La ronda period¨ªstica de Juan Guerra

Juan Guerra ocup¨® un despacho de la Delegaci¨®n del Gobierno en Andaluc¨ªa, durante el mandato de tres delegados. Ninguno de ellos, jam¨¢s, le pregunt¨® qu¨¦ hac¨ªa all¨ª. "Ellos, simplemente, lo sab¨ªan. Somos compa?eros". Cuando abandon¨® aquel lugar, lo hizo voluntariamente. "Nadie me dijo que me fuera". Juan Guerra contradice as¨ª las palabras del vicepresidente del Gobierno, en su comparencia parlamentaria, cuando dijo: "En mayo de 1989, la direcci¨®n del PSOE decidi¨® que don Juan Guerra dejara de prestar sus servicios como asistente, lo que se produjo en ese mismo momento, aunque el contrato laboral qued¨® rescindido en el mes de noviembre". Juan Guerra, en cambio, quiz¨¢s porque no recuerda lo que dijo Su hermano, asegura a este peri¨®dico que dej¨® de cobrar su sueldo como asistente el pasado mes de enero.

Durante su ronda period¨ªstica, Juan Guerra, ha mantenido una idea fija: todo es mentira. Y obsesivamente asegura que el fin de la campa?a que se ha desencadenado contra ¨¦l tiene el objetivo de atacar a su hermano. "Claro, que aunque quer¨ªan matarlo, s¨®lo le han dado una hostia".Las manifestaciones de miembros destacados de su partido desmarcando al PSOE de las andanzas del bautizado como "el conseguidor", no le hacen mella. Carlos Sanju¨¢n, por ejemplo, dijo: "No se puede permitir que los ¨¢rboles no os dejen ver el bosque. ?ste es el partido de la honradez. Y esto no quiere decir que no haya personas que han tenido una vida honrada y que en un momento se equivoquen". Al preguntarle a Guerra sobre esta alusi¨®n, responde: "Es la opini¨®n de Sanju¨¢n. Es que hace poco que ha aterrizado por Sevilla y tal vez no est¨¢ muy enterado. Puede ser que haya ca¨ªdo en el ruido de la campa?a que se ha desatado contra mi. Puede ser que hable llevado por un exceso de celo ante otras personas de m¨¢s altura, por salvar otra imagen". Tampoco admite las cr¨ªticas de dos presidentes de comunidad, Jose Bono y Joaqu¨ªn Leguina, muy duros con las actuaci¨®n de su compa?ero de partido. Porque aunque una y otra vez ha habido manifestaciones, que incluyen la de la ministra portavoz del Gobierno, y la del secretario de Organizaci¨®n del PSOE, Guerra, como si guardara una carta en la manga, les quita relevancia o las niega. Al comentarle que parece que ya no se le quiere ver en el partido socialista, dice: "Bueno, ya hablaremos m¨¢s adelante de eso. Ahora no se puede". ¨²nicamente al mencionarle las palabras del presidente del Gobierno, que dijo: "Me gustar¨ªa que el propio Juan Guerra dijera cu¨¢les fueron los l¨ªmites de su actuaci¨®n. Porque puede ocurrir que parte de lo que se ha dicho no se corresponda exactamente con la verdad, aunque el asunto debe aclararse hasta sus ¨²ltimas consecuencias", este hombre bajo sospecha, admite que aquello "estaba bi¨¦n claro. Interpret¨¦ que yo deb¨ªa hablar. Y as¨ª lo he hecho, cuando los fiscales han terminado su investigaci¨®n. Como dije que lo har¨ªa en una nota de prensa, antes de que el presidente del Gobierno lo dijera".

"No es tan grave"

Por lo dem¨¢s, su aparici¨®n ante algunos medios Prensa, para cumplir el deseo de Felipe Gonz¨¢lez, no ha servido para arrojar luz en las inc¨®gnitas existentes. M¨¢s bien, los l¨ªmites de su responsabilidad, se mantienen en la oscuridad. "No es tan grave, pero se quiere agravar". Ese es su comentario a la crisis abierta en su partido y que ha llevado al vicepresidente del Gobierno a presentar la dimisi¨®n, y al presidente Gonz¨¢lez a aclarar que si Alfonso Guerra se va, ¨¦l tambi¨¦n se marcha. Pero este otro Guerra, que no parece estar muy preocupado, aunque, eso s¨ª, le ha dolido, asegura: "?Es que estoy obligado a cambiar mi vida, por las cosas que di an los periodistas?".?l, gque dice haberlo aprendido todo en la calle, asegura tambi¨¦n que el caso Juan Guerra no va a influir en los votantes. "Las encuestas que ha sacado alguno, diciendo que la mitad de los espa?oles opina que mi hermano debe irse del Gobierno, tienen tanta credibilidad, como otra que hizo el mismo se?or, en la que dijo, dos d¨ªas antes de las elecciones, que la Operaci¨®n Roca iba a sacar un mont¨®n de diputados".

Y aunque Juan Guerra parece ser casi el ¨²nico espa?ol que minimiza la importancia de la crisis abierta en el PSOE a ra¨ªz de que saltara a la Prensa este asunto, no por eso se preocupa. "Eso lo dice la gente que durante ocho a?os ha silenciado los ¨¦xitos de mi partido". Un partido del que, al preguntarle sobre si piensa que ha decidido sacrificarle, dice: "Eso yo no puedo entenderlo".

Y adem¨¢s, est¨¢ muy contento de haber "echado un cable" pensando en las elecciones de junio: "Si puedo echar un.cable al partido, se lo echo. Por eso dije lo de IU en el programa de Quintero. Eso de que los viejos socialistas se escandalizar¨ªan si levantaran la cabeza y vieran que presentan una querella con recortes del ABC. Sirve. Para el votante de Andaluc¨ªa, sirve". "En Sevilla est¨¢n hartos de este asunto m¨ªo. ?Pero qu¨¦ rollo es este?, dicen".

Si llev¨® a cabo tr¨¢fico de influencias, si trabajo para s¨ª mismo o para el partido, si las empresas que se citan, y las visitas interesadas a miembros de la Administracion, son ciertas o no; todo eso, sigue sin conocerse.