Ese maldito re bemol
La Traviata ha tenido una historia dif¨ªcil porque es una ¨®pera dif¨ªcil. El estreno en La Feinice de Venecia, el 6 de marzo de 1853, obtuvo ya un severo rechazo por parte de la cr¨ªtica y el p¨²blico, no tanto por su aspecto musical como por la supuesta inmoralidad del argumento para unos espectadores que ped¨ªan b¨¢sicamente al g¨¦nero cuentos de capa y espada. Hasta el a?o siguiente, siempre en Venecia pero en otro teatro, no empez¨® a aceptarse el melodrama.En La Scala, a partir de la reconstrucci¨®n despu¨¦s de la II Guerra Mundial, la singladura de la obra ha estado plagada de escollos. En 1947 el sobreintendente Antonio Ghiringhelli tem¨ªa lo peor tras haber confiado la direcci¨®n esc¨¦nica a un joven talento un tanto alocado, Giorgio Strehler. No pas¨® nada de particular, aunque muchos comentaron si aqu¨¦lla era o no la "verdadera" Traviata. El primer tropez¨®n serio lleg¨® el 3 de marzo de 1951, protagonizado nada menos que por Renata Tebaldi, bajo la direcci¨®n de Victor De Sabata. La hasta entonces ni?a mimada del loggione fall¨® en el re bemol del final del aria del primer acto, lo cual desencaden¨® toda suerte de improperios. La representaci¨®n llego al final por los pelos y las reposiciones previstas fueron anuladas.
El 28 de diciembre de 1955 fue la vez de La Divina, acompa?ada por Di Stefano, con Carlo Maria Giulini a la batuta y Visconti en la direcci¨®n esc¨¦nica. Acabada la representaci¨®n, la lluvia de flores no consigui¨® ocultar un manojo de r¨¢banos que la soprano, extraordinariamente miope, recogi¨® del suelo y se llev¨® al pecho confundi¨¦ndolo con uno m¨¢s de los muchos elogios recibidos. Por lo dem¨¢s, la direcci¨®n de Visconti, que pospuso algunas d¨¢cadas la ambientaci¨®n de la obra, mereci¨® tambi¨¦n la dura reprobaci¨®n de algunos encendidos espectadores.
Pero la purga m¨¢s dura para Violeta llegar¨ªa el 17 de diciembre de 1964. Dirig¨ªa Karajan, la puesta en escena era de Zeffirelli y cantaba Mirella Freni, ella tambi¨¦n, hasta el momento, ni?a de los ojos de los pisos altos. Antes de que se levantara el tel¨®n hubo ya intercambio de insultos entre varios tifosi e incluso alg¨²n que otro lanzamiento de bombas f¨¦tidas. Sin embargo, el aut¨¦ntico bombazo lleg¨® cuando la Freni fall¨® el terrible gioire sobre el mencionado re bemol. Las propuestas fueron may¨²sculas y se vieron acrecentadas por la actitud de la diva, que plantada en medio del escenario y con los brazos en jarras, se encar¨® con el p¨²blico.
Desde entonces y hasta hoy Violeta ha huido de Mil¨¢n como de la mism¨ªsima peste.
Babelia
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