Una sonoridad c¨¢lida
El planteamiento historicista en la interpretaci¨®n musical tiene un enunciado claro: utilizar instrumentos de ¨¦poca (o copias lo m¨¢s exactas posibles de los mismos) para conseguir un sonido con el m¨¢ximo grado de fidelidad al momento en que se escribieron las obras. Hay grupos que tienen tal grado de compromiso con esta premisa que hasta llevan en sus giras dos modelos diferentes de instrumentos si tienen que interpretar a Bach y a Mozart, pongamos por caso. Es lo que hace la Orquesta del Siglo XVIII.Los pioneros de la revisi¨®n arqueol¨®gica de la m¨²sica comenzaron con la Edad Media y el Renacimiento. Despu¨¦s, se encontraron a gusto en el Barroco, en Vivaldi o Bach, y desarrollaron a sus anchas su concepci¨®n de la sonoridad. Ahora, ni siquiera el clasicismo les es suficiente y enfilan los caminos del XIX, al menos en su primer tercio. No s¨®lamente Br¨¹gger, tambi¨¦n Harnoncourt o Herrewegh o Savall sufren la tentaci¨®n del Romanticismo.
Orquesta del Siglo XVIII Director: Frans Br¨¹ggen
Obras de Haydn, Mozart y Mendelssohn. Auditorio Nacional, 24 de mayo.
Br¨¹gger es un excelente flautista que cuida con mimo su Orquesta del Siglo XVIII. Se nota. La sonoridad es c¨¢lida. La experimentaci¨®n deja en sus versiones paso a la vida. Lucha contra las dificultades de mantener la afinaci¨®n; sorprende con el efecto ac¨²stico de unos timbales primitivos o la peculiar emisi¨®n de los instrumentos de viento. Cuando el oyente se mete en el juego queda cautivado. Son Haydn, Mozart o Mendelssohn, en efecto, pero suenan distintos. Exactamente, lo que los int¨¦rpretes quieren.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.