Situaci¨®n inadmisible

LA VISITA de los l¨ªderes de UGT y CC OO centro militar de detenci¨®n donde est¨¢ recluido el cabo Manuel Rosa por reivindicar la sindicaci¨®n en el seno de la Guardia Civil trasciende la dimensi¨®n de un acto solidario entre sindicalistas para convertirse en una denuncia en toda regla de una situaci¨®n inadmisible. Promover el sindicalismo dentro de la Guardia Civil ser¨¢ compatible o no con sus reglamentos internos, pero, en cualquier caso? nunca deber¨ªa haber sido motivo de una sanci¨®n tan disparatada como el encarcelamiento. El propio Gobierno parece darse cuenta, aunque con retraso, de la dolorosa situaci¨®n que ha creado y ha puesto- en marcha una reforma que permita, al menos, enfocar el problema desde una reglamentaci¨®n disciplinaria menos incivilizada.El car¨¢cter militar de la Guardia Civil, por el que se decidi¨® legalmente el Gobierno en contra de promesas anteriores, complica el ejercicio de determinadas libertades reconocidas en la Constituci¨®n, aunque la Carta Magna no veda expl¨ªcitamente la sindicaci¨®n -supuesto que s¨ª se da en el caso de los jueces, a los que, sin embargo, se les permite asociarse profesionalmente- ni a los integrantes de las Fuerzas Armadas ni a los de los cuerpos de seguridad del Estado, sean de naturaleza militar, como la Guardia Civil, o de naturaleza civil, como el Cuerpo Nacional de Polic¨ªa. La Constituci¨®n se limita a autorizar al legislador a impedir el derecho a sindicarse a los primeros o restringirlo para los segundos.

El Gobierno parece temer que la sindicaci¨®n degrade la labor de la Guardia Civil y disminuya el nivel de disponibilidad que le confiere su condici¨®n de cuerpo policial militarmente estructurado. Asegura tambi¨¦n que si se le reconocen los mismos derechos que al Cuerpo Nacional de Polic¨ªa, no existir¨ªa diferencia alguna entre los dos. Tal vez, pero ello no supone argumento suficiente que demuestre la conveniencia del mantenimiento de dos polic¨ªas separadas. Y ese deba te es el que impl¨ªcitamente est¨¢ planteado. Pues cabe suponer que no se trata tanto de que la Guardia Civil no pueda sindicalizarse por su definici¨®n como cuerpo militar como de que se mantiene esa consideraci¨®n para que no pueda sindicalizarse.