Los goles son masculinos

Los ni?os del equipo de f¨²tbol de segundo de EGB del colegio Siglo XXI no salen de su asombro. Despu¨¦s de entrenar todas las semanas para jugar en el Torneo de Primavera de Moratalaz, la junta de distrito los ha obligado a excluir a las ni?as del equipo, a las que s¨®lo se les permite participar como animadoras. Con cartas y pancartas han iniciado su particular batalla contra el sexismo municipal.

Naxa es una ni?a de siete a?os peque?a y pizpireta, con un prodigioso disparo de derecha, y no entiende que los se?ores de la junta de distrito hayan decidido que lo suyo no es el regate, sino la animaci¨®n. Porque las ni?as, en el futbito de Moratalaz, s¨®lo pueden estar como espectadoras o, a lo sumo, como animadoras. "Nosotras nos hemos entrenado para jugar, no para animar. Por eso no podemos hacerlo", explica Mar¨ªa, de la misma edad que Naxa.El colegio Siglo XXI, de Moratalaz, es un centro privado concertado de ense?anza laica, mixta y progresista en el que los ni?os aprenden a coser y las ni?as a jugar al f¨²tbol. Todos han formado ahora una pi?a algo festiva en torno al equipo de futbito de segundo A, que hasta ha confeccionado un par de pancartas: "El deporte de Moratalaz es sexista". Otra de las medidas adoptadas ha consistido en enviar una carta a EL PA?S (publicada el pasado mi¨¦rcoles). Una carta clara y concisa sobre sus reivindicaciones.

La pancartas, aderezadas de dibujos en colores, las exhibieron con orgullo el s¨¢bado pasado, en el primer partido del torneo, en el polideportivo de Moratalaz. Porque, despu¨¦s de un peque?o debate, los ni?os decidieron participar para no frustrar, seg¨²n explican, las ilusiones de los otros 14 miembros del equipo.

Fuera del banquillo

Las ni?as, en ese primer partido, ni siquiera pudieron ocupar el banquillo. "Perdimos por 14-0", dice Nacho, de ocho a?os, "pero es que nos pusieron a un equipo de chavales de 11 a?os". Al rato, Nacho pide otra vez la palabra para explicarse con el mismo desparpajo con el que lo hacen los dem¨¢s: "Yo quer¨ªa decir que los del Ayuntamiento dicen que son los chavales de otros equipos los que no quieren jugar contra las ni?as y que por eso han decidido esto. As¨ª que son los otros ni?os los que son sexistas; no el Ayuntamiento".Chelo Robres, la entrenadora, es una forofa del f¨²tbol. No trabaja en el colegio, es la madre de dos alumnos y ha decidido, por afici¨®n, ense?ar f¨²tbol a los chavales. A su hija, una ni?a rubia de femenino vestido color pastel, no le gusta el f¨²tbol, pero Mar¨ªa, Naxa y Elena se divierten metiendo goles y no han podido medirse con los rivales de otros colegios. Chelo Robres explica adem¨¢s las dificultades de encontrar otros equipos mixtos en Madrid para hacer, al menos, una liguilla particular.

Hoy mismo, este equipo, unisex por mandato municipal, jugar¨¢ su segundo partido del torneo, y Ana, de ocho a?os, seguir¨¢ sin explicarse la injusticia. "Si hubieran jugado ellas tambi¨¦n, al ser m¨¢s, no hubi¨¦ramos quedado 14-0 el otro d¨ªa".