Una gran tragedia china y un melodrama italiano
La lista de premios del festival de Cannes, que se conocer¨¢ esta tarde, incluir¨¢ posiblemente un triunfo (injusto) de Jean-Luc Godard y (justo) de G¨¦rard Depardieu. La sorpresa puede estar en Ju Dou, obra magistral del chino Zuang Yimou, director de Sorgo rojo. Ayer se proyect¨® tambi¨¦n Todos estamos bien, del italiano Gluseppe Tornatore, un melodrama que encubre sus imperfecciones con h¨¢biles trucos.
Las quinielas de los iniciados en las componendas de los premios de Cannes aseguran que JeanLuc Godard y Alain Delon no se van de vac¨ªo con su vac¨ªa pel¨ªcula Nueva ola.Se apuesta muy fuerte. Por ejemplo, el peri¨®dico Nice Matin que se las da en estas fiestas de or¨¢culo, y con frecuencia lo es anunci¨® ayer (no es broma), con caracteres tipogr¨¢ficos aut¨¦nticamente napole¨®nicos, un "?Alain Delon Imperator!" que lo dice todo sobre por d¨®nde van este a?o las presiones al jurado. En una enorme foto, al lado del emperador Delon, Godard pon¨ªa sonrisa de lacayo. Para estar a la altura de las circunstancias, al final de su pel¨ªcula en vez de la palabra fin coloca un consumatum est lo suficientemente expresivo de la pedanter¨ªa que nos quieren hacer pasar por cine moderno.
Los paneles de puntuaci¨®n de los cr¨ªticos franceses para las pel¨ªculas en concurso parecen ir por el mismo lado e insisten en la pel¨ªcula de Godard, junto con otras dos francesas: Daddy nostalgie y Cyrano de Bergerac.En cambio, los paneles de puntuaci¨®n de las revistas no francesas destacan, eso s¨ª, a Cyrano y Daddy nostalgie, pero no a Godard, mientras las puntuaciones m¨¢s altas son para la norteamericana Cazador blanco, coraz¨®n negro, la polaca El interrogatorio, la brit¨¢nica Hidilen agenda y la sovi¨¦tica La madre.
Tragedia perfecta
En medio de estos s¨ªntomas de pasteleo, y si el jurado tiene coraje e independencia, el filme chino Ju Dou, proyectado ayer, puede dar la campanada.Es una obra tr¨¢gica perfecta, de exquisita belleza y erizada de dificultades, que su director supera siempre con maestr¨ªa. Desde el punto de vista formal, como apertura de nuevos caminos a la evoluci¨®n del lenguaje cinematogr¨¢fico, el trabajo de direcci¨®n de Zuang Yimou es el m¨¢s importante y libre, junto al del brit¨¢nico Ken Loach en Hidden agenda, que se ha visto en la floja, casi mediocre, secci¨®n oficial de Cannes 90. Zuang Kimou es todo lo contrario a un desconocido para los especialistas: ya logr¨®, hace tres a?os, dar un vuelco al festival de Berl¨ªn con Sorgo rojo, y podr¨ªa ser que ello ocurriera tambi¨¦n en este Cannes.Con Ju Dou, la famosa quinta generaci¨®n del cine chino, ahora dispersa por el mundo un a?o despu¨¦s de las matanzas de Tiananmen, sigue d¨¢ndonos muestras de su genio.
La otra pel¨ªcula proyectada ayer, ¨²ltimo d¨ªa del concurso, fue la italiana Todos estamos bien, escrita y dirigida por Giuseppe Tornatore, que triunf¨® hace un a?o aqu¨ª con su Cinema Paradiso, y ha obtenido el Osc¨¢r de Hollywood a la mejor pel¨ªcula en lengua no inglesa.
En realidad, Todos estamos bien es la misma pel¨ªcula, muy bien disfrazada de otra. Al comprobar el ¨¦xito de su f¨®rmula, Tornatore la ha repetido, y hace ahora un melodrama habilidoso, bien planteado y mal resuelto, que tendr¨¢ ¨¦xito de p¨²blico por su continuo recurso al chantaje sentimental, a la facilidad sensiblera y al estereotipo tragic¨®mico, de resultado f¨¢cil y seguro.
Tornatore no arriesga nada, apuesta con las cartas marcadas, en las ant¨ªpodas de la obra maestra de Zuang Y¨ªmou. La excelente pel¨ªcula china tiene la valent¨ªa de discurrir sin dar un solo paso en falso sobre el filo de una navaja, y no sobre la confortable moqueta que Tornatore pone debajo de los pies de sus t¨®picos y arti iciosos personajes.
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