Condones y cojinetes
Talleres de motos de Bailen venden preservativos por el rechazo de las farmacias a distribuirlos
Adquirir una caja de condones en Bail¨¦n es una aut¨¦ntica odisea. Las cinco farmacias establecidas en esa localidad jiennense se niegan a expender profil¨¢cticos aduciendo motivos religiosos. En Bail¨¦n s¨®lo es posible encontrar preservativos en los lugares m¨¢s inadecuados e insospechables: quioscos de pipas, discotecas y, aqu¨ª lo ins¨®lito, en talleres mec¨¢nicos de reparaci¨®n de motos.
Tres de las cinco farmacias de Bail¨¦n est¨¢n controladas por una misma familia apellidada Guill¨¦n. A los Guill¨¦n les han retado los mec¨¢nicos y ahora en Bail¨¦n se venden al mismo tiempo condones y cojinetes.Hace tiempo, una farmacia ajena al clan de los Guill¨¦n comenz¨® a vender preservativos. Al escuchar su due?a que se le hab¨ªa puesto el mote de la farmacia del cond¨®n, dej¨® de hacerlo. Hoy, varios a?os despu¨¦s, sigue siendo imposible proveerse de preservativos en las cinco farmacias autorizadas de Bail¨¦n, localidad de unos 15.000 habitantes.
Mi¨¦rcoles, d¨ªa 18. 10.45 horas: "?Me da, por favor, una caja de preservativos?" "No, no tenemos", responde al periodista un empleado de la farmacia propiedad de Pedro G¨¢mez. "?Sabe d¨®nde puedo encontrar?" El empleado, de edad avanzada, hace gestos negativos. En ese momento irrumpe el propietario, se dirige al cliente y pregunta nervioso: "?Qu¨¦ desea?" "Una caja de preservativos, por favor". "No, no hay. Si no quiere ninguna otra cosa, haga el favor de marcharse". "?C¨®mo es que no venden?", insiste el cliente. "?Venga, m¨¢rchese!", replica airado G¨¢mez, padre de 13 hijos.
A unos metros del Ayuntamiento de Bail¨¦n est¨¢ enclavada la farmacia de Lucas Guill¨¦n, patriarca del clan. La negativa se repite, aunque en esta ocasi¨®n con m¨¢s irascibilidad del dependiente: "?Que se vayan ya, hombre! D¨¦jennos tranquilos. No hay, no...".
En la botica de Elisa Pascual, hermana del consejero de Educaci¨®n de la Junta, Antonio Pascual, y esposa de un hijo de Lucas Guill¨¦n, los empleados dan la impresi¨®n de haber sido alertados de la probable visita del periodista a la farmacia. Una empleada, que no puede evitar sonre¨ªr, contesta tambi¨¦n negativamente a la petici¨®n. "Hemos preguntado antes en dos farmacias y tambi¨¦n nos han dicho que no tienen, ?qu¨¦ es lo que ocurre?" "Nosotros s¨ª tenemos, pero ahora mismo no nos quedan", responde la dependienta, un poco ruborizada y sin ocultar su ir¨®nica sonrisa. Hace aproximadamente un a?o, tampoco hab¨ªa profil¨¢cticos all¨ª.
Esperando al furg¨®n
En la calle 19 de Julio se encuentra la ¨²nica farmacia que hace unos a?os se atrevi¨® -aunque s¨®lo durante unos meses- a vender condones en Bail¨¦n. La titular del establecimiento es Mar¨ªa Luisa Medina Cebri¨¢n. "?Tiene condones, por favor?", interroga el cliente a un dependiente joven ataviado con bata blanca. "Un momento", responde, y se adentra en una habitaci¨®n contigua. Al poco tiempo sale y dice: "En este momento no nos quedan. Estamos esperando que llegue el furg¨®n con los pedidos, pues se han gastado". [Casualmente llega en ese momento el repartidor]. El dependiente escruta el albar¨¢n que le muestra el repartidor y comenta: "Lo siento, no figura nada. Quiz¨¢ los traiga el otro furg¨®n que viene de C¨®rdoba. P¨¢sese sobre las cinco de la tarde...".Los vecinos consultados son tajantes: "Las farmacias no venden. Si quieres una caja de condones con garant¨ªa tienes que ir a Linares", localidad distante unos 10 kil¨®metros de Bail¨¦n.
La inexistencia de condones en las farmacias de la localidad es un hecho impotentemente asumido por los vecinos, que han creado sus propios mercados alternativos. "Que quede claro que esto para m¨ª no es un negocio. Como no vend¨ªan las farmacias, le ped¨ª a un amigo representante que me trajera, pero s¨®lo se trata de hacer un servicio. Viene cualquiera, le arreglo la moto y le regalo una caja o se la vendo, depende de si es o no amigo". As¨ª se expresa Antonio Barrales, propietario de uno de los talleres, que vende la marca Dandy, a 200 pesetas la caja.
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