La batalla cotidiana de los saharauis
Muestra en el Museo Etnol¨®gico sobre los n¨®madas que hablan espa?ol
El mundo de las caravanas libra su ¨²ltima batalla en las inmensidades del S¨¢hara. Durante casi dos a?os, Mar¨ªa Angeles Ojeda, responsable del Departamento de ?frica del Museo Etnol¨®gico, ha dirigido la recogida de material, documentaci¨®n y estudio de un trocito de este m¨¢gico mundo de los n¨®madas que hablan espa?ol, el de los pueblos de la ex colonia del S¨¢hara occidental. Todo ello con el fin de recrear el escenario de la batalla cotidiana de los saharauis en una exposici¨®n que permanecer¨¢ hasta septiembre en Madrid y que aspira a trashumar por toda Espa?a.Tras superar las insidias del siroco, las tormentas de arena y los a¨²n m¨¢s angustiosos meandros de los tr¨¢mites administrativos y aduaneros, el Museo Etnol¨®gico de Madrid ha inaugurado una exposici¨®n cuyo objetivo es ilustrar las transformaciones a las que se ha visto obligada la cultura tradicional de los saharauis para responder a los bombardeos aculturadores de la civilizaci¨®n industrial y la guerra por la independencia contra Marruecos, que se prolonga desde hace 15 a?os.La iniciativa ha permitido desempolvar buena parte de la colecci¨®n, ¨²nica en los museos espa?oles, que fue recogida bajo la direcci¨®n de Julio Caro Baroja durante sus estancias en la entonces colonia espa?ola que resultaron en 1955 en la monograf¨ªa antropol¨®gica por excelencia sobre los saharauis Estudios saharianos. Una colecci¨®n de m¨¢s de 200 objetos que por restricciones de espacio, se halla en su mayor¨ªa relegada a los s¨®tanos del museo y que Mar¨ªa ?ngeles Ojeda, responsable del Departamento de ?frica de dicho museo, ha intentado completar y actualizar con una labor sobre el terreno repartida en tres expediciones realizadas en el ¨²ltimo a?o.
Tambi¨¦n nailon
Ojeda sabe que no faltar¨¢ entre el p¨²blico que acuda a la exposici¨®n "quien se escandalice al comprobar que el nailon est¨¢ a la orden del d¨ªa tambi¨¦n entre los hombres azules". "La clave de las culturas n¨®madas ha sido siempre el m¨¢ximo aprovechamiento de cualquier elemento que ayudara a aportar soluciones. Por ello no tiene sentido la actitud de los rom¨¢nticos aferrados al ensalzamiento del buen salvaje, que confunden el cambio con la falta de autenticidad", explica la antrop¨®loga.La guerra por la independencia ha dividido a los saharauis entre habitantes de territorios ocupados y liberados. Ojeda, que vivi¨® dos a?os en El Ai¨²n en los tiempos de la colonia, opt¨® por centrar su investigaci¨®n y b¨²squeda de objetos entre los saharauis que habitan los campos de refugiados situados en el territorio argelino de Tinduf
"Reflexion¨¦ mucho sobre los pros y contras que ofrec¨ªan las diferentes opciones en este sentido. Las facilidades que me brindaba el hecho de que los refugiados siguen hablando y aprendiendo el espa?ol, y los consejos de los expertos en relaciones internacionales acerca de mis posibilidades de movimiento en uno y otro lado, hicieron que me decidiera por los campamentos", afirma Ojeda.
Tasufras y tasayas, los bolsos de viaje en las caravanas de hombres y mujeres, respectivamente, ocupan ya su lugar en una vitrina. M¨¢s problem¨¢tica result¨® la puesta a punto de dos dromedarios de fibra, de tama?o natural, que fueron creados con m¨¢s tripa de lo debido y que, bajo el sabio asesoramiento de un voluntario saharaui fueron sometidos a una r¨¢pida liposucci¨®n a golpe de lima. El objetivo era ajustar los flancos para que pudieran colocarse sobre ellos las espectaculares rihlas o sillas de montar de cuero.
Mientras, Ojeda observa en otra vitrina una serie de odres de cabra destinados a la elaboraci¨®n de la mantequilla o como cantimploras para el agua. A pesar de su aspecto r¨²stico, son objetos de uso cotidiano entre las culturas n¨®madas, a pesar de que ahora, en lugar de viajar colgados de los camellos, lo hagan en veh¨ªculos todoterreno. Y, naturalmente, no pod¨ªa faltar una aut¨¦ntica jaima -tienda- saharaui.
Para desvelar los secretos que esconde su aparente estructura, una saharaui viaj¨® con Ojeda para ayudar a izarla en medio del sal¨®n, seg¨²n el ritual tradicional, que al igual que la elaboraci¨®n del tejido -de lana de camello- en la sociedad saharaui corresponde a las mujeres.
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