El modelo sueco, en crisis
El Gobierno socialdem¨®crata minoritario fue sacudido durante dos semanas por una crisis parlamentaria. Pero retorn¨®, ahora con un apoyo m¨¢s amplio en el Parlamento aunque todav¨ªa algo inseguro, particularmente por parte del Partido del Centro, Partido Agrario en sus or¨ªgenes.El modelo sueco, b¨¢sicamente un modelo socialdem¨®crata, se encuentra en una situaci¨®n de crisis. Nadie cree, sin embargo, en alg¨²n cambio radical de este modelo; por el contrario, la mayor¨ªa piensa que son necesarias importantes reformas.
La aguda situaci¨®n que ocasion¨® la crisis pol¨ªtica fue la inflaci¨®n, que alcanza entre el 8% - 9%, alarmante por cuanto es mucho m¨¢s elevada que la de los pa¨ªses con los cuales Suecia compite en los mercados de exportaci¨®n. Esa alta inflaci¨®n est¨¢ vinculada a su vez con el fen¨®meno de crisis en lo que es caracter¨ªstico del modelo sueco. El Gobierno quiso unir dos objetivos que en la pol¨ªtica de Europa occidental y en general se han mostrado incompatibles: alto crecimiento econ¨®mico y bajo ¨ªndice de paro o ninguno. Esto ha ido sorprendentemente bien durante varios a?os de r¨¦gimen socialdem¨®crata, en parte ayudado por una buena coyuntura internacional.
Pero pronto apareci¨® el fen¨®meno de la crisis. Con carencia de fuerza de trabajo, los empresarios privados estuvieron dispuestos a aumentar los salarios de obreros y empleados que les eran m¨¢s necesarios, y los sindicatos, naturalmente, no mostraron ning¨²n inter¨¦s en limitar sus posibilidades de aumentos de sueldos.
Pero es un rasgo esencial del modelo socialdem¨®crata que la pol¨ªtica de sueldos debe ser solidaria, lo cual tiene como consecuencia que tambi¨¦n las poderosas organizaciones de empleados en el sector p¨²blico exijan igualmente sueldos altos. Esto afecta directamente a los contribuyentes, que en ¨²ltima instancia responden por sus sueldos, y en Suecia el sector p¨²blico es grande. Esto sucede adem¨¢s en una situaci¨®n en la que el crecimiento econ¨®mico es s¨®lo de aproximadamente 1,5%.
Simplificando, el problema se volvi¨® entonces doble: por una parte, inflaci¨®n que encarece: nuestras mercader¨ªas de exportaci¨®n, y, por otra, una presi¨®n para el sistema impositivo que ya tiene los impuestos m¨¢s altos del mundo occidental.
Varios componentes importantes del tradicional modelo socialdem¨®crata fueron actualizados. Es de pr¨¢ctica que las organizaciones sindicales y patronales, sin participaci¨®n del Gobierno, se ponen de acuerdo sobre salarios y condiciones de trabajo. Se parte del supuesto de que ellos asumen su responsabilidad, observan la situaci¨®n econ¨®mica de la sociedad y tratan de que esos amplios acuerdos colectivos sean adem¨¢s permanentes.
Tiempo atr¨¢s Suecia ten¨ªa pocos conflictos, pero esto tambi¨¦n ha cambiado. ¨²ltimamente, cada vez m¨¢s, organizaciones, patrones y obreros, privados y p¨²blicos, han tenido conflictos. Tambi¨¦n se han producido huelgas espont¨¢neas mientras se negociaba sobre aumentos de alrededor del 10% y 15%.
Otra doctrina en el modelo econ¨®mico sueco sostiene que la empresa que no es rentable debe cerrar. La llamada pol¨ªtica solidaria de sueldos por la cual los empleados tendr¨¢n los mismos altos sueldos por igual trabajo, prescindiendo de que la empresa sea rentable o no, debe conducir a que las organizaciones sindicales acepten que empresas deficitarias sean cerradas cuando no pueden asumir los costes de los sueldos.
Es solamente gracias a la fortaleza de las organizaciones sindicales que esto ha sido posible. En Suecia, el 90% de los empleados est¨¢ sindicado y por eso tambi¨¦n influyen en las medidas de la "pol¨ªtica del mercado del trabajo", que r¨¢pidamente puede dar a los empleados nuevos trabajos o nueva formaci¨®n profesional cuando la industria se moderniza. Pero la otra cara de la pol¨ªtica solidaria de salarios es que los asalariados no reciben todo lo que podr¨ªan en empresas especialmente rentables con grandes ganancias. ?stas exigen que las ganancias sean utilizadas en inversiones productivas en la empresa.
Aqu¨ª se resiente la solidaridad. Diferentes beneficios no gravados impositivamente son repartidos por los patronos en las. empresas que dan ganancias, la mayor parte de -empleados que ya tienen sueldos altos. Una consecuencia de un sistema de impuestos -que ahora se reforma- es que resulta m¨¢s rentable tener. una parte de tales beneficios que tener un sueldo m¨¢s alto, que es gravado con altos impuestos.
Suecia vino a desembocar en una situaci¨®n en la que la inflaci¨®n era demasiado alta sin que hubiera un Gobierno con una mayor¨ªa parlamentaria suficientemente fuerte como para atacar las dificultades con medidas impopulares. Las propuestas que plante¨® chocaban en parte con la tradici¨®n socialdem¨®crata, como por ejemplo la congelaci¨®n de salarios sobre cierto nivel y la prohibici¨®n de huelgas durante un tiempo. Pese a que otras medidas -congelaci¨®n de precios y alquileres- iban incluidas en el paquete, surgieron fuertes protestas en el movimiento sindical. Fue entonces, cuando el Gobierno qued¨® con un Parlamento en punto muerto y una situaci¨®n de protestas internas, cuando dimiti¨®.
Los altos impuestos dependen de que en cierto grado el sistema de seguridad se ha vuelto muy caro. Esto no concierne tanto al bienestar social como a menudo se cree cuando el modelo sueco es discutido en otros pa¨ªses. Ning¨²n partido pol¨ªtico postula disminuir el estado de bienestar, la Seguridad Social, el apoyo a los desempleos, las jubilaciones, asignaciones familiares, etc¨¦tera. En realidad, es tambi¨¦n el liberalismo sueco, en esencia, lo que se llama social-liberalismo. Pero en ciertas ¨¢reas, las denominadas transferencias, se han vuelto demasiado elevadas. El traspaso de dinero en ciertas ¨¢reas, por ejemplo subvenciones a la vivienda y la agricultura, pensiones anticipadas, f¨¢cil absentismo laboral por enfermedad, etc¨¦tera. Adem¨¢s el pueblo sueco tiene una jornada laboral demasiado corta, dependiendo esto en parte de un sistema impositivo que estimula el tiempo libre antes que el aumento de ingresos por horas de trabajo especialmente entre los altos sueldos. Los m¨¦dicos suecos, se afirma, tienen la jornada de trabajo m¨¢s corta del mundo.
No es lo que vagamente se llama burocracia el problema principal. La Administraci¨®n p¨²blica es, comparativamente, efectiva, pero aun as¨ª es necesario efectivizarla en ciertas ¨¢reas de la econom¨ªa que no est¨¢n expuestas a la competencia, y quiz¨¢ tambi¨¦n, all¨ª donde sea posible, introducir aspectos de competencia. El debate ideol¨®gico concierne, entre otros puntos, a cu¨¢nto de la iniciativa privada y por consiguiente de aumento de competencia est¨¢ uno interesado en introducir en ¨¢reas que seg¨²n el modelo tradicional pertenecen al sector p¨²blico. Una exigencia socialdem¨®crata en este debate es, desde tiempo atr¨¢s, que el sistema de seguridad sea general. Esto significa que todos, independientemente de los ingresos o bienes, tengan derecho a una buena y pareja asistencia m¨¦dica, educaci¨®n calificada, igual seguridad en su puesto de trabajo, etc¨¦tera.
Seg¨²n esta concepci¨®n socialdem¨®crata, una discriminaci¨®n en algunas de esas ¨¢reas vitales conducir¨ªa, por una parte, a un doble est¨¢ndar, y, por otra, a que los de m¨¢s altos ingresos no estuvieran dispuestos a financiar por medio de impuestos el sistema de seguridad. Si ellos utilizan, por ejemplo, servicios m¨¦dicos privados, los que ser¨¢n m¨¢s caros, considerar¨¢n injusto que adem¨¢s deban contribuir a los costes de la salud de otros.
Cuando uno, por ejemplo, dentro de la Ramada oposici¨®n burguesa en este debate ideol¨®gico, exige m¨¢s iniciativa privada, encuentra la oposici¨®n de los socialdem¨®cratas. ?stos ven en tal pol¨ªtica una amenaza contra lo que consideran un componente decisivo no s¨®lo en su ideolog¨ªa, sino en toda la sociedad escandinava de bienestar. Por el contrar¨ªo, no tienen los socialdem¨®cratas inconveniente en preservar la econom¨ªa de mercado cuando se trata de la industria y la producci¨®n de servicios que no afectan partes vitales de la Seguridad Social.
La socialdemocracia presupone en realidad una econom¨ªa capitalista din¨¢mica que se defienda bien internacionalmente.
Cuando el Gobierno socialdem¨®crata minoritario retorn¨® despu¨¦s de una crisis de algo m¨¢s de una semana de una duraci¨®n, pareci¨® que la situaci¨®n hab¨ªa cambiado. Ya era menos actual el ajuste de la econom¨ªa exigido por la demanda excesiva a que hab¨ªan llevado los aumentos salariales y otros factores. Un conflicto entre los bancos y sus empleados provoc¨® el cierre de aqu¨¦llos durante dos semanas, lo que tuvo como resultado que inesperadamente la gente comprara menos. El inter¨¦s subi¨® fuertemente cuando la pol¨ªtica financiera qued¨® paralizada. Adem¨¢s, los profetas econ¨®micos comenzaron a vaticinar un empeoramiento de la coyuntura internacional. Los economistas dicen que lo ¨²nico que puede detener la inflaci¨®n es el paro. Adem¨¢s, cada vez m¨¢s las empresas se trasladan hacia los pa¨ªses de la Comunidad Europea para poder competir m¨¢s f¨¢cilmente en esos mercados, lo cual quiz¨¢ tambi¨¦n aten¨²a las exigencias de sueldos poco realistas en Suecia.
La crisis de Gobierno fue un episodio breve. No va a significar una crisis decisiva para el modelo sueco. Pero ella ha hecho quiz¨¢ que el pueblo sueco preste mayor atenci¨®n a ciertas debilidades y se muestre tambi¨¦n m¨¢s dispuesto a reformar aspectos tradicionales cuidadosamente preservados. Por el contrario, la mayor¨ªa en Suecia desestima los viejos y manidos argumentos de los c¨ªrculos de la derecha internacional de que todo el modelo, socialdem¨®crata o social-liberal, ha sido absurdo desde el comienzo y por fin debe ser eliminado. Esto lo ha venido oyendo uno desde hace 50 a?os sin que ninguna previsi¨®n pol¨ªtica lo haya confirmado.
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