Antiguos colaboradores de Bull padre del superca?¨®n iraqu¨ª, montan una empresa de ingenier¨ªa en Espa?a
, Dos antiguos miembros de la empresa Space Research Corporation (SRC), presidida por el ingeniero canadiense Gerarld Bull, asesinado el 22 de marzo en Bruselas, al que se atribuye el proyecto de superca?¨®n que pretender¨ªa construir Irak, se integraron a principios de marzo en la empresa espa?ola Martec, SA, dedicada a la ingenier¨ªa industrial. Se trata de los ciudadanos estadounidenses Luis Manuel Palacio, de 48 a?os, residente en Pozuelo de Alarc¨®n (Madrid), y Michael Francis Gambello, de 54 a?os, residente en Connecticut (EE UU). El presidente y propietario de Martec es el alem¨¢n Gerd Peter Paukner.
A. Paukner S A, empresa domiciliada en Las Palmas de Gran Canaria, representa los intereses en Espa?a de numerosas industrias de Alemania Occidental de los m¨¢s variados sectores, hasta el punto de que sus responsables la definen como "un colmado". Creada por Anton Paukner, padre de Gerd Peter, un alem¨¢n que se instal¨® en Espa?a en 1934 y falleci¨® en 1985, APSA es representante oficial para la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica de los ferrocarriles alemanes, Deutsche Bundesbahn, y de firmas de armamento como la germana Krauss Maffei, fabricante del carro de combate Leopard, o la holandesa Philips. Sus negocios se extienden al ¨¢rea del turismo y a la aviaci¨®n comercial, donde controla, seg¨²n sus responsables, el 70% de las l¨ªneas extranjeras de vuelos charter que operan en Espa?a, as¨ª como la compa?¨ªa Viva, en la que Gerd Peter Paukner ocupa un puesto directivo.Christian Alexander Paschkes, hombre de confianza de Paukner, asegura que su empresa ha intervenido como intermediaria en la venta de material militar, de origen alem¨¢n u holand¨¦s, al Ministerio de defensa es pa?ol y a la Guardia Civil. Dicho directivo niega, sin embargo, que APSA haya producido armamento alguno o que lo haya exportado a terceros pa¨ªses.
Constituci¨®n de la empresa
En febrero de 1988, Paukner, con otros tres socios espa?oles, constituy¨® Martec S A, con el objetivo, seg¨²n Paschkes, de realizar una operaci¨®n con la Armada espa?ola que no pudo consumarse. Durante un a?o, la empresa permaneci¨® hibernada y, de hecho, s¨®lo se desembols¨® una cuarta parte del capital social escriturado: 250.000 pesetas.
Sin embargo, en marzo pasado, Martec S A sufri¨® una verdadera refundaci¨®n: el capital se elev¨® de uno a 15 millones de pesetas; la empresa, dedicada hasta entonces a operaciones de importaci¨®n-exportaci¨®n, se especializ¨® en "ingenier¨ªa de proyectos de maquinaria"; y los antiguos socios espa?oles la abandonaron, qued¨¢ndose Paukner con el control de la misma. Paschkes reconoce que lo ¨²nico que queda de la primitiva empresa es el nombre, que se utiliza por la necesidad de contar con base legal para realizar un negocio cuyo contenido no quiere detallar.
Bull, nexo de uni¨®n
Adem¨¢s de Paukner, quien contin¨²a como presidente, otras tres personas forman parte del Consejo de Administraci¨®n de la nueva Martec: Luis Manuel Palacio, Michael Francis Gambello y Miguel Gald¨®s Urkia. Mientras los dos primeros trabajaron para Gerd Bull en SRC; el ¨²ltimo fue hasta diciembre pasado gerente de la empresa vasca de ingenier¨ªa militar Trebelan, S A.
El ¨²nico nexo en com¨²n de los cuatro directivos de Martec parece ser, precisamente, su relaci¨®n con el cient¨ªfico canadiense asesinado en Bruselas, ya que Trebelan, mientras fue dirigida por Gald¨®s mantuvo intensas relaciones comerciales con SRC a quien, entre otros proyectos, compr¨® los planos de su ca?¨®n de calibre 155/45. Respecto a Paukner, actu¨® como introductor en Espa?a de Gerd Bull, que instal¨® una oficina en Madrid en 1985 y lleg¨® a contar con casa propia en Marbella.
Paschkes explica la entrada en Martec de Gald¨®s y de los ingenieros de SRC en base a su voluntad de "contar con los mejores", dado el prestigio tanto de la firma vasca como de la empresa de Bull en el campo de la ingenier¨ªa. Tampoco niega que Paukner introdujera en Espa?a al cient¨ªfico canadiense. Sin embargo, el directivo alem¨¢n no encuentra contradicci¨®n alguna en el hecho de que se haya fichado a ingenieros especializados en bal¨ªstica para una empresa cuyo objetivo expreso es la ingenier¨ªa civil. "Ni Paukner ni Martec est¨¢n interesados en absoluto en el mercado de la industria militar", asegura Paschkes con contundencia.
La investigaci¨®n abierta en Espa?a en torno a la presunta implicaci¨®n de empresas nacionales en la construcci¨®n de un superca?¨®n para Irak ha permitido conocer los amplios contactos de la industria militar espa?ola con el pol¨¦mico Gerarld Bull, quien mantuvo relaciones al menos con dos empresas: Trebelan y Sitecsa, del grupo ERT.
La presunta conexi¨®n espa?ola con el superca?¨®n iraqu¨ª fue revelada al Gobierno espa?ol por la embajada del Reino Unido en Madrid. Aunque ning¨²n organismo oficial ha querido revelar los nombres de las firmas supuestamente implicadas, fuentes brit¨¢nicas apuntaron a Trebelan, la empresa que abandon¨® Gald¨®s en diciembre del a?o pasado para incorporarse a Martec.
Las sospechas de Londres se basaban en los fluidos contactos de Gald¨®s con Bull y con Irak. Particularmente sospechoso fue el env¨ªo realizado por Trebelan a Bagdad el 4 de abril de 1989, en un Antonov 124 sovi¨¦tico que parti¨® del aeropuerto de Vitoria.
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