La izquierda colombiana da el adi¨®s final a Pizarro
Un foro de 13 grupos de izquierda ten¨ªa previsto ayer reunirse para concretar la creaci¨®n de un gran movimiento de corte socialdem¨®crata en Colombia. Efectivamente, los dirigentes de estos movimientos se encontraron ayer. Pero no en un foro pol¨ªtico, sino en el velatorio de uno de sus dirigentes: Carlos Pizarro Le¨®n G¨®mez, ex comandante del M-19, asesinado el pasado jueves en Bogot¨¢. En la reuni¨®n pol¨ªtica pensaban dar su apoyo a Pizarro como candidato a la presidencia. Finalmente tuvieron que conformarse con darle un ¨²ltimo adi¨®s.
Los reunidos prometieron junto a su cad¨¢ver seguir adelante con el sue?o de crear un gran frente socialdem¨®crata para oponerse al. bipartidismo que ha g9bernadg siempre a Colombia. Este era el mismo sue?o de Bernardo Jaramillo, dirigente de la Uni¨®n Patri¨®tica (UP), asesinado el 22 de marzo, hace apenas un mes y cuatro d¨ªas."Tenemos el compromiso de continuar en honor de quienes principalmente inspiraron este movimiento: Jaramillo y Pizarro. Es un compromiso con sus ideas y es una responsabilidad con el pueblo colombiano. Pero el establecimiento pol¨ªtico tradicional tiene que decidir si va a permitir y dar garant¨ªas para que se pueda desarrollar una fuerza democr¨¢tica en este pa¨ªs". As¨ª habl¨® a este peri¨®dico Carlos Bula, dirigente del socialismo democr¨¢tico, profundamente consternado por la p¨¦rdida de su compa?ero de lucha pol¨ªtica.
?Se puede seguir creyendo, se puede esperar que habr¨¢ espacio para partidos diferentes a los dos tradicionales? "Hay que seguir creyendo, porque si perdemos la convicci¨®n y la esperanza perdemos al pa¨ªs entero", a?adi¨®.
Y esta misma inquietud de la falta de espacio pol¨ªtico en Colombia es la que llenaba de incertidumbre a las miles de personas que el jueves y el viernes desfilaron frente al f¨¦retro de Carlos Pizarro, ese hombre de 39 a?os que fue un so?ador, un aguerrido militar y un pol¨ªtico que hablaba con lenguaje de poeta sobre la paz. "Lo que esta clase pol¨ªtica quiere es que regresemos al monte. En el monte la izquierda no representa peligro para sus intereses. Bernardo Jaramillo y Carlos Pizarro se estaban convirtiendo en un estorbo para los sectarios de los partidos tradicionales", coment¨® uno de los m¨¢s cercanos seguidores del ex comandante del M-19.
Como sucede siempre en estos velatorios de dirigentes pol¨ªticos, que ya son parte de la rutina en Colombia, los asistentes se dedicaron a hacer c¨¢balas sobre qui¨¦n puede ser el autor del crimen. Y en la noche del jueves, en el patio Mosquera del capitolio nacional, en este velatorio al aire libre, bajo un cielo cubierto de estrellas y con el murmullo de melod¨ªas de guitarras, varias personas recordaron que muchos pol¨ªticos jam¨¢s dieron su apoyo al proceso de paz con el M-19.
El acuerdo pol¨ªtico, que inclu¨ªa profundas reformas electorales (la legislaci¨®n colombiana en esta materia es una de las m¨¢s arcaicas de Am¨¦rica Latina), no pudo finalmente concretarse. Se record¨® tambi¨¦n que cuando se aprob¨® en el Congreso la ley de indulto para los insurgentes, muchos congresistas votaron a favor, pero con la salvedad de que lo hac¨ªan por cumplir un deber de partido, y aclarando que no estaban de acuerdo con que los "facinerosos y criminales del M-19" llegaran al Congreso. Las cr¨ªticas de esos parlamentarios arreciaron cuando el Gobierno habl¨® de una circunscripci¨®n electoral para la paz que facilitara al grupo insurgente el ingreso en el Parlamento. Muchos congresistas, los mismos que a diario son se?alados por corrupci¨®n y negligencia, faltaron a protestar.
Gerardo Guti¨¦rrez
De lo ¨²nico que se tiene certeza en este momento es del nombre del sicario que dispar¨® contra Carlos Pizarro. Se llamaba Gerardo Guti¨¦rrez, ten¨ªa 22 a?os, y hab¨ªa nacido en un pueblo de Antioqu¨ªa. Desde hace unos a?os viv¨ªa en Medell¨ªn. La prensa de ayer habla de ¨¦l como de un kam?kaze. Guti¨¦rrez estaba seguro de que iba a morir. Posiblemente por eso, en su bolsillo llevaba una c¨¦dula falsa, pero en un calcet¨ªn, en un peque?o papel, su verdadero nombre.
Ni el jueves ni el viernes se presentaron en ning¨²n rinc¨®n del pa¨ªs brotes graves de violencia. Hubo marchas, entierros y tomas simb¨®licas. Antonio Navarro, quien asumi¨® la direcci¨®n del M-19 el jueves por la noche, hizo un llamamiento a los colombianos: "Sepultemos a Carlos en paz; en la paz que ¨¦l lider¨®, en la paz que ¨¦l estaba construyendo y por la cual entreg¨® su vida".
Las voces de protesta contra el crimen de Pizarro llegaron de todos los rincones. Pero tambi¨¦n se escucharon duras cr¨ªticas al Gobierno. ?lvaro G¨®mez, candidato a la presidencia, propuso la creaci¨®n de un triunvirato que asuma la funci¨®n de restablecer el orden p¨²blico en Colombia. Por su parte, el ex presidente liberal Alfonso L¨®pez pidi¨® que se reorganice la fuerza p¨²blica y los organismos de seguridad, porque el pa¨ªs ya no cree en ellos. En nombre de la Iglesia, el cardenal Alfonso L¨®pez Trujillo, llam¨® a los colombianos a darse un abrazo por la paz, "un abrazo de perd¨®n, sin odios, sin rencores". Sus palabras fueron dram¨¢ticas. Justo el mismo d¨ªa en que muri¨® Carlos Pizarro, se filtr¨® un atentado organizado contra su vida.
Pero este llamamiento a la reconciliaci¨®n se ve con escepticismo. Son ya demasiados los golpes que se han dado este a?o a los hombres que en Colombia han cre¨ªdo, luchado y so?ado por la paz. En febrero fueron tres campesinos de Cimitarra los que cayeron asesinados. Estos idealistas hab¨ªan logrado desterrar de su vereda a los guerrilleros, paramilitares y militares. D¨ªas antes de su muerte, uno de ellos hab¨ªa dicho: "Estoy seguro de que morir¨¦ de todo menos de un balazo". En marzo fue Bernardo Jaramillo. Las balas terminaron con su sue?o de vivir en una Colombia sin guerrilla, sin paramilitares. Ahora, muere Carlos Pizarro. Durante 20 a?os crey¨® que el camino era la v¨ªa armada y sobrevivi¨® a la guerra; la vida s¨®lo le dur¨® mes y medio cuando decidi¨® luchar, sin armas, por la paz.
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