La liberaci¨®n de la reh¨¦n Valente, 'gesto' de Gaddafi
Muammar el Gaddafi cumpli¨® su palabra. En la ma?ana de ayer, Jacqueline Valente, el ¨²ltimo reh¨¦n franc¨¦s en L¨ªbano y la ¨²nica mujer occidental capturada en ese pa¨ªs por grupos extremistas ¨¢rabes, recuper¨® su libertad. La buena nueva vino acompa?ada de la revelaci¨®n de un en¨¦simo horror liban¨¦s: la muerte en cautiverio de uno de los dos hijos que Valente tuvo durante sus dos a?os y medio de secuestro. La pasada semana, Gaddafi hab¨ªa llamado a los musulmanes de todo el mundo a liberar sus rehenes y presos pol¨ªticos antes del fin del mes sagrado del Ramad¨¢n. El enf¨¢tico mensaje del l¨ªder libio ten¨ªa un destinatario concreto: el grupo palestino Al Fatah-Consejo Revolucionario, de Abu Nidal.
En el avispero liban¨¦s, Gaddafi s¨®lo tiene una influencia directa sobre las gentes de Abu Nidal. Y eran esas gentes quienes ten¨ªan secuestrada a la francesa Jacqueline Valente, su compa?ero belga Fernand Houtekins y otros miembros del equipaje y la tripulaci¨®n del Silco, un barco desaparecido en noviembre de 1987 cuando navegaba frente a las costas libanesas.Los militantes de Abu Nidal escucharon el mensaje de Gaddafi; recibieron, sin duda, otras instrucciones secretas y, en la ma?ana de ayer, depositaron a Valentel Houtekins y su hija Sophie-Libert¨¦, de dos a?os de edad, frente a la Embajada francesa en Beirut Oeste, en las narices mismas de los soldados sirios que ocupan la zona.
Roland Dumas, ministro de Asuntos Exteriores franc¨¦s, se apresur¨® en reconocer el papel desempe?ado por el coronel Gaddafi en esta liberaci¨®n. El l¨ªder libio, afirm¨®, ha tenido "un gesto humanitario". Dumas no lo dijo, pero Francia sabr¨¢ premi¨¢rselo avalando esa nueva imagen de moderaci¨®n que Gaddafi intenta con dudoso ¨¦xito presentar al mundo desde hace un par de a?os.
La intervenci¨®n de Gaddafi no despeja las incertidumbres de los ¨²ltimos meses sobre el destino de Abu Nidal. Seg¨²n distintas versiones, el "terrorista n¨²mero uno mundial" est¨¢ encarcelado, en libertad vigilada o enfermo en Tr¨ªpoli. Ning¨²n servicio secreto occidental ha podido confirmar cualquiera de estas versiones, pero lo cierto es que los atentados de Al Fatah-Consejo Revolucionario han cesado, sus militantes se han dividido en varias tendencias y su propio l¨ªder no da se?ales de vida.
Larga negociaci¨®n
Una liberaci¨®n de rehenes en L¨ªbano es el resultado de una larga y compleja negociaci¨®n entre un Gobierno occidental y otro del mundo ¨¢rabe y musulm¨¢n. Al Fatah-Consejo Revolucionario explic¨® ayer en Beirut que su decisi¨®n de liberar a la pareja Valente-Houtekins y su hijita prueba su voluntad de "reforzar la amistad entre la naci¨®n ¨¢rabe, el pueblo franc¨¦s y su presidente, Fran?ois Mitterrand".
Pero, sobre todo, una liberaci¨®n de rehenes es el fruto de la presi¨®n incesante de los familiares de las v¨ªctimas. El fin del calvario de Jacqueline Valente es tambi¨¦n el de una hermosa historia do solidaridad. "La pesadilla ha terminado y yo tiemblo de alegr¨ªa", dijo ayer en Tol¨®n Brigitte Valente, madre de Jacqueline. Ella, Anne Marie, su otra hija, y el marido de ¨¦sta, Andr¨¦ M¨¦tral, fueron durante los ¨²ltimos dos a?os y medio los ¨²nicos que no olvidaron a los rehenes de Abu Nidal.
Embarazada en el momento de su captura, Jacqueline Valente dio a luz en L¨ªbano una ni?a, a la que ella y su compa?ero llamaron Sophie-Libert¨¦. La pareja tuvo m¨¢s tarde un segundo hijo en cautiverio. Sophie-Libert¨¦ acompa?aba ayer a sus padres en el camino de vuelta a Francia, pero no su hermanito. El ni?o, inform¨® el embajador franc¨¦s en Beirut, muri¨® hace unas semanas. El ni?ito de Jacqueline Valente fue, pues, el primer beb¨¦ reh¨¦n muerto en L¨ªbano. En ese pa¨ªs ya no quedan franceses secuestrados, pero s¨ª los otros cuatro belgas del Silco en manos de Abu Nidal y otro buen pu?ado de occidentales que guardan los hu¨¦rfanos de Jomeini.
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