Leguina super¨® la primera batalla de la guerra por Madrid

"Se acaba una batalla., pero la guerra no ha terminado", ha dicho un asesor del presidente de la Comunidad, Joaqu¨ªn Leguina, tras la reuni¨®n de la ejecutiva de la Federaci¨®n Socialista Madrile?a (FSM) del pasado jueves. Leguina, que ha superado la primera prueba, y el presidente de la FSM, Jos¨¦ Acosta, han aplazado el debate de sus discrepancias para el pr¨®ximo congreso regional. La guerra contin¨²a y Juan Barranco se perfila como ¨¢rbitro de la situaci¨®n.

La designaci¨®n del gaditano Manuel Chaves, ministro de Trabajo, como candidato a la presidencia de la Junta fue el detoriante que desencadeno la ruptura oficial en la c¨²pula de la FSM. Leguina apost¨® esta vez por el juego duro en vez de recurrir a su l¨ªnea directa con el palacio de la Moncloa. "La decisi¨®n de nombrar candidato a Chaves es arriesgada", declaraba el pasado 18 de abril a la salida de una cumbre de alcaldes, socialistas y consejeros de la Comunidad.Dos d¨ªas m¨¢s tarde, Jos¨¦ Acosta descolg¨® el tel¨¦fono y llam¨® a la agencia Efe. "Las opiniones de Leguina no est¨¢n avaladas ni contrastadas en el partido", declar¨® el presidente de la FSM en una clara desautorizaci¨®n a su secretario general.

Desde entonces, "y para evitar tensiones innecesarias", como dijo Leguina al suspender la reuni¨®n del 23 de abril, el presidente regional y Acosta han procurado no coincidir. Y mientras Manuel de la Rocha, diputado en la Asamblea de Madrid y uno de los portavoces de la corriente Izquierda Socialista, denunciaba p¨²blicamente las maniobras del partido para derribar a Leguina, el vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, dec¨ªa descenocer la existencia de una pol¨¦mica entre los socialistas madrile?os.

S¨¦lo uno de los 33 miembros de la ejecutiva regional de la FSM falt¨® a la reuni¨®n del pasado jueves: el secretario de pol¨ªtica institucional, Jos¨¦ Ram¨®n Garcia, que no quiso perderse sus vacaciones. Durante m¨¢s de tres horas se enclaustraron en la primera planta de la sede del partido, en la calle de Santa Engracia. En el orden del d¨ªa de la convocatoria figuraba la aprobaci¨®n del convenio de los empleados de la federaci¨®n -un 9% de incremento- y dar el visto bueno al alquiler de un local.

Pero el c¨®nclave socialista se vio marcado por el enfrentamiento entre los dos primeros espadas de la reuni¨®n. Las versiones sobre lo ocurrido en el edificio de Santa Engracia no concuerdan. Seg¨²n el ex alcalde Juan Barranco, que dio lectura a un comunicado oficial, se hab¨ªa producido "un debate rico y plural" y neg¨® que existiesen luchas internas en el partido. Sin embargo, una fuente del aparato de la FSM consider¨® que la sesi¨®n "no fue precisamente un camino de rosas" y la guerra de posiciones para colocarse en el mejor puesto de salida en la renovaci¨®n de los ¨®rganos del partido se plasm¨® en "duras discusiones". Seg¨²n esta misma versi¨®n, Leguina asisti¨® "mudo" a las cr¨ªticas de los partidarios de Acosta, que le acusaban de no sentirse representados por sus declaraciones.

"Si, como dijo Barranco, estamos de acuerdo en un 90% de las cuestiones, por qu¨¦ poner el ¨¦nfasis en las discrepancias", se pregunta un miembro de la ejecutiva, a caballo entre la maquinaria del partido que controla Acosta y el Gobierno de Leguina.

Los bandos se perfilan. Al filo de la una de la madrugada del viernes, Barranco, Acosta y los principales cargos de la FSNI tomaban una copa en el pub Sotoverde, cercano a la sede de la organizaci¨®n. Joaqu¨ªn Leguina ve peligrar su reelecci¨®n, aunque todo hace suponer que la primera batalla la ha superado.