Umbrales del fracaso

Este filme se apoya en un relato literario de Peter Viertel, veterano escritor de pel¨ªculas de Hollywood, uno de cuyos trabajos m¨¢s conocidos procede de 1952: el gui¨®n de La reina de ?frica, el famoso filme dirigido por John Huston e interpretado por Katharine Hepburn y Humphrey Bogart. En su relato, Viertel narra las peripecias que, siguiendo las huellas errantes y suicidas de Huston, tuvo que vivir en los meses anteriores al rodaje de la legendaria pel¨ªcula.A?os despu¨¦s de realizada La reina de ?frica, Viertel escribi¨® una novela sobre esa experiencia como guionista de Huston y, m¨¢s tarde, ayudado por Burt Kennedy y James Bridges, escribi¨® un gui¨®n sobre su novela. Este gui¨®n deambul¨® durante casi 20 a?os de despacho en despacho, sin que cosa frecuente en Hollywood y fuera de Hollywood- ning¨²n sagaz lector de ninguna productora se percatase de la joya que ten¨ªa entre manos. Es dif¨ªcil saber leer un gui¨®n e incluso en la alta profesionalodad californiana hay incompetentes en la materia que con frecuencia no se enteran del cine que hay potencialmente en los folios que algunos guionistas les entregan.

Hasta que hace un par de a?os el vapuleado paquete, de viejos folios vagabundos cay¨® en manos de Clint Eastwood y ¨¦ste, que es un inteligente lector de guiones c¨®mo demostr¨® al descubrir y adquirir -en un caso exactamente igual a ¨¦ste- el de su Bird, supo ver bajo unos papeles mecanografiados la originalidad, el desgarro y la extraodinaria claridad del desarrollo dram¨¢tico que hay en ellos, y lo compr¨® inmediatamente para realizarlo en su peque?a productora Malpaso. La Warner apoy¨® el proyecto, el filme est¨¢ aqu¨ª y es, pese a un grave defecto que le impide ser magistral, una buena pel¨ªcula.

Alas cortadas

El error que impide a esta buena pel¨ªcula ser una obra de grandes vuelos se debe parad¨®jicamente a su m¨¢s importante gancho comercial: el director Clint Eastwood se equivoc¨® al elegir al actor Clint Eastwood como protagonista del filme. El popular rostro p¨¢lido, poderoso pero limitado actor, est¨¢ inc¨®modo dentro del pellejo de ese contradictorio, ¨¢spero y fr¨¢gil John Wilson que ocupa el nombre de John Huston. Eastwood, imita bien, gestos y tics de Huston, pero no crea un personaje global cre¨ªble como tal personaje, Se acerca a ¨¦l, pero se le escapa su quiebra ¨ªntima, que s¨®lo a medias expresa el actor Eastwood, pese a la finura del director Eastwood.No hay en el rostro del actor Eastwood elasticidad suficiente para expresar sin forzamiento la obsesiva y en¨¦rgica b¨²squeda por Wilson-Huston de los umbrales del fracaso, de ese su ir al precio que sea m¨¢s all¨¢ de donde puede ir.

Eastwood se mueve monocorde en registros ap¨¢ticos, pero no representa el histrionismo sarc¨¢stico -que requiere energ¨ªa, no apat¨ªa- del personaje, ni consigue transmitirnos la idea de que este singular individuo lo ¨²nico que ama de verdad es algo para lo que ¨ªntimamente se cree incapacitado: la vida.

Su oficio, el cine, es para ¨¦l un insatisfactorio suced¨¢neo de esa ansiada vida que no llega a poster en la plenitud que desea. Vemos que Eastwood quiere decir esto, pero no vemos que lo diga visceralmente, sino s¨®lo intencionalmente. Y en esa ausencia de visceralidad, en la frialdad t¨¦cnica de su composici¨®n, es donde Eastwood corta las alas de este notable filme y le impide volar.

La historia narrada es divertida, dura y bella; su ordenaci¨®n dram¨¢tica es perfecta; su realizaci¨®n est¨¢ a la altura de estas apoyaturas; y el resto de los int¨¦rpretes hace cre¨ªble todo lo que tocan.

Pero el actor Eastwoood est¨¢ por debajo de lo que el filme le pide: una interpretaci¨®n descomunal, cuando la suya es solo h¨¢bil y experta, pero com¨²n.