"Quieren nuestras tierras"

A. C. El anciano capit¨¢n Hans Diergaardt, disgustado por la nueva situaci¨®n namibia, piensa que perder la propia identidad es perderlo todo en la vida. La de los bastardos est¨¢ ligada a la posesi¨®n de la tierra, que temen perder.

"Tuvimos nuestro Ej¨¦rcito, tenemos nuestra propia bandera y podr¨ªamos ser autosuficientes; sin embargo, queremos ser namibios. Lo ¨²nico. que pedimos es que se mantenga la propiedad comunal de las tierras y nuestro Gobierno local".

Si la Constituci¨®n se cumple como est¨¢ previsto, ¨¦l ser¨¢ el ¨²ltimo de los capitanes, como se denomina tradicionalmente al jefe de los bastardos elegido por la tribu. Diergaardt cumple su segundo mandato. "Nos env¨ªar¨¢n a alguien de Windhoek y, a partir de ahora, todo deber¨¢ ser entregado al Gobierno central".

El capit¨¢n no se resigna. "Si mi pueblo me apoya, haremos todo lo que est¨¦ en nuestra mano para impedir la hecatombe", afirma con decisi¨®n. De todas fomas, no toda su gente est¨¢ de acuerdo con sus ideas.

Mientras, la SWAPO acusa a los bastardos de ser el ¨²nico baluarte del apartheid que a¨²n permanece en Namibia. "?se es el pretexto que utilizan para quedarse con nuestras tierra?".