Cruzada
Empez¨® la cruzada contra la interrupci¨®n de las pel¨ªculas. Los intelectuales en particular y los ciudadanos en general, encolerizados por este atentado a la creaci¨®n art¨ªstica, han emprendido una cruzada para impedir que la televisi¨®n interrumpa con anuncios las pel¨ªculas.La verdad es que nunca hubo respeto para las pel¨ªculas, ni dentro de la televisi¨®n ni fuera de ella. Algunas gentes -obviamente, iletradas- se dedican en el cine a comer pipas, patatas fritas y torraos, que son mercanc¨ªa dura cuya crepitante masticaci¨®n impide escuchar los di¨¢logos. En el estreno de Rashomon, cuando el protagonista estaba en plena meditaci¨®n filos¨®fica sobre la verdad, uno del gallinero grit¨®: "?Moraleja, esconde la mano que viene la vieja!". Durante la dictadura, las parejas utilizaban el cine de tapadera para meterse mano. Incluso hab¨ªa quien se propasaba con la vecina de localidad, que la emprend¨ªa a alaridos si no era consentidora. Muchas pel¨ªculas se han visto interrumpidas por los gritos de "?Acomodadooor, que me violaaan!".
La cruzada concluir¨¢ con la rendici¨®n incondicional del enemigo -es decir, cuando a nadie se le ocurra interrumpir una pel¨ªcula-, y s¨®lo entonces tendr¨¢n paz los ciudadanos en general y los intelectuales en particular. En las restantes creaciones art¨ªsticas, que cada cual se las entienda. Por ejemplo, Beethoven (que, a lo mejor, no era partidario de la unidad europea, ni nada), cuya Novena sinfon¨ªa utilizan en la CE de himno; o Vivaldi, cuya m¨²sica anuncia bancos; o Verdi, cuyas ¨®peras sirven para promocionar detergentes. O un servidor, sin ir m¨¢s lejos, que escribi¨® un art¨ªculo de 12 folios intitulado Del desamor y otras incompatibilidades entre los himen¨®pteros y los vi?edos manchegos con sus nefastas consecuencias en la producci¨®n vin¨ªcola, y un redactor jefe lo redujo a 10 l¨ªneas y le cambi¨® el t¨ªtulo por Se recrudece la filoxera en Valdepe?as. Eso se atrevi¨® a hacer con mi creaci¨®n art¨ªstica, el muy bandido.
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