Pagar¨¦s para todos
La Hacienda central y la vasca se reparten el mercado del 'dinero negro'
El contencioso entre la Hacienda central y la del Pa¨ªs Vasco por las emisiones de pagar¨¦s forales ha terminado en la firma de un armisticio. Tras un a?o de agrias acusaciones, la semana pasada se firm¨® en Madrid un acuerdo que supone el reparto de un mercado de seis billones de pesetas. Un importante volumen de dinero negro del que ambas administraciones podr¨¢n seguir cobr¨¢ndose lo que no ingresan por la v¨ªa de los impuestos. La posibilidad de que se eliminen en el futuro todas las emisiones p¨²blicas opacas al fisco no ha quedado cerrada, como tampoco que con ello se abra el camino a una regularizaci¨®n que permita un sistema fiscal m¨¢s equilibrado.
El acuerdo firmado el pasado mi¨¦rcoles en Madrid tuvo un precedente que pas¨® pr¨¢cticamente inadvertido. En la primavera de 1989 se lleg¨® a un compromiso entre la Hacienda central y la vasca por el que se acord¨® un intercambio de informaci¨®n sobre titulares de cuentas bancarias y para limitar las emisiones de pagar¨¦s sin retenci¨®n fiscal.Cuando los t¨¦cnicos de ambas Administraciones concretaban el contenido del acuerdo y se hac¨ªan los preparativos para la foto correspondiente, el pa¨ªs entero se hab¨ªa convertido en un hervidero de rumores sobre la posibilidad (le unas elecciones anticipadas. D¨ªas despu¨¦s, el presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, convert¨ªa el rumor en noticia al no descartar una pr¨®xima convocatoria ante las urnas.
En este clima no parec¨ªa muy conveniente que el dinero negro se convirtiera en tema de debate, ni que dos partidos contrincantes se dieran la mano. Al mismo tiempo, la Administraci¨®n central segu¨ªa con la batalla jur¨ªdica y presentaba un nuevo recurso contra los pagar¨¦s vascos. El resultado fue que el principio de acuerdo se qued¨® en agua de borrajas para dar paso a la apertura de hostilidades.
Por aquellas fechas, el Ministerio de Econom¨ªa y Hacienda estaba sumergido en la elaboraci¨®n del nuevo impuesto sobre la renta de las personas f¨ªsicas, que naci¨® con una vocaci¨®n de provisionalidad que durar¨¢ tres a?os.Al hilo de este debate, el Gobierno discuti¨® la conveniencia de una regularizaci¨®n fiscal. La f¨®rmula era hacer aflorar el dinero negro con una tributaci¨®n reducida o lanzar una emisi¨®n jumbo de un activo p¨²blico con una baja remuneraci¨®n.
La idea de fondo era aprovechar la segunda reforma fiscal espa?ola para sanear un sistema que sigue cojeando del mismo pie: las rentas; del trabajo tributan hasta la ¨²ltima peseta, mientras las del capital no contribuyen al esfuerzo de todos en la misma medida.
En la primera reforma, la del a?o 1978, el Gobierno de UCD dio una amnist¨ªa fiscal, ya que antes casi nadie pagaba impuestos. Diez a?os despu¨¦s, la situaci¨®n hab¨ªa cambiado -ahora unos pagan y otros no, precisamente los que m¨¢s ganan-, por lo que un perd¨®n generalizado adquirir¨ªa la categor¨ªa de esc¨¢ndalo p¨²blico.
Aquello coincidi¨® con el descubrimiento tard¨ªo por parte de Hacienda de una bolsa de dinero negro concentrado en las p¨®lizas de seguro de prima ¨²nica, que llevaba ya tres a?os reportando grandes beneficios a las entidades financieras. Con esta baza en la mano, el ministro de Econom¨ªa, Carlos Solchaga, consigui¨® parar en el Gobierno las posturas favorables a una regularizaci¨®n fiscal.
Debate caliente
Con la nueva reforma del impuesto sobre la renta y el patrimonio ahora en cocinas, la regularizaci¨®n fiscal ha vuelto a calentar el debate. El secretario de Estado de Hacienda, Jos¨¦ Borrell, a juzgar por sus declaraciones p¨²blicas, sigue en sus trece de no perdonar ni una peseta a los defraudadores.Tambi¨¦n se ha declarado partidario de no eliminar la actual opacidad fiscal de los pagar¨¦s del Tesoro, en contestaci¨®n p¨²blica a una idea lanzada por el secretario de Estado de Econom¨ªa, Pedro P¨¦rez, que s¨ª se mostr¨® favorable a su desaparici¨®n a medio plazo, una vez reformado el mercado de la deuda p¨²blica.
Borrell defiende que los pagar¨¦s del Tesoro llevan en su pecado la penitencia, es decir, no tributan pero su remuneraci¨®n es m¨¢s baja que la de otros activos en el mercado. No ocurre lo mismo, seg¨²n ha se?alado, con los pagar¨¦s forales, cuyos beneficios se reparten en el juego de la intermediaci¨®n financiera, adem¨¢s de costar dinero al resto de los ciudadanos del Estado.
Sin embargo, el compromiso alcanzado con el Gobierno vasco sobre los pagar¨¦s forales deja abierta esta posibilidad. El acta del acuerdo firmado la pasada semana en Madrid se?ala que "en el supuesto de que en virtud de ley se modificase la naturaleza actual de los pagar¨¦s del Tesoro, por las instituciones competentes de los territorios hist¨®ricos se promulgar¨¢n las normas que establezcan id¨¦nticas medidas para los pagar¨¦s forales".
El responsable de la Hacienda vasca, Alfonso Basagoiti, se felicita de este acuerdo y se muestra favorable a la eliminaci¨®n de la opacidad fiscal para cualquier activo p¨²blico, pero siempre en igualdad de condiciones entre las emisiones vascas y los pagar¨¦s del Tesoro.
"El Estado empez¨® sus emisiones de pagar¨¦s en el a?o 1982 por razones coyunturales sin embargo, nosotros no lo hicimos hasta 1985, cuando el volumen de dinero adquiri¨® importancia y porque nuestroconcierto establece unas reglas del juego sobre la base de un equilibrio financiero", seg¨²n afirma.
Tambi¨¦n se muestra partidario de una regularizaci¨®n fiscal si se quiere ir hacia una total transparencia en el sistema financiero. Su razonamiento, compartido por otros expertos, es que la liberalizaci¨®n de los movimientos de capitales en la Comunidad Europea puede suponer una v¨ªa de escape para el dinero incontrolado.
Con esta perspectiva cada vez m¨¢s inmediata, las rentas del capital tendr¨¢n que tributar m¨¢s moderadamente, seg¨²n indican los estudios comparativos, lo que puede convertir a Espa?a en un para¨ªso para los m¨¢s afortunados.
Milagros
Otro de los argumentos es que con un nivel de dinero negro que entre el sector financiero y el inmobiliario puede alcanzar los 10 billones de pesetas, la reforma fiscal ahora en ciernes puede nacer tocada de salud. El sistema puede hacerse m¨¢s progresivo pero, si la inspecci¨®n no hace milagros -algo en lo que conf¨ªa el Ministerio de Hacienda-, lo ser¨¢ m¨¢s cuanto mayor sea el n¨²mero de contribuyentes.
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