La ley espa?ola se basa en la defensa del inter¨¦s nacional"

, La CE defiende "una pol¨ªtica de inmigraci¨®n lenta", pero como principio. pol¨ªtico condena la xenofobia y el racismo. La legislaci¨®n espa?ola sobre extranjeros, seg¨²n un informe reciente de la Comisi¨®n Europea, se basa en la idea de "defensa de los intereses nacionales".

La pr¨¢ctica de la Administraci¨®n "es adaptarse cada vez m¨¢s a la pol¨ªtica de inmigraci¨®n predominante en Europa, que tiende a aplicar medidas m¨¢s r¨ªgidas a los no comunitarios, a la vez que se extiende la libertad de movimientos dentro de la CE". El control de la inmigraci¨®n se inici¨® en 1973 a ra¨ªz de la crisis- del petr¨®leo.

En Espa?a, seg¨²n el informe, los partidos pol¨ªticos mayo ritarios apoyan al Gobierno en el control de nuevos flujos y s¨®lo organizaciones como C¨¢ritas y CC OO demandan que un derecho de inmigraci¨®n corrija los excesos de la ley de extranjeros. Los intereses de ciertos empresarios -agricultores y constructores, sobre todo son favorables a la llegada de nuevos inmigrados.

Espa?a ha cambiado su tradici¨®n hist¨®rica de tierra de emigrantes por lugar de acogida. Los inmigrados representan s¨®lo la mitad de los espa?oles que est¨¢n por el mundo (1,7 millones; 906.000 en Am¨¦rica y 776.401 en Europa), pero el saldo migrador se ha invertido a partir de 1985. Y este fen¨®meno comenz¨® de verdad a dispararse el pasado a?o, cuando los inmigrados registrados legalmente pasaron de 360.000 a 475.000. A ellos se a?aden otros 294.000 inmigrantes ilegales.

El cierre de fronteras de los pa¨ªses del norte de la CE ha transformado a nuestro pa¨ªs de lugar de paso en "estaci¨®n de destino". A finales de los setenta Espa?a comenz¨® a compensar su hist¨®rico flujo exportador de personas con el retorno de inmigrantes y la nacionalizaci¨®n de otros que viven fuera. Desde 1985, el flujo de entrada se sobrepone al de salida.

Una reciente encuesta de la CE demuestra que la xenofobia y el racismo s¨®lo ocupan el sexto lugar entre las grandes preferencias de la poblaci¨®n de la CE. En Espa?a, la pregunta de persona de otra nacionalidad hace pensar en "otros europeos en el 37% de los casos". Al 9% de los encuestados le suscita la imagen de los estadounidenses; al 6%, la de los latinoamericanos, y al 7%, la de los norteafricanos. Pero ning¨²n espa?ol "respondi¨® con la realidad con la que convive, "inmigrantes o refugiados". ,