En busca de la tercera v¨ªa
Martin Knapp, un economista que busca el equilibrio del Estado de bienestar y el neoliberalismo
Una de las caracter¨ªsticas de la d¨¦cada de los ochenta fue la crisis del concepto de Estado de bienestar, un Estado providente que debe reequilibrar las desigualdades sociales y proporcionar a todos los ciudadanos los servicios educativos y sanitarios. Los Gobiernos de Ronald Reagan y Margaret Thatcher, con su liberalismo a ultranza, sus recortes de gastos sociales y la privatizaci¨®n de servicios, pusieron en duda ese concepto.
Ahora, a principios de los 90, el economista ingl¨¦s Martin Knapp cree que ha llegado el momento de buscar una tercera v¨ªa, que corrija los excesos tanto del neoliberalismo como del Estado del bienestar. Knapp, profesor de la Universidad de Kent, ha dado los primeros pasos en un an¨¢lisis te¨®rico del problema, y acaba de publicar en Espa?a su estudio La econom¨ªa de los servicios sociales, que trata de asentar las bases de un an¨¢lisis cient¨ªfico y objetivo.Martin Knapp no milita en ning¨²n partido y permanece alejado de la pol¨ªtica. "Intento estar al margen de los prejuicios ideol¨®gicos al tratar el asunto", dice. Ha estudiado de forma detallada la eficacia de los programas para la tercera edad, la infancia o los j¨®venes delincuentes, y ha realizado estudios comparativos entre pa¨ªses.
Knapp es pionero en la aplicaci¨®n de teor¨ªas econ¨®micas al campo de los servicios sociales. Estudia el coste, la eficacia y la eficiencia de esos servicios, y trata de integrarlos en una teor¨ªa econ¨®mica. "El objetivo es hacer una asignaci¨®n de recursos eficiente, considerando que la econom¨ªa es ¨²til por muchas de sus t¨¦cnicas, pero tambi¨¦n que no lo es todo", dice.
Knapp no comparte la cr¨ªticas ideol¨®gicas al Estado del bienestar. "Las investigaciones que he hecho en pol¨ªtica social parecen indicar que el ideal est¨¢ en un sistema mixto. No se trata de que el Estado deba asumir todos esos servicios, ni de que queden en manos privadas. El Estado de bienestar tal como se ha entendido desde las teor¨ªas de los a?os 40 no funciona, pero ello tampoco conduce al thatcherismo", asegura.
Para Martin Knapp, ni Ronald Reagan ni Margaret Thatcher han demostrado que la privatizaci¨®n de servicios funcione, ya que la suya es una posici¨®n extrema.
La soluci¨®n a la pol¨¦mica tampoco puede darse cient¨ªficamente. Knapp se?ala que Ios pol¨ªticos toman sus decisiones independientemente de los resultados de una investigaci¨®n, que hasta ahora tampoco ha sido concluyente. Est¨¢ demostrado que el Estado del bienestar ha fracasado en lo que respecta a algunas cosas, pero nada m¨¢s".
Rentabilidad social
El estudio econ¨®mico de los servicios sociales no parte de un punto de vista puramente monetario. Los servicios sociales no dan una rentabilidad monetaria, sino una rentabilidad en un sentido m¨¢s amplio, el social, del bienestar en la vivienda y la sanidad y todo tipo de servicios. "Esa es la rentabilidad que debe preocupar. Por ejemplo, los programas para suprimir la delincuencia juvenil tienen una rentabilidad social importante", dice.Dentro de sus investigaciones, Knapp hizo un estudio comparativo sobre las residencias para la tercera edad en Catalu?a y en Inglaterra. Las conclusi¨®n fue que los servicios tienen coste inferior y mayor calidad en Catalu?a que en Inglaterra. Knapp se?ala que ello se debe a la organizaci¨®n, que en Inglaterra es demansiado r¨ªgida. La econom¨ªa puede incidir sobre este tipo de aspectos, que dan mayor eficacia a los servicios sociales.
Respecto al salario social, Knapp se?ala: "No entiendo muy bien que un gobierno socialista como el espa?ol no quiera implantar el salario social, aunque tengo entendido que en aspectos de estos, y otros, este gobierno no es tan socialista".
Knapp trata de desenmascarar la t¨ªpica argumentaci¨®n de que el salario social fomenta la vagancia, ya que todo el mundo puede ganar dinero sin trabajar. "Hay que darle la vuelta a ese argumento. No hay bajar el salario social, sino aumentar los salarios de quienes trabajan, de forma que se mantenga la incentivaci¨®n al trabajo".
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