El rayo que no cesa

La rueda burs¨¢til no se interrumpi¨® con las esperadas realizaciones porque los ligeros descensos eran aprovechados para tomar nuevas posiciones ventajosas. La erosi¨®n de algunos cambios sirvi¨® para que las fuerzas concurrentes alcanzaran un nuevo equilibrio sin un recorte significativo en el ¨ªndice general. Como en otros viernes de neto pron¨®stico realizador, las ¨²ltimas horas del continuo y el mercadillo vespertino se llevaron de calle la emoci¨®n y el v¨¦rtigo tanto tiempo secuestrados. S¨®lo la inestabilidad, por segundo d¨ªa consecutivo, en Tokio y sobre todo en Nueva York, influy¨® negativamente al final aunque sin apuntarse un cambio de tendencia. Se sostiene, por tanto, la firmeza alcanzada basada en dos puntales: la resistencia a la baja de los cambios producto de la contumacia en el empuje de los vol¨²menes contratados durante toda la semana, y el efecto de la gran inversi¨®n institucional parapetada en el refugio el¨¦ctrico y en las sociedades qu¨ªmicas y siderometal¨²rgicas con mejores ratios de rentabilidad por dividendo. Por otra parte, los grandes destellos que ha dejado la senda de la inversi¨®n extranjera siguen ah¨ª, alejando el fantasma del corto plazo.