Roa Bastos: "El Quijote' no lleg¨® a Paraguay hasta su independencia"
El autor de 'Yo, el supremo' acepta la idea de residir e impartir clases en el futuro en Alcal¨¢ de Henares
Augusto Roa Bastos (Paraguay, 1917), autor de Yo, el supremo y de Hijo de hombre, recorri¨® ayer los antiguos claustros de la universidad de Alcal¨¢ de Henares, visit¨® el paraninfo, donde leer¨¢ el pr¨®ximo 26 de abril su discurso de aceptaci¨®n del Premio Cervantes, en el que se referir¨¢, entre otras cosas, "al hecho de que El Quijote no lleg¨® a mi pa¨ªs hasta su independencia de Espa?a", y recibi¨® complacido la idea del rector, Manuel Gala, de fijar su residencia en esta ciudad e impartir clases en su universidad. "Me emociona la idea de residir en la ciudad de Cervantes y participar en su renacimiento cultural".
Roa Bastos comentar¨¢ el pr¨®ximo 26 de abril en su discurso de aceptaci¨®n del Premio Cervantes una paradoja hist¨®rica: El Quijote, quiz¨¢ el libro que m¨¢s ha influido en su creaci¨®n, no lleg¨® a Paraguay hasta despu¨¦s de su independencia, en el a?o 1812 "Este hecho me parec¨ªa tan inexplicable que he gastado mucho tiempo en averiguar su veracidad, que hasta ahora me parece irrefutable".Esta tardanza en llegar no fue inconveniente para la ra¨ªz cl¨¢sica y cervantina de la prosa del escritor, quien adem¨¢s de representar la memoria colectiva de todo un pueblo que "ya desde la colonizaci¨®n fue un sincretismo de culturas y lenguas", pudo realizar una temprana inmersi¨®n en los cl¨¢sicos espa?oles "a trav¨¦s de la biblioteca de un t¨ªo obispo. En ella pude conocer a los doce o trece a?os a Graci¨¢n, Cervantes y la poes¨ªa de San Juan de la Cruz". En aquella edad m¨¢gica, "el ni?o campesino que yo era se escond¨ªa durante horas detr¨¢s de una mampara a leer".
En el recorrido realizado por la antigua sede de la universidad alcala¨ªna, Roa Bastos se mostr¨® sorprendido por la "sobriedad del recinto, hecho a la medida del hombre", y sinti¨®, como le ocurre al visitar otros lugares cargados de historia, "la fuerza de las ideas, de los deseos y emociones que lo habitaron en otro tiempo como una acumulaci¨®n". Al leer en las paredes interiores del paraninfo los nombres sobre m¨¢rmol de Quevedo, de Cervantes y de otros ilustres intelectuales y escritores, Roa Bastos pens¨® que se trataba de los antiguos rectores. "Me sorprendi¨® saber que eran nombres de estudiantes". Sorpresa que aument¨® al escuchar que existe el proyecto de a?adir el nombre de todos los premios Cervantes.
En la comida que le ofrecieron el rector Manuel Gala, el alcalde de Alcal¨¢, Isidro Florencio Campos, y Juan Manuel Velasco, director general del Libro, en la hoster¨ªa del Estudiante, aneja al patio Triling¨¹e, el m¨¢s antiguo (siglo XVI) del recinto universitario, se coment¨® la posibilidad de que Roa Bastos fije su residencia en Alcal¨¢ e imparta clases en su universidad. La propuesta, para la que Manuel Gala no ve¨ªa mayores dificultades, sedujo al escritor por cuanto "supondr¨ªa trabajar con j¨®venes, cosa que me gusta no tanto por la experiencia, sino por lo que supone de puesta al d¨ªa. He aprendido siempre m¨¢s de los j¨®venes que de los viejos. Venir a Alcal¨¢ me seduce much¨ªsimo, aunque s¨¦ que se trata s¨®lo de la expresi¨®n de un deseo del rector. Alcal¨¢ est¨¢ viviendo un renacimiento muy estimulante".
El escritor trabaja actualmente en un trilog¨ªa de la que ha terminado la primera redacci¨®n de dos novelas. Un pa¨ªs detr¨¢s de la lluvia pretende "abandonar todo barroquismo, recuperar una escritura de tal claridad que quiz¨¢ pueda parecer opaca". Roa, que se define como "un escritor no profesional", espera que sus esfuerzos actuales "no resulten fallidos, como ocurri¨® con El fiscal", novela que una vez concluida decidi¨® destruir, "aunque no renuncio a reanudarla en alg¨²n momento". Dentro de los distintos actos que se celebrar¨¢n en Alcal¨¢ en homenaje al escritor figura una exposici¨®n de arte, proyecci¨®n de pel¨ªculas con gui¨®n escrito por ¨¦l y la edici¨®n del libro El texto cautivo, apuntes cr¨ªticos e hist¨®ricos sobre literatura latinoamericana.
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