La comida
Hay quien siente sufrimiento por que Rafael Ans¨®n, la bonita Lidia Bosch (la que hac¨ªa de ni?a rica, finalmente un poco tonta, en la ¨²ltima comedia de Buero) y sus invitados no se coman ante nosotros lo que profusamente anuncian y describen (los domingos, en Antena 3), despu¨¦s de elegir minuciosamente los vinos, sus temperaturas y sus mil¨¦simas, de plantearse algunos enigmas (?qu¨¦ vino podr¨¢ acompa?ar al gazpacho, que es agua?) y describir los platos con sus recetas, que a esas horas estimulan (como, en el ¨²ltimo, las patatas a la importancia del Cenador del Prado). En algunas casas reales est¨¢ prohibido que la familia coma en presencia del p¨²blico; y en algunos conventos, sobre todo de monjas. Pero aqu¨ª la raz¨®n de que Ans¨®n no coma se debe sin duda a la antigua lecci¨®n de que no hay que hablar con la boca llena, y el programa no tendr¨ªa efecto si no se hablase. Del restaurante promovido, en primer lugar. Y de alguna actividad especial. Este domingo se llev¨® al presidente de Campsa (Ana Obreg¨®n, a pesar de su condici¨®n de bi¨®loga y estudiante de master de Empresariales, estaba m¨¢s bien como exorno de la mesa fingida en el estudio, como sus platos de malaquita) para que explicase el buen servicio de sus estaciones, c¨®mo ser¨¢ la gasolina sin plomo (m¨¢s barata, dice; y m¨¢s ecol¨®gica) y sobre todo lo que es su gu¨ªa gastron¨®mica de Espa?a, que nos libera de la tiran¨ªa francesa de Michel¨ªn. "?Unas dos mil pesetas!", exclamaba el creador de imagen Rafael Ans¨®n, al que ya podr¨ªan dar tambi¨¦n otro programa, el de la "teletienda", por su calidad de pregonero. No hay tiempo, naturalmente, en media hora para comer la exquisita cocina de cada semana y anunciar otras cosas simult¨¢neamente. "?Vende doscientos mil ejemplares!", repet¨ªa, entre alusi¨®n a los postres, de los que ya nadie prescinde por razones antiguas de silueta (Ana Obreg¨®n misma), y las preguntas del concurso, porque tambi¨¦n hay concurso.Parece que hay mucha gente que se pierde este programa. Hace mal. Es un espect¨¢culo profundo e interesante que ayuda a descubrir muchas cosas: de la buena mesa y de lo de debajo de la mesa.
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