La grandeza de Bruckner
El segundo programa de la Orquesta Sinf¨®nica de Tenerife, dirigida por V¨ªctor Pablo P¨¦rez, para la Semana de M¨²sica Religiosa de Cuenca estuvo dedicado a Bruckner, con la S¨¦ptima sinfon¨ªa en mi mayor y el Tedeum en do mayor, dos obras claves del per¨ªodo vien¨¦s del m¨²sico de San Flori¨¢n. Con esta sinfon¨ªa lleg¨® el gran triunfo para su autor, cuando Nikisch la dirige en Leipzig en diciembre de 1884. El p¨²blico se entusiasma y la cr¨ªtica se dispara: "Un gigante dominando a los pigmeos de su ¨¦poca", escribe Vogel. Y Rischter. "Desde Beethoven no se hab¨ªa escrito nada parecido".
Verdaderamente esta suma musical se alza en su tiempo como un inmenso monumento, como una catedral sonora tan grandiosa como clara en su textura, llena, a la vez, de espacios m¨ªsticos y rincones ¨ªntimos, en muchos de los cuales habita el esp¨ªritu vien¨¦s. De ah¨ª su conexi¨®n con Mahler.Obra maestra en todos los aspectos, tanto por los valores de una orquesta fuertemente resonante, a la que cormviene el ¨¢mbito eciesial no s¨®lo espiritualmente sino tambi¨¦n ac¨²sticamente, a trav¨¦s de sus cuatro tiempos Bruckner nos muestra su elevado magisterio, cuando canta, cuando instrumenta y cuando calla (el compositor fue genial a la hora de situar los incisos); cuando hace patetismo sin tragedia y cuando se alza l¨ªrico y familiar.
Pero se trata de una partitura enormemente dif¨ªcil para el maestro y para su orquesta. Por lo mismo debe se?alarse la versi¨®n de V¨ªctor Pablo P¨¦rez como un hito en su carrera y como un v¨¦rtice en la evoluci¨®n de la orquesta t¨ªnerfe?a a ¨¦l encomendada.
Creo con toda sinceridad que existen hoy d¨ªa unos pocos maestros capaces de traducir la S¨¦ptima sinfon¨ªa con tan honda carga de bellezas, con an¨¢loga fuerza comunicativa y con tan exacta noci¨®n de lo que el t¨¦rmino trascendencia significa en m¨²sica.
En medio de las interminables ovaciones algo quedaba claro: la grandeza musical y la fuerza clarificadora de V¨ªctor Pablo P¨¦rez, al que va ligada la progresiva madurez de la Sinf¨®nica de Tenerife, hoy por hoy una orquesta de gran impulso y excelente ejecuci¨®n, as¨ª como de una asimilaci¨®n colectiva de la ideolog¨ªa propuesta por su maestro, enteramente admirable.
H¨ªmnico e himno
En el Tedeum, estrenado la primavera de 1885, los valores impl¨ªcitos en la sinfon¨ªa se objetivan en una simplicidad triunfante: lo h¨ªmnico se hace, sin m¨¢s, himno; y la voz preciosa y sabiamente gobernada de nuestra soprano Mar¨ªa Or¨¢n, en uni¨®n de sus compa?eros de cuarteto -Claire Poweil, Friederg Lang y Baquerizo-, estuvo respaldada por el gran tel¨®n sonoro del Orfe¨®n donostiarra, que cant¨® como en sus mejores momentos, lo que dice mucho en favor de Jos¨¦ Antonio Saiz, sucesor natural de Antx¨®n Ayestar¨¢n en la titularidad del coro de San Sebasti¨¢n.Fue una jornada inolvidable y de un nivel v¨¢lido aqu¨ª o en cualquier capital europea, incluidas las de mejores tradiciones musicales.
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