Tras las huellas de Sciascia
Escritores italianos debaten en Agrigento la obra del escritor siciliano
All¨ª donde Italia con un puntapi¨¦ puede enviarla a ?frica est¨¢ Sicilia. Y en la isla hay gente que no quiere olvidar la desaparici¨®n de un gran escritor: Leonardo Sciascia. Enterrado cerca de Agrigento, en Recalmuto, el escritor sigue reuniendo alrededor de su nombre a aquellos intelectuales italianos que no quieren rendirse. Domenico Porzio Sebastiano Addamo, Roberto Calasso, Nino Borsellino y Aldo Scim¨¦, en tres d¨ªas de coloquio organizado por la provincia de Agrigento, han analizado algunas de las facetas relativas a los problemas y la tem¨¢tica de sus novelas. De Francia lleg¨® Claude Ambroise, y de Mosc¨², Cecilia Kin.
Sciascia y el derecho, el escritor y su doble, la controversia, el c¨®digo, la pol¨ªtica, el detective, el ensayista fueron temas analizados por los ponentes reunidos en este simposio del italiano que se enamor¨® de la historia de Espa?a. Sobre el concepto de justicia y garant¨ªas constitucionales intervino un joven magistrado de Catama, Vicenzo Vitale, que tiene a sus espaldas una dolorosa historia de inquisici¨®n. Y adem¨¢s, Sciascia y Stendhal, y Pirandello, y Manzoni, y Voltaire. Sciascia y Am¨¦rico Castro. Los m¨¢s de 30 libros e innumerables art¨ªculos del intelectual siciliano recientemente fallecido parecen haber cubierto todo el espacio de la realidad italiana hasta tocarlo y morderlo."Debo hacer las cuentas, de 30 a?os a esta parte, primero con aquellos que no creen en la Mafia y, despu¨¦s, con aquellos que no ven otra cosa que Mafia. De cuando en cuando he sido acusado de injuriar a Sicilia. Despu¨¦s, de defenderla. Los f¨ªsicos me han acusado de vilipendiar la ciencia. Los comunistas , de haber bromeado con Stalin; los clericales, de no estar con Dios. No soy infalible, aunque creo haber dicho siempre la verdad. Tengo 67 a?os, debo reprocharme y lamentar muchas cosas, pero ninguna que haya hecho por mala fe o inter¨¦s personal. Pero se es como se es".
As¨ª lo ha dejado escrito Leonardo Sciascia en su libro p¨®stumo, titulado A la memoria futura, si la memoria tiene futuro, del que se venden todav¨ªa miles y miles de ejemplares. De este testamento ha extra¨ªdo su exposici¨®n el escritor y periodista Giampiero Mughini. Amigo del escritor, Mughini se turb¨® con frecuencia y record¨® que Leonardo Sciascia fue la conciencia inteligente de la Italia de izquierda hasta su misma muerte. Sin embargo, tambi¨¦n record¨® que en la izquierda cosechaba sus mayores enemigos
La Mafia
"Hace 25 a?os", dijo Mughini, "el escritor nos ense?aba a reconocer a la Mafia. Pero los intelectuales consideraban que esto era poco viril. Cuando a?os m¨¢s tarde denunci¨® el papel de la antimafia, en realidad Sciascia denunciaba una nueva figura que se ha consolidado en Italia: el cretino de izquierda. Particularmente independiente", continu¨® Mughini, "extra?o en su conjunto, especializado, que paga cada d¨ªa peaje por su conformismo, el cretino de izquierda ha sido su end¨¦mico enemigo. Trivial y tranquilizador con los lectores si es periodista, y con las masas si es pol¨ªtico: lo opuesto de lo que era Sciascia.Pero Sciascia siempre ha estado en la izquierda, primero fue consejero del PCI de Palermo; despu¨¦s, diputado por el Partido Radical; amigo de Craxi. Pero escrib¨ªa bien, comprendiendo la realidad. Sus libros eran una continua, complicidad entre autor y personajes. Part¨ªa a menudo de la materialidad para llegar a la verdad ideol¨®gica y denunciar la hipocres¨ªa".
La antimafia lo ha acusado de estar con la Mafia; los sicilianos, de describir una realidad poco isle?a. No obstante, escribir (en Sicilia) es una pr¨¢ctica met¨®dica de la duda referida a la identidad: es la duda que naci¨® con Gorgia da Leontini la que corroe. El hombre que escribe excava dentro de s¨ª del mismo modo en que se vac¨ªa el tronco del ¨¢rbol. Y Sciascia escrib¨ªa de Sicilia, de sicilianidad, de Mafia y de justicia. De la injusticia de la Justicia. De pol¨ªtica.
"Estoy con la antimafia", respondi¨® Leonardo Sciascia a las acusaciones m¨¢s graves en este sentido, "pero soy un intelectual (en el sentido en que los intelectuales tienen el deber de comprender la realidad) an¨®malo. Me ocupo de pol¨ªtica en sentido ¨¦tico. Y no es una pretensi¨®n intercambiar pol¨ªtica con ¨¦tica, aunque ser¨ªa una saludable confusi¨®n y un beneficioso y dichoso error si los italianos cayeran en eso".
Traducci¨®n: C. Scavino.
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