Espa?a firma los dos primeros acuerdos en los que se concreta su contribuci¨®n militar a la OTAN
El jefe del Estado Mayor de la Defensa, Gonzalo Puigcerver, quien ma?ana cesar¨¢ en el cargo, firm¨® ayer en Bruselas los dos primeros acuerdos de coordinaci¨®n entre las Fuerzas Armadas espa?olas y los mandos aliados, en los que se plasma la contribuci¨®n militar de Espa?a a la OTAN. Dichos acuerdos se refieren a la realizaci¨®n de maniobras aeronavales en el Atl¨¢ntico oriental y a la defensa a¨¦rea. En nombre de los mandos de la OTAN firm¨® el general norteamericano John Galvin, comandante supremo de las fuerzas aliadas en Europa. La firma de estos acuerdos ha sido posible tras la retirada de las reservas de Portugal.
A estos dos primeros acuerdos seguir¨¢n en breve, seg¨²n declar¨® el ministro de Defensa, Narc¨ªs Serra, otros dos "que est¨¢n muy avanzados": los de Defensa del territorio y operaciones aeronavales en el Mediterr¨¢neo Occidental. Para el final se han dejado, por su especial complejidad e inter¨¦s pol¨ªtico, los referidos a la utilizaci¨®n de Espa?a como base de apoyo log¨ªstico y de retaguardia, y al control y vigilancia del Estrecho de Gibraltar. La negativa espa?ola a reconocer la existencia del submando aliado del Pe?¨®n, en manos brit¨¢nicas, complica esta ¨²ltimo negociaci¨®n.Los textos firmados ayer, de entre 10 y 15 folios cada uno, en ingl¨¦s, establecen los mecanismos de coordinaci¨®n entre las Fuerzas Armadas espa?olas y los mandos aliados para la realizaci¨®n de maniobras aeronavales en el Atl¨¢ntico Oriental y para la defensa del espacio a¨¦reo de inter¨¦s espa?ol. Se trata de dos de las seis misiones acordadas entre Espa?a y la OTAN para el desarrollo de la contribuci¨®n militar espa?ola, que no se agota en las mismas y puede incluir otros compromisos.
El ministro de Defensa dej¨® claro que las "ocho o nueve misiones b¨¢sicas" que contienen cada uno de los dos acuerdos deber¨¢n ser desarrolladas en planes operativos concretos. Ser¨¢ en dichos planes d¨®nde se especifique a qu¨¦ parte, las Fuerzas Armadas espa?olas o los mandos aliados, corresponde el control operativo (t¨¦rmino acu?ado para eludir la palabra mando) de la misi¨®n. Espa?a ha planteado desde un principio la necesidad de que se aplique el principio de reciprocidad. Es decir: si las Fuerzas Armadas espa?olas ponen unidades bajo control ajeno; debe darse la situaci¨®n inversa.
Finalmente, Espa?a ha aceptado sin embargo una excepci¨®n a este principio en el caso de Portugal, pa¨ªs que por recelos hist¨®ricos rechazaba poner unidades bajo control espa?ol. Un pacto de caballeros entre Madrid y Lisboa, en virtud del cual Espa?a renuncia a medio plazo al control de unidades lusas, ha permitido que Portugal levantara sus reservas. Tambi¨¦n Francia plante¨® algunas objeciones, si bien fueron m¨¢s f¨¢cilmente superadas.
Las negociaciones con los restantes socios, resueltas en los ¨²ltimas seis semanas por la v¨ªa del silencio administrativo, han provocado una demora de diez meses, sobre las previsiones del Gobierno espa?ol. El general Puigcerver logr¨® rubricarlos ayer, 48 horas antes de ser sustituido al frente de la c¨²pula militar.
Aunque Serra asegur¨® que "la contribuci¨®n espa?ola no se delimita por zonas, sino por misiones", los acuerdos firmados clasifican en dos tipos las zonas en las que participar¨¢n unidades militares espa?olas: las de inter¨¦s estrat¨¦gico y las de inter¨¦s preferente. Las primeras se identifican b¨¢sicamente con la zona de inter¨¦s estrat¨¦gico espa?ol, limitada por Brest (Francia), Cabo Blanco (Sahara) y las Azores. Las segundas, m¨¢s reducidas, son dos: un pasillo que parte de C¨¢diz y se abre al llegar a Canarias, englobando el archipi¨¦lago; y un ¨¢rea formada por el Cant¨¢brico y la costa gallega. Preferentemente, ser¨ªa en estas ¨²ltimas zonas donde Espa?a se reservar¨ªa el control operativo.
Defensa de Canarias
El car¨¢cter clasificado (secreto) de los acuerdos sirvi¨® a Serra para eludir toda precisi¨®n sobre su contenido. Ni siquiera quiso aclarar si el control de la zona de Canarias corresponder¨¢ a una autoridad espa?ola o al submando aliado de Iberlant, ubicado a 20 kil¨®metros de Lisboa. No obstante, fuentes de su departamento sostienen que "la defensa naval y a¨¦rea del archipi¨¦lago queda bajo soberan¨ªa espa?ola y no hay ninguna competencia del mando aliado en esa zona".Serra insinu¨® que "el acompa?amiento de convoyes hasta el tr¨®pico de C¨¢ncer" y las "garant¨ªas de conexi¨®n de Canarias con la Pen¨ªnsula" corresponder¨¢n al mando espa?ol, lo que coincide con el pasillo antes mencionado de la zona preferente del Atl¨¢ntico, pero fue m¨¢s ambiguo al referirse a las tareas de minado y desminado en el mismo ¨¢rea, seguramente porque Espa?a no tiene medios para realizarlas.
El acuerdo referido al Atl¨¢ntico Oriental describe ¨¢reas, misiones y fuerzas asignadas para su realizaci¨®n. Entre estas ¨²ltimas, incluye la pr¨¢ctica totalidad de la flota espa?ola que, con su grupo de combate al frente, estar¨¢ comprometida en misiones OTAN. Por su parte, el acuerdo sobre defensa a¨¦rea prev¨¦ la interconexi¨®n de la red de alerta y control espa?ola con la de la Alianza Atl¨¢ntica (NADGE) para la transmisi¨®n de datos en tiempo real.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.