El dios albino

.Johnny Winter ofreci¨® en Madrid un recital magn¨ªfico. S¨®lo la versi¨®n del cl¨¢sico de Chuck Berry Johnny B. Good, con que finaliz¨® su espect¨¢culo, tuvo una intensidad, una calidad y un valor emocional y t¨¦cnico superior al del resto de recitales de pop-rock de las fiestas de San Isidro juntos. El resto, blues-rock de cristalina pureza, fue un aut¨¦ntico regalo para los o¨ªdos de los afortunados mortales que se desplazaron al recinto deportivo del madrile?o barrio de Usera. Estaban ante un dios albino ¨²nico e irrepetible.Los vocalistas y guitarristas blancos de blues se dividen en dos categor¨ªas. En un lado estar¨ªan los cantantes y guitarristas blancos con el alma, los dedos y la garganta blanca; en el otro los guitarristas y cantantes blancos con caracter¨ªsticas F¨ªsicas y pasionales profundamente negras. Johnny Winter, albino hasta la m¨¦dula, estar¨ªa entre los segundos. Alumno aventajado del gran Muddy Waters, Winter ha mamado toda la tradici¨®n vocal de la raza negra, compartiendo estudios y escenarios con los mejores m¨²sicos de color.Gracias a eso, no se ve obligado a fingir o a forzar situaciones; s¨®lo tiene que dejarse llevar, con la cadenciosa dejadez del que hace algo cotidiano, para fabricar el mejor blues-rock interpretado por un blanco que se puede o¨ªr ahora mismo en todo el mundo. Como guitarrista, tambi¨¦n es ¨²nico: utiliza la p¨²a y el slide como una prolongaci¨®n de sus dedos, sin un solo aspaviento superfluo y con el filing necesario para mantener al p¨²blico en un estado de atenci¨®n y excitaci¨®n constantes.

El m¨²sico tejano es todo un maestro, y, afortunadamente, escogi¨® el campo del Moscard¨® para dar una. lecci¨®n de estilo, clase y autenticidad. Demostr¨®, en los poco m¨¢s de 60 minutos que dur¨® su vibrante actuaci¨®n, que para encontrar la verdad en la actual m¨²sica joven es necesario buscar en las ra¨ªces y olvidar las adulteraciones comerciales. Robben Ford, tambi¨¦n cantante y guitarrista, no desenton¨® en absoluto en su actuaci¨®n, previa a la de Winter.

Plant en vivo

Dentro del progama de San Isidro, Robert Plant, cantante de los nunca suficientemente ponderados Led Zeppelin, se present¨® el viernes en Pabell¨®n de Deportes del Real Madrid, despu¨¦s de un silencio de casi una d¨¦cada. En 1980 la legendaria banda realiz¨® su ¨²litma gira y desde entonces Plant no pisaba un escenario. Ahora, con un nuevo disco como solista en el mercado y un grupo relativamente estable, retorna al mundo de la m¨²sica en vivo con un resultado desigual.Lamentablemente, el peor elep¨¦ de Led Zeppelin es mucho mejor que Manic Nirvana, el ¨²ltimo album del vocalista brit¨¢nico. Este importante detalle marc¨® el concierto, al condicionar de forma notable el repertorio interpretado por Robert Plant y su banda.

A sus 42 a?os, Plant no tiene la garganta de anta?o. Su voz no es tan fuerte y vers¨¢til como en el pasado. En cambio, ahora la domina como nunca y sabe dosificarla a la perfecci¨®n; juega comedidamente con sus cuerdas vocales y se apoya descaradamente en toda clase de efectos sonoros para camuflar sus limitaciones. En directo, le acompa?a una banda digna. Y poco m¨¢s.