La cultura del caos
Probablemente ha escuchado usted hablar de la teor¨ªa de las cat¨¢strofes, del efecto mariposa, de las supercuerdas y de los fractales. Se trata, sobre todo, de nuevos conceptos en el mundo de la f¨ªsica. Una visi¨®n reconvertida del mundo y, en definitiva, una invitaci¨®n para interpretar la realidad del acuerdo con perspectivas muy distintas. Hasta el momento cada aportaci¨®n adicional en el ¨¢mbito de las ciencias duras quedaba confinada a las p¨¢ginas de las revistas especializadas y a los reportajes m¨¢s o menos divulgadores en publicaciones de informaci¨®n general. Pero ha llegado la hora en que la informaci¨®n se derrama sobre territorios; del conocimiento art¨ªstico y poco a poco sobre la m¨²sica pop, sobre los v¨ªdeos, sobre la literatura, la pintura, la arquitectura o se proyecte incluso (big numbers de Alan Moore) sobre los comics.
El principio matriz es el siguiente: frente a la idea de que el mundo, el universo, responde a leyes de causalidad, predeterminables, transportables y absolutas; frente a la fe en el orden, la reversibilidad y el predominio de lo estable, se alza la nueva ciencia que proclama el imperio del caos. El caos y no el, orden es la manera de ser de lo real. La realidad es ca¨®tica y su sucesi¨®n se cumple entre una amplia horquilla de efectos dif¨ªcilmente predecibles. La lecci¨®n comenz¨® a aprenderse en los parajes del cosmos, en las observaciones de la microf¨ªsica y la macrof¨ªsica, pero actualmente ha alcanzado una constataci¨®n casi vulgar. Se ha extendido a la actualidad geopol¨ªtica, desde Lituania a Mongolia, desde Sud¨¢frica a la crisis sueca, desde un asturiano al frente de Rumania hasta un japon¨¦s dirigiendo el Per¨².
El efecto mariposa de Edward Lorenz alude a la posibilidad de que el leve vuelo de un lepid¨®ptero en Australia acabe desencadenando un hurac¨¢n en M¨¦xico. ?Qui¨¦n podr¨ªa predecirlo, localizar el insecto en el momento de su inocente causalidad? Pero, ?qui¨¦n podr¨¢ dar cuenta exacta del fen¨®meno Fujimori en Am¨¦rica Latina, del fen¨®meno Landsbergis en la URSS? El primero ha sido catalogado como el regreso a la disciplina en la rebeld¨ªa socioecon¨®mica sudamericana, el segundo como un posible desencadenante de una impensada guerra fr¨ªa. Como un reflejo de las reglas sin ley que presiden el comportamiento del espacio intergal¨¢ctico, la sociedad elige surcos sin pron¨®stico. La percepci¨®n de lo real escapa de las manos y en su lugar se impone una escena psicod¨¦lica, producto del nuevo ¨¢cido estoc¨¢stico de la combinatoria del suceso y del azar sin tasa.
Las artes ten¨ªan que ser sensibles a la gran transformaci¨®n que se ha producido en la deriva de los acontecimientos y las ciencias. La cat¨¢strofe ha dejado de considerarse una recepci¨®n para ocupar el lugar central de los an¨¢lisis. No hay continuidad ni deducci¨®n sencilla. La biolog¨ªa es abrupta, fractal, nos acomete y se manifiesta a saltos. La teor¨ªa de Benoit Mandelbort expuesta en su libro La geometr¨ªa fractal de la Naturaleza ha sido traducida en un programa para el ordenador, el Mandelbort set, del que obtienen inspiraci¨®n los artistas gr¨¢ficos, los m¨²sicos y los poetas. En el Reino Unido y en Estados Unidos las camisetas que animaban el movimiento por la paz y se grababan con motivos pacifistas o ecologistas, empiezan a ser sustituidas con otras estampadas con im¨¢genes del Mandelbort set. Lo m¨¢s actual no es la fe en la concordia, deducible del fin de la historia y las ideolog¨ªas. Esto es admisible por la m¨¢s obcecada raz¨®n. Lo verdaderamente nuevo se centra ya en la creencia sobre lo incre¨ªble. La novela experimental, lenguaje autom¨¢tico, el v¨ªdeo sin secuencias, la pintura sin centro, la arquitectura sin estructura, el cine sin causalidad. Todo esto es la lecci¨®n aprendida de las instrucciones fronterizas de la ciencia. Los a?os ochenta representaron en una buena parte el retorno a la raz¨®n conservadora Pero fueron a la vez a?os banales, a?os de convenci¨®n antes que de convicci¨®n. Los noventa se inauguran con la proyecci¨®n sobre la cultura de las grandes verdades del pensamiento duro La belleza de los fractales de Heinz Otto Peitgen y Peter H. Richter, Dios juega a los dados, de lan Stewart, son libros de referencia. Hawkings cerr¨® el decenio convertido en un best seller. La nueva d¨¦cada se abre con el imperio del caos. En el caos todo est¨¢ permitido. Pero no ya porque Dios se haya convertido exactamente en un tah¨²r sino en un magn¨ªfico thriller. La ciencia m¨¢s avanzada brinda su amparo a las nuevas formas del arte. ?Fin de las vanguardias? En las postrimer¨ªas del siglo, con la ayuda del ordenador y el amor al suceso, resucitan de sus entierros y, en la incertidumbre general, pueden constituirse en la mera y flagrante alternativa. El fen¨®meno es todav¨ªa marginal, se desarrolla en el reducido mundo de los artistas que trabajan siguiendo la inspiraci¨®n de los computers, pero la representatividad del efecto mariposa est¨¢ al acecho.
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