Espartaco: "No busco la pol¨¦mica pero me favorece"
La alegr¨ªa de Espartaco en el hotel tras el festejo no se ve¨ªa empa?ada por la pol¨¦mica que suele acompa?arle, como reconoc¨ªa: "As¨ª es, y que conste que no la busco, pero siempre va conmigo, sobre todo en Madrid. Yo creo que hasta me favorece a m¨ª y a la fiesta, que ser¨ªa muy distinta sin la pasi¨®n, pues carecer¨ªa de tir¨®n popular y taquillero". El de Espartinas agregaba que, no obstante, la inmensa mayor¨ªa del p¨²bico madrile?o hab¨ªa estado muy cari?oso."Salvo un peque?o sector, al que respeto sus opiniones, el resto de los aficionados se han entregado en mis dos faenas porque yo lo hice previamente en el ruedo", continuaba, "incluso cuando di la vuelta al ruedo tras cortar la oreja no observ¨¦ ninguna disidencia y todos los sectores de la plaza me aplaud¨ªan".
Tambi¨¦n en el replet¨ªsimo callej¨®n muchas de las autoridades presentes,-entre ellas, Jos¨¦ Luis Corcuera, ministro del Interior;Ram¨®n Espinar, presidente de la Comunidad de Madrid;Ana Tutor, delegada del Gobierno,y Jos¨¦ Mar¨ªa Rodr¨ªguez Colorado, director general de la Polic¨ªa- y otras personas que lo abarrotaban. alearon la faena del torero y le aplaudieron con gran entusiasmo. "No me fijo en esas cosas, supongo que les habr¨¦ gustado, ?no?", comentaba el diestro.
Espartaco explicaba que sus dos toros fueron nobles y buenos para la muleta, aunque el sexto transmit¨ªa menos porque se raj¨® al final. Negaba que hubiera estado ventajista y con exceso de pico en ¨¦ste: "Al contrario, me he arrimado m¨¢s y por eso me ha golpeado con la pala del cuerno". Del primero destacaba: "?Vaya pitones que ten¨ªa, ?eh?".
S¨®lo se reprochaba su fallo con la espada en el sexto porque se mostraba convencido de que ten¨ªa cortada la oreja, y con ella la salida a hombros: -Yo, que los suelo cazar siempre a la primera,voy a fallar en Las Ventas".
De dulce a manso
Robles dec¨ªa que tal vez se hab¨ªa equivocado al pedir los toros de Atanasio, y su apoderado, Victoriano Valencia le daba la raz¨®n: "Me parece que est¨¢n pasando del punto dulce a la mansedumbre". Esa mansedumbre, seg¨²n el diestro abulense le hab¨ªa impedido redondear: "Hasta he tenido que salirme de mi l¨ªnea y a?adir muletazos de brega a otros con sentimiento".
Tambi¨¦n se quejaba de sus fallos con el acero: "Aravieso una mala racha, que ya me impidi¨® el domingo cortar orejas en la plaza francesa de Floirac". Valencia a?ad¨ªa que la cuadrilla le tom¨® el pelo a Robles, de regreso al hotel, llam¨¢ndole pinchauvas.
Curro V¨¢zquez, como suele ser habitual cuando se le tuerce la tarde, orden¨® a la telefonista del hotel que no le pasara ninguna llamada.
Babelia
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