?'Cinema Paradiso'?
Italia se pregunta c¨®mo es posible que Hollywood premie su cine
Italia, tras la euforia del primer momento, reflexiona y se pregunta por qu¨¦ Hollywood y Cannes, y sobre todo el p¨²blico internacional, han querido premiar de forma tan ostentosa a la pel¨ªcula Cinema Paradiso, de Giuseppe Tornatore, que en Italia fue retirada en seguida de los cines y con la que la cr¨ªtica hab¨ªa sido un¨¢nimemente negativa. En el mercado italiano las pel¨ªculas nacionales no alcanzan al 22% de la producci¨®n.
Se lo preguntaba hace pocos d¨ªas el diario La Repubblica en un editorial en el que se afirmaba que, curiosamente, "el cine italiano en este momento deja vac¨ªas las salas como castigo contra los autores de este pa¨ªs que se han olvidado de considerar al p¨²blico como a su interlocutor". Y a?ade que el ¨¦xito mundial de Tornatore ha consistido precisamente en que "no se ha avergonzado de hacer un cine popular, que antes que nada pretende ser eso, cine". Justamente d¨ªas antes de que Italia fuese galardonada, tras 12 a?os de ayuno, con un nuevo Oscar, el diario La Stampa hab¨ªa dedicado la apertura de la secci¨®n Espect¨¢culos a un estudio dur¨ªsimo contra el cine de este pa¨ªs titulado El Waterloo del cine italiano.
En efecto, el panorama del cine en este momento es en Italia m¨¢s bien desolador. Basten algunos datos: econ¨®micamente, el cine italiano ha tocado ¨²ltimamente su m¨ªnimo hist¨®rico. En el mercado nacional las pel¨ªculas de italianos no llegan al 22%, mientras que la producci¨®n norteamericana ha supera do el 70%. No vende tampoco el cine europeo. Seg¨²n Ugo Gregoretti, ello se debe a que los americanos "se han acercado a la sensibilidad europea y, adem¨¢s, hacen buen cine".
Desde hace 15 d¨ªas no hay en cartel un solo filme italiano que pueda competir con los americanos. La misma pel¨ªcula del gigante Fellini La voz de la Luna no est¨¢ teniendo el ¨¦xito que se esperaba y los dos c¨®micos que ha escogido han recogido por su cuenta en sus pel¨ªculas m¨¢s p¨²blico del que est¨¢ recogiendo el filme del gran maestro.
Pero hay m¨¢s: la pel¨ªcula Tre colonne in cronaca, de Carlo Vanzina, ha obtenido el ¨²ltimo fin de semana en Roma s¨®lo 18 millones de liras, mientras que el filme americano La guerra de los Rose recogi¨® en la misma fecha 158 millones.
Y la crisis de dicho cine italiano ha tocado a pel¨ªculas y autores de profesionalidad incontestable y alabad¨ªsimos por la cr¨ªtica, como Rosi, Maselli o Monicelli. Seg¨²n Francesco Rossi, lo que habr¨ªa que poner en discusi¨®n es el contenido de las pel¨ªculas italianas al mismo tiempo que el enorme consumo de las pel¨ªculas en la televisi¨®n y a trav¨¦s de los v¨ªdeos. Y Pasquale Squitieri apunta, adem¨¢s, que un director norteamericano consigue contar en una tercera parte del tiempo y con imagenes m¨¢s vivas lo que emplea un italiano. Seg¨²n Squitieri, el cine italiano necesita con urgencia "modernizar su lenguaje". Y a?ade que muchos directores de cine italiano no creen que el p¨²blico es hoy m¨¢s exigente e inteligente de lo que se pueda pensar. Y Squitieri est¨¢ pagando en su propia carne esta crisis del cine, ya que su ¨²ltima pel¨ªcula, El color del odio, que ha sido proyectada s¨®lo en Roma, ha sido vista nada m¨¢s que por 534 espectadores y ha recogido 4.200.000 liras (unas 400.000 pesetas).
Tambi¨¦n el gran Ettore Scola ha pagado el pato. Su filme ?Qu¨¦ hora es? ocupa en este momento el puesto 22 de las pel¨ªculas m¨¢s vistas. Y Giuliano Montado ha confesado que "es -amargo que el p¨²blico te d¨¦ la espalda, porque te coge el p¨¢nico de haber perdido la capacidad de comunicar con la gente".
Debe hacer cine, afirman otros, s¨®lo el que "tiene una historia que contar", como Tomatore. Y tambi¨¦n que en el fondo el cine debe ser un producto selecto y que hoy el hecho de que la mayor parte de las pel¨ªculas est¨¦n patrocinadas por la televisi¨®n, sea p¨²blica o privada, obliga a grandes compromisos".
Por eso se est¨¢n volviendo los ojos sobre una serie de autores jovenc¨ªsimos, casi desconocidos, que con poqu¨ªsimos recursos est¨¢n haciendo un cine pobre pero libre.
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