El Gobierno angole?o y UNITA reanudan el di¨¢logo directo
El secretario de Estado portugu¨¦s para la Cooperaci¨®n, Manuel Dur?o Barroso, anunci¨® oficialmente ayer en Lisboa, "con la autorizaci¨®n de ambas partes", la reanudaci¨®n en ?vora, en el sur de Portugal, del di¨¢logo directo entre delegaciones representativas del Gobierno de la Rep¨²blica Popular de Angola y la Uni¨®n Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA), el movimiento guerrillero dirigido por Jonas Savimbi y apoyado por Estados Unidos.Estas conversaciones se desarrollaron los pasados d¨ªas 24 y 25, y fueron mantenidas en secreto para evitar "utilizaci¨®n propagand¨ªstica", seg¨²n afirm¨® el citado miembro del Gobierno portugu¨¦s, quien se?al¨® que las divergencias entre las dos partes segu¨ªan siendo "muy profundas" y que el camino hacia la paz "ser¨¢ necesariamente a¨²n largo y dif¨ªcil".
Dur?o Barroso cit¨® el hecho de que la UNITA sigue recha zando la legalidad del r¨¦gimen y de las instituciones de Luanda, mientras el Gobierno angole?o aun aceptando el principio del pluralismo Pol¨ªtico y de futuras elecciones, no considera que existan a¨²n condicion es para la legalizaci¨®n de varios partidos pol¨ªticos.
El "di¨¢logo directo" entre el Gobierno angole?o y la guerrilla antimarxista fue interrumpido por la ruptura por la UNITA del alto el fuego acordado en Gbadolite (Zaire) el 22 de junio de 1989.
El calendarlo,de negociaciones acordado en Evora es mantenido en secreto por las dos partes, aunque se habla de que puedan celebrarse a mediados del mayo y con Portugal como escenario probable.
Mientras, se desarrollaba en Lisboa el primer encuentro de dirigentes angole?os en el exterior que reuni¨® a cerca de 1.300 congresistas (90 de ellos, llegados de Luanda) y que representan todas las tendencias y sensibilidades pol¨ªticas, antiguos movimientos de liberaci¨®n, nuevas formaciones y personalidades de la resistencia, civil o armada, pero tambi¨¦n altos funcionarios del r¨¦gimen marxista; entre ellos, el ministro de Asuntos Exteriores, Pedro de Castro van Dunem, y su adjunto, Venancio de Moura.
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