Clamor extreme?o
NO LE va a ser f¨¢cil a la Junta de Extremadura salir airosa de la batalla por la reforma agraria en que est¨¢ empe?ada y satisfacer las ansias de tierra de los colonos y jornaleros del campo extreme?o. Desde algunos sectores econ¨®micos y sociales no se duda en calificar de pura demagogia la actitud de los gobernantes de la Junta y de arcaicas las aspiraciones de los campesinos extreme?os por su obstinaci¨®n en tomarse al pie de la letra la vieja reivindicaci¨®n de "la tierra para quien la trabaja", que ha dado sentido a todas las revueltas habidas en el campo espa?ol desde el siglo XIX.Arca¨ªsmo es, en todo caso, que una extens¨ªsima porci¨®n del campo extreme?o siga en manos de un reducid¨ªsimo n¨²mero de personas que no se preocupan, o lo hacen en grado insuficiente, de la explotaci¨®n y rendimiento de sus tierras y que adem¨¢s viven fuera de ellas. Es la situaci¨®n de estos latifundios la que rememora im¨¢genes del siglo XIX en la sociedad espa?ola del siglo XXI, y son sus beneficiarios -aquellos que poseyendo las tierras no las explotan adecuadamente- los que merecen ser calificados de se?ores feudales. El problema de la estructura de la tierra en Extremadura o en Andaluc¨ªa no tiene f¨¢cil soluci¨®n. Hacer el campo productivo y rentable para quienes lo trabajan y viven de ¨¦l exige no s¨®lo una firme voluntad pol¨ªtica de los gobernantes -que debe expresarse en algo m¨¢s que en el demag¨®gico env¨ªo de telegramas de los prohombres socialistas a sus correligionarios extreme?os-, sino instrumentos jur¨ªdicos adecuados a tal fin. Es dudoso que exista la voluntad pol¨ªtica y es patente la ausencia de estas herramientas legales. A falta de una pol¨ªtica global del Gobierno socialista sobre la reforma del campo -todav¨ªa la poblaci¨®n activa agraria en Espa?a supera con mucho la media de la de la CE, un 15% frente al 9%-, la Junta de Extremadura, como la de Andaluc¨ªa, ha tenido que echar mano de leyes obsoletas que contemplan la expropiaci¨®n de los latifundios abandonados o insuficientemente explotados como ¨²ltimo recurso, en el supuesto de incumplimiento de determinadas condiciones por sus propietarios.
No es convincente pretender abordar la complejidad de una reforma agraria moderna exclusivamente con la ayuda de leyes que s¨®lo inciden en este objetivo muy indirectamente, como es el caso de la ley de Reforma y Desarrollo Agrario de 1973 y la ley de Fincas Manifiestamente Mejorables de 1979. La inadecuaci¨®n del instrumento jur¨ªdico puede explicar en parte la abundancia de resoluciones de los jueces contra la pol¨ªtica de expropiaciones de grandes fincas practicada por los respectivos Gobiernos aut¨®nomos. Es evidente que con una legislaci¨®n actualizada para la reforma agraria -que dirimir¨ªa los casos y las circunstancias imprescindibles para una medida tan excepcional como la expropiaci¨®n de propiedades- ser¨ªa mas f¨¢cil remontar los obst¨¢culos que pudieran interponer en su tareajueces conservadores o insensibles a la realidad social.
En cualquier caso, ser¨ªa verdaderamente chusco que el ¨²nico resultado de este conflicto fuera el procesamiento del senador socialista que retom¨® la insultante frase "salteadores de caminos" lanzada originariamente contra su partido por la Prensa m¨¢s genuina de la caverna y la arroj¨® a su vez contra Ios jueces del Tribunal Superior de Extremadura. Sin duda, el senador actu¨® con una ligereza imperdonable en un pol¨ªtico, pero los jueces ya han dictaminado -guste o no guste- que expresiones de tal guisa est¨¢n amparadas en el derecho constitucional a la libertad de expresi¨®n, y no ser¨ªa coherente que cuando se vierten contra ellos dieran marcha atr¨¢s en su jurisprudencia. El paro agrario y la precaria condici¨®n en que viven los jornaleros extreme?os exigen soluciones globales por parte de los gobernantes, de las que las expropiaciones de tierras s¨®lo son una parte. Pero ning¨²n grupo social, por poderoso que sea, tiene legitimaci¨®n para anteponer sus intereses particulares, sobre todo cuando ¨¦stos permanecen en el abandono, a la satisfacci¨®n de tan hondas aspiraciones sociales.
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