La reforma de Siena, "una de las ciudades m¨¢s hermosas del mundo", confiada a arquitectos barceloneses
El proyecto de Bohigas-Mackay-Martorell delimita el centro hist¨®rico de la urbe italiana
El proyecto del estudio de arquitectos de Josep Mar¨ªa Martorell, Oriol Bohigas y David Mackay, ganador del concurso internacional para la reforma de un sector del centro hist¨®rico de la ciudad italiana de Siena, delimita la frontera entre las partes antigua y moderna de esa ciudad. La victoria de los arquitectos barceloneses en ese concurso, en competencia con algunos de los m¨¢s destacados profesionales del mundo, no s¨®lo afianza al estudio Martorell-Bohigas-Mackay en la primera l¨ªnea de la arquitectura internacional, sino que supone una novedosa intervenci¨®n arquitect¨®nica contempor¨¢nea en el centro hist¨®rico de Siena, una ciudad que los ganadores del concurso cuentan "entre las m¨¢s bellas del mundo por su congruencia urban¨ªstica".
El concurso internacional para la reconstrucci¨®n de un sector del centro hist¨®rico de Siena fue convocado el 28 de abril de 1988 por la C¨¢mara de Comercio, Industria, Artesanado y Agricultura de aquella ciudad y la instituci¨®n bancaria Monte dei Paschi di Siena, m¨¢s o menos equivalente a las cajas de ahorros. El sector que se ha de reformar se encuentra justo en el l¨ªmite entre el casco antiguo de Siena y la parte moderna de la ciudad, m¨¢s o menos equidistante de la catedral, la plaza del Clampo y el antiguo baluarte, los tres puntos urbanos de referencia m¨¢s relevantes de Siena.Al concurso, de car¨¢cter restringido, concurr¨ªan, adem¨¢s del estudio barcelon¨¦s, arquitectos mundialmente conocidos, como los italianos Giancarlo de Carlo, Vittorio Gregotti y Giorgio Grassi (los tres de Mil¨¢n), Adolfo Natalini-Cristiano Toraldo di Francia, de Florencia, y Nicola Pagliara, de 1 N¨¢poles; el norteamericano Peter Elsenman (Nueva York); el alem¨¢n Oswald Matthias Unjers (Colonia); los portugueses Alvaro Siza Vieira y Jos¨¦ Paulo Santos (Oporto) y el sueco Ralph Erskine (Drottningholm). El 23 de agosto de 1988, una vez recibidos todos los proyectos, los de Giancarlo de Carlo, Oswald Matthias Ungers y Martorell-Bohigas-Mackay fueron seleccionados para la segunda fase y se le encarg¨® desarrollar m¨¢s sus propuestas. Finalmente, el 24 de marzo de este a?o el jurado proclam¨® ganadores a los barceloneses.
Edificios y entorno
"El primer factor de inter¨¦s era trabajar en Siena, una de las ciudades m¨¢s hermosas del mundo", explic¨® a este diario Oriol Bohigas, "por otro lado, los de m¨¢s competidores son amigos y es m¨¢s divertido competir con gente a la que conoces y cuya obra aprecias. En tercer lugar, el proyecto consist¨ªa en hacer unos edificios, pero comporta la reestructuraci¨®n de todo un sector ,urbano, lo cual da la medida de c¨®mo puede la arquitectura incidir en un entorno".El proyecto de Martorell-Bohigas-Mackay hace la funci¨®n de bisagra entre el entramado antiguo de Siena y su parte nueva. Prev¨¦ la creaci¨®n de dos plazas -la Piazza Grarrisci y la Piazza Matteotti- y se erigir¨¢ entre dos calles, el Viale Tozzi y la Via Malavolti. "En esa zona hab¨ªa hasta ahora construcciones de distintas ¨¦pocas, varios edificios de principios de siglo, uno de la ¨¦poca fascista y otro antiguo, que ser¨¢ el ¨²nico que no se derribar¨¢", explica Bohigas.
La propuesta de los arquitectos barceloneses prev¨¦ la construcci¨®n de dos edificios de nueva planta, que ocupar¨¢n un terreno de cerca de 5.000 metros cuadrados y tendr¨¢n una superficie construida de casi 10.000 metros cuadrados, la mitad de la cual ser¨¢ subterr¨¢nea. Se trata de un edificio muy largo, con una fachada casi completamente recta orientada hacia la parte nueva de Siena, y otra ligeramente curva, hacia el casco antiguo. A ese lado de la fachada, junto al edificio antiguo preservado, construir¨¢n otro edificio de forma redonda unido al mayor por un puente que pasar¨¢ sobre una nueva v¨ªa reservada a peatones. Ninguna de las dos edificaciones supera en altura a las construcciones vecinas, con la ¨²nica excepci¨®n de un peque?o mirador sobre el edificio largo, del que arranca el puente que conecta con la construcci¨®n redonda adyacente.
Una de las particularidades de la zona donde se va a realizar esta intervenci¨®n es que ¨²ltimamente serv¨ªa como aparcamiento de autobuses y autocares. Los arquitectos barceloneses han integrado esa funci¨®n mediante el proyecto de una estaci¨®n y un aparcamiento subterr¨¢neos.
De las dos construcciones de nueva planta ideadas por Martorell-Bohigas-Mackay, el edificio redondo ser¨¢ la sala de contrataci¨®n de la C¨¢mara de Comercio de Siena y albergar¨¢ un auditorio. Es un edificio de accesos muy abiertos en la planta baja, con s¨®lo una hilera de ventanas en la parte superior y recubierto de una estructura met¨¢lica. Por el contrario, el gran edificio largo -que albergar¨¢ las sedes administrativas de la C¨¢mara de Comercio y del Monte del Paschi di Siena- tiene una fachada (la que da a la ciudad nueva) de ladrillo visto, de coloraci¨®n rojiza, t¨ªpica de aquella ciudad, con ventanas proporcionales a las de la mayor¨ªa de edificios de Siena. "La fachada adyacente al edificio antiguo conservado y a la nueva construcci¨®n redonda, que conecta con la parte antigua de la ciudad", explica Bohigas, "ser¨¢ un muro de cristal, con la particularidad de que su estructura ser¨¢ de madera".
Fachadas armoniosas
La congruencia de los nuevos edificios con las zonas adyacentes ha sido uno de los aspectos m¨¢s especialmente cuidados del proyecto. Del mismo modo que la fachada hacia la parte nueva de la ciudad es rectil¨ªnea, la que da al sector antiguo intenta armonizar por ambos lados con el entorno a trav¨¦s de las dos plazas que quedan abiertas.En un lado, las casas vecinas est¨¢n alineadas y el nuevo edificio delimita una plaza regular y alargada. Del otro lado, en cambio, las construcciones vecinas se agrupan irregularmente, y tanto la fachada redonda como el extremo del edificio largo, acabado en punta, contribuyen a crear una plaza en estrella.
"Esta plaza es muy importante", se?ala Oriol Bohigas, "porque nos han dicho que las contrataciones de la C¨¢mara de Comercio no s¨®lo se hacen en el edificio, sino tambi¨¦n al aire libre o en un bar cercano. Se trataba de estimular ese espacio propicio para la formaci¨®n de corros y el movimiento de personas".
El arquitecto barcelon¨¦s aclara: "La decisi¨®n de hacer un edificio redondo se tom¨® porque iba bien para sus dos funciones, tanto la de sala de contrataci¨®n como la de auditorio; tambi¨¦n era la forma id¨®nea para entroncar con el edificio antiguo preservado y con el otro de nueva planta. En general, los edificios redondos tienden a perder su forma propia y as¨ª conseguimos que el espacio se ensanche hacia las calles adyacentes".
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