Aire para una C¨¢mara con poco gas
Los partidos intentan la reconversi¨®n del Senado en foro de las autonom¨ªas sin tocar la Constituci¨®n
Un senador socialista se sincera con la ¨²nica condici¨®n de no ser identificado: "La verdad", admite, "es que en esta casa no nos ganamos el sueldo que se nos paga". Un superficial repaso a la actividad desarrollada la pasada legislatura en el Senado demuestra hasta qu¨¦ punto la denominaci¨®n de segunda C¨¢mara que recibe es algo m¨¢s que una convenci¨®n. Todos los grupos parlamentarlos est¨¢n empe?ados ahora en la tarea de reformar el reglamento del Senado para que ¨¦ste cumpla realmente al encargo constitucional de ser "C¨¢mara de representaci¨®n territorial".
La semana pasada concluy¨® el plazo fijado para que los distintos grupos presentaran sus propuestas para cambiar el reglamento. Todos lo han hecho, excepto el PSOE, que ha conseguido una pr¨®rroga hasta este viernes, d¨ªa 6. Los socialistas dicen que es para permitir que Felipe Gonz¨¢lez pueda incluir este punto entre las ofertas de acuerdo que lanzar¨¢ hoy en el debate de la cuesti¨®n de confianza en el Congreso. Los otros partidos piensan que es una peque?a argucia para conocer previamente los planteamientos de los dem¨¢s.La modificaci¨®n se plantea como una operaci¨®n de urgencia para sacar al Senado de su actual situaci¨®n de r¨¦plica devaluada del Congreso. Pero todos los grupos est¨¢n convencidos de que su reconversi¨®n definitiva en ¨®rgano de discusi¨®n y encuentro del Estado de las autonom¨ªas s¨®lo ser¨¢ posible si se reforma previamente la Constituci¨®n.
Tal convicci¨®n choca, sin embargo, con el tab¨² constitucional, el temor de los principales partidos a que un primer retoque de la Carta Magna abra la puerta a otros no deseados. "Efectivamente, lo que puede conseguirse con la reforma del reglamento es menos de lo que ser¨ªa lo ideal, pero ser¨¢ bastante m¨¢s de lo que tenemos hoy", declara el presidente del Senado, el socialista Juan Jos¨¦ Laborda, nada partidario de tocar por el momento la Carta Magna.
Los nacionalistas catalanes y vascos e Izquierda Unida consideran, por el contrario, que sin esa modificaci¨®n previa la reforma ser¨¢ "puramente cosm¨¦tica", aunque se muestran dispuestos a comprobar lo que puede dar de s¨ª. En este sentido, recalcan que existe tina contradicci¨®n insalvable entre el mandato constitucional de que el Senado sea C¨¢mara de representaci¨®n territorial y los procedimientos que fija en cuanto a sus; funciones, composici¨®n y elecci¨®n de los senadores.
Sumar voluntades
Carmelo Renobales, portavoz del PNV, apunta que dif¨ªcilmente podr¨¢ el Senado jugar ese papel mientras que cuatro quintas partes de sus miembros (209 de un total de 254) son elegidos en circunscripciones provinciales, no auton¨®micas, y con unos criterios apenas diferentes de los que rigen para la elecci¨®n de los miembros del Congreso. La otra quinta parte es designada por los parlamentos de las comunidades aut¨®nomas.
Por su parte, el representante de Converg¨¨ncia i Uni¨®, Joaquim Ferrer, entiende que la consecuencia m¨¢s importante de las modificaciones que se realicen ahora ser¨¢ la de "ir sumando voluntades para abordar un poco m¨¢s adelante la reforma de la Constituci¨®n en este punto". "No es un capricho y nadie tendr¨ªa que rasgarse las vestiduras por ello", insiste Ferrer. Recuerda c¨®mo el propio Manuel Fraga, se ha manifestado recientemente a favor de esa medida, cuando en el pasado propon¨ªa retocar el t¨ªtulo VIII con intenciones bien distintas.
El PSOE y el CDS, que en su ¨²ltimo congreso se pronunci¨® expresamente en este sentido, aparecen como los partidos m¨¢s reacios a hacerlo. Juan Jos¨¦ Laborda se muestra partidario de avanzar con tiento, de ver primero qu¨¦ da de s¨ª el nuevo reglamento, cuya aprobaci¨®n requerir¨¢ mayor¨ªa absoluta, por tener el rango de ley org¨¢nica.
El presidente del Senado espera que, como muy tarde, la C¨¢mara estrenar¨¢ el reglamento reformado el pr¨®ximo a?o, y sostiene que habr¨¢ que experimentarlo durante una o dos legislaturas antes de plantearse si se requieren cambios de mayor calado pol¨ªtico en nuestro ordenamiento jur¨ªdico. La mayor dedicaci¨®n del Senado a las cuestiones auton¨®micas no va a significar la p¨¦rdida de sus actuales funciones como C¨¢mara de segunda lectura de los proyectos de ley y de control del Ejecutivo.
Su funcionamiento cost¨® el a?o pasado 3.000 millones de pesetas, exactamente mil por debajo del Congreso, a pesar de contar con un centenar de miembros menos (254 frente a 350). En la anterior legislatura el Senado factur¨® un vol¨²men de preguntas, interpelaciones e iniciativas legislativas tres veces inferior al tramitado en la C¨¢mara Baja.
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