En memoria de Lorente de No
Con la desaparici¨®n de Rafael Lorente de No (Zaragoza, 1902-Tucson, 1990), puede decirse que concluye la ¨¦poca del individualismo cient¨ªfico, la de los gigantes visionarios y geniales. Lorente, el benjam¨ªn de la Escuela Neuro-histol¨®gica Espa?ola, producto tal giro copernicano en la investigaci¨®n neurocientifica que termin¨® convirti¨¦ndose en una de las grandes figuras de la neurofisiolog¨ªa moderna. Su labor, tempranamente brillante, mutante, longeva e injustamente olvidada, debe figurar junto a las de Cajal, R¨ªo-Hortega y Severo Ochoa.Siendo estudiante, y por mediaci¨®n de Pedro Ram¨®n, se incorpor¨® al Laboratorio de Investigaciones Biol¨®gicas de Cajal. Del estudio de la regeneraci¨®n nerviosa pas¨® al de las localizaciones cerebrales, publicando uno de los trabajos m¨¢s concluyentes a favor del localizacionismo: La corteza cerebral ac¨²stica del rat¨®n (1922). Su inter¨¦s por el sistema ac¨²stico y su contacto con otro Nobel, Robert B¨¢r¨¢ny, le aproxim¨® a la fisiolog¨ªa experimental. Becado por la Junta para la Ampliaci¨®n de Estudios (1924-1927), trabaj¨® tanto en Uppsala con B¨¢r¨¢ny como en Berl¨ªn con los Vogt, publicando la monograf¨ªa ?tudes sur Fanatomie et la physiologie du labyrinthe de Voreille et du huitieme nerf (1926), que le dio un r¨¢pido prestigio mundial y, que llev¨® al propio Oskar Vogt a afirmar: "El doctor Lorente de No re¨²ne todas las caracter¨ªsticas de] genio".
Su investigaci¨®n neurootol¨®gica fue completada entre 1928 y 1930 con un fugaz inter¨¦s por la ontolog¨ªa cl¨ªnica como jefe del servicio del hospital Valdecilla, de Santander.
En 1931 march¨® definitivamente a Estados Unidos. Primero estuvo en el Central Institute for the Deaf, de Saint Louls (1931-1935), donde culmin¨® su estudio del n¨²cleo ac¨²stico primario desde la doble orientaci¨®n histofisiol¨®gica. Sus trabajos son cl¨¢sicos de la neurootolog¨ªa: Anatomy of eighth nerve (1933), Vestibular-ocular reflex arc (1933) y Studies on structure of cerebral cortex (1934).
Su paso al Rockefeller Institute de Nueva York (1936-1972) llev¨® impl¨ªcito su dedicaci¨®n exclusiva a la neurofisiolog¨ªa b¨¢sica. Desde el posiblemente mejor dotado -laboratorio del mundo revolucion¨® el campo de la transmisi¨®n sin¨¢ptica. Una serie de brillantes trabajos concluyeron en la obra A study of nerve physiology (1947), que le convirti¨® en eterno candidato al Premio Nobel. Lorente, m¨¢ximo exponente de la orientaci¨®n electrofisiol¨®gica, se mantuvo en las mismas directrices, contando en los a?os cincuenta y sesenta con destacadas colaboraciones: Feng, Laporte, Larramendi, Condouris y Honrubia. Este ¨²ltimo, su principal disc¨ªpulo, velar¨ªa por que tras la jubilaci¨®n L¨®rente pudiera continuar sus trabajos en la UCLA School of Medicine.
Los ¨²ltimos a?os de actividad cient¨ªfica se centraron en la cooperaci¨®n con Honrubia sobre la transmisi¨®n nerviosa -publicando m¨²ltiples trabajos en Proceedings of the National Academy of Sciences- y en la actualizaci¨®n de sus resultados neurootol¨®gicos, destacando Some un resolved problems concerning the cochlear nerve (1976) y The primary acoustic nuclei ( 1981 ).
La gran paradoja de Lorente de No fue que mientras revolucion¨® las neurociencias desde la histolog¨ªa hacia la fisiolog¨ªa fue pasando del m¨¢ximo reconocimiento al olvido. La actividad social de la ciencia dicta sus propias normas y modas, y Lorente fue poco a poco diluy¨¦ndose en las sombras. Su genio inagotable sigui¨® contribuyendo, pero ante una comunidad interesada por otros objetivos. Los ¨²ltimos a?os fueron de rencor y amargura, de rabia al ver la escasa difusi¨®n de sus trabajos. No obstante, y aunque el valor real de su contribuci¨®n est¨¢ a¨²n por analizarse en sus m¨¢s ¨ªntimos aspectos, su trascendencia ya le sit¨²a entre los m¨¢s grandes, aquellos hombres dotados por igual del fruct¨ªfero genio y de la revolucionaria visi¨®n de futuro, ajenos a¨²n a la constre?ida administraci¨®n cient¨ªfica que vendr¨ªa despu¨¦s.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.