Empleados del Metro se sienten inseguros
Los trabajadores del Metro han pedido a la direcci¨®n de la compa?¨ªa que les dote de material de seguridad personal para evitar agresiones despu¨¦s de que el pasado fin de semana resultara herido el jefe de la estaci¨®n suburbana de Tribunal por intentar revisar el abono de transporte de un viajero. Seg¨²n los empleados, sus condiciones de trabajo han empeorado sensiblemente desde el inicio de la huelga de los vigilantes del metro, que cumple hoy su 32-q jornada.
"No pedimos una metralleta, pero no estar¨ªa de m¨¢s que nos dieran un chaleco antibalas o antinavajazos". Esta petici¨®n, incluida en un escrito oficial remitido por el jefe de la estaci¨®n de metro de Tribunal dirigido al presidente de la compa?¨ªa, resume la inquietud que reina entre los empleados del ferrocarril suburbano de Madrid desde el inicio de la huelga de los vigilantes de seguridad de las instalaciones, que ayer cumpli¨® un mes. Desde entonces, y a pesar de las cifras oficiales de incidentes facilitadas por la direcci¨®n, que reflejan un sensible descenso de la inseguridad en la red de estaciones, los trabajadores temen el inicio de una jornada laboral "que sabes cu¨¢ndo comienza pero nunca est¨¢s seguro de cu¨¢ndo y c¨®mo va a terminar", aseguran.Muchos de los jefes de estaci¨®n de las paradas m¨¢s conflictivas de la red, como Tribunal, Moncloa o Diego de Le¨®n, caracterizadas por sus largos pasillos entre l¨ªneas y por una masiva afluencia de p¨²blico joven y noctumo, han decidido realizar su trabajo a puerta cerrada. Llegadas las diez de la noche, estos empleados se encierran en su cabina del and¨¦n y no salen de este cub¨ªculo hasta que concluye su jornada laboral.
"La gota que ha colmado el vaso de nuestra paciencia ha sido la agresi¨®n sufrida por un empleado de la estaci¨®n de Tribunal que result¨® herido y se encuentra a¨²n de baja laboral por tratar de pedir el billete a unos j¨®venes el pasado fin de semana", afirma Pedro Villal¨®n, responsable de una estaci¨®n de la red. "Sin embargo, los insultos, amenazas e incluso agresiones fisicas son moneda corriente, antes y despu¨¦s del paro de los vigilantes, aunque es cierto que las condiciones de trabajo han empeorado desde el inicio de la huelga", a?ade Villal¨®n, que se muestra partidario de un aumento en el n¨²mero de guardas de seguridad del metro cuando se normalice el conflicto.
La direcci¨®n de la Compa?¨ªa Metro de Madrid insiste en que las cifras de incidentes violentos en la red ha disminuido desde que comenz¨® el conflicto laboral de los guardas de seguridad, y que s¨®lo se aprecia un cierto aumento de mendigos y vendedores ambulantes en las estaciones.
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Ana Tutor no Considera necesario sustituir a los huelguistas por policias
Viene de la p¨¢gina 1La delegada del Gobierno, Ana Tutor, manifest¨® ayer que no enviar¨¢ polic¨ªas al Metro para que sustituyan a los vigilantes en huelga "porque la vigilancia no se considera un servicio esencial", seg¨²n un comunicado oficial. Desde la Delegaci¨®n del Gobierno se?alaron, adem¨¢s, que hay una comisar¨ªa de polic¨ªa en la estaci¨®n de Sol encargada ¨²nicamente de las incidencias que se produzcan en la red del Metro y que el ¨ªndice de delincuencia no ha aumentado desde que comenz¨® la huelga de los vigilantes. En este punto insist¨ªa ayer la direcci¨®n de la compa?¨ªa.
Mientras tanto, los huelguistas se reunieron ayer por primera vez con la direcci¨®n de su empresa desde que comenz¨® el conflicto y los empleados del Metro, que se sienten indefensos, han optado por inhibirse de intervenir cuando los viajeros incumplen el reglamento
"Yo paso de complicarme la vida; si veo a un macarra que se salta los torniquetes o que trata de forzar las m¨¢quinas expendedoras, me hago la sueca ya que, por llamarles la atenci¨®n, han amenazado con armas a otros compa?eros y yo no estoy aqu¨ª para jugarme la vida", afirma Encarnaci¨®n Villaluenga, apostada en su taquilla de la estaci¨®n de Tribunal.
La sensaci¨®n de inseguridad se extiende tambi¨¦n a los viajeros. "La intranquilidad con que vas siempre que viajas de noche se multiplica ahora cuando sabes que si te atracan o te agreden no te queda ni siquiera la posibilidad de que el jefe de estaci¨®n avise a los vigilantes", explica Ana, una enfermera que debe utilizar el metro de madrugada para regresar a su casa en Canillejas.
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