de cubanos conocida como Operaci¨®n Mariel, aparentemente fue expulsado del local despu¨¦s de tener una agria discusi¨®n con una antigua novia que trabajaba como encargada del guardarropa del local.
La polic¨ªa dijo que Gonz¨¢lez se dirigi¨® desde el club a una gasolinera cercana donde compr¨® una lata de gasolina despu¨¦s de amenazar a los encargados del club con vengarse de la expulsi¨®n. La ]ata de gasolina ha sido encontrada entre los restos del local. A pesar de que los bomberos llegaron en tres minutos, nada pudieron hacer para impedir la cat¨¢strofe. Los 61 hombre y 26 mujeres, en edades comprendidas entre los 19 y 35 a?os murieron casi instant¨¢neamente la mayor¨ªa asfixiados por la inhalaci¨®n de gases. El n¨²mero de supervivientes asciende a cinco, entre ellos el disc-jockey y la encargada del guardarropa.
Los bomberos, muchos de lo cuales tuvieron que ser tratados de s¨ªntomas de asfixia, describieron la dantesca escena que encontraron en el interior del local un edificio de dos pisos sin salidas de emergencia y con varias ventanas protegidas con barrotes. El incendio se declar¨® junto a la puerta de entrada del primer piso, ocupado por un peque?o bar y el guardarropa, y ascendi¨® con velocidad de v¨¦rtigo por la peque?a y ¨²nica escalera hasta el segundo piso donde estaba instalada la barra principal y la pista de baile. "Los que se encontraban dentro no tuvieron la m¨¢s m¨ªnima posibilidad de escapar", manifest¨® un bombero. Los cad¨¢veres se encontraban apilados unos encima de otros y muchos de ellos estaban abrazados al ser sorprendidos por el fuego mientras bailaban al ritmo del calipso y otros sones del Caribe.
El alcalde de Nueva York, David Dinkins, declar¨® despu¨¦s de observar el local que nunca hab¨ªa presenciado "un espect¨¢culo m¨¢s horrendo". Dinkins anunci¨® una inspecci¨®n de los m¨¢s de 700 clubes sociales de la ciudad y el cierre instant¨¢neo de los cerca de 200 que carecen de las m¨¢s elementales condiciones de seguridad.
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