El 'Culebr¨®n' (II)
, La secci¨®n de baloncesto del Real Madrid seguir¨¢ dando que hablar. Hay material para alimentar el culebr¨®n, porque esta secci¨®n provoca m¨¢s inter¨¦s en la alcoba que en la cancha de juego. Ayer, mientras Mendoza desped¨ªa nadie sabe porqu¨¦ a un entrenador de la talla de George Karl, el Barcelona conquistaba su cuarta Liga consecutiva.
El ¨²ltimo cap¨ªtulo ha resultado rid¨ªculo. Karl iba a ser despedido el martes, pero aguant¨® el primer asalto, mientras su supuesto sucesor, Wayne Brabender, llegaba a las oficinas del club a no hacer otra cosa que firmar contrato y se encontraba con una educada pero inesperada evasiva. Ayer Karl era finalmente despedido, pero sin argumentos, "porque se hab¨ªa tomado una decisi¨®n hace dos meses", nadie sabe con quien, ni d¨®nde, pero desde luego no en una junta directiva, no en sociedad, como proclam¨® Mendoza.
Todo el mundo sospecha de Pedro Ferr¨¢ndiz, el art¨ªfice de todo este bochornoso engendro, ese protagonista sinuoso, que aparece y desaparece, que muere y resucita seg¨²n necesidades del gui¨®n, y que ha.encontrado el m¨¦todo id¨®neo para no mancharse las manos pase lo que pase.
Tan maquiav¨¦lica ha sido su intervenci¨®n que, si todo resulta mal, la culpa ser¨¢. de Mendoza y, si sale bien, el dise?ador de la reconstrucci¨®n habr¨¢ sido ¨¦l. Y esa conclusi¨®n no la levanta ya nadie, porque Ferr¨¢ndiz bien se ha encargado de vender el producto en los dos ¨²ltimos meses, desde que tom¨® la decisi¨®n.
Quienes conocen a Ferr¨¢ndiz saben que suele colocarse por encima de todos, que es el m¨¢s chulo del barrio, que invent¨® la autocanasta, que tir¨® una banqueta al p¨²blico en una cancha yugoslava y que ¨²ltimamente apagaba el televisor cuando echaban un partido de la NBA. "Los entrenadores de la NBA no tienen ni idea", se jactaba en p¨²blico.
El culebr¨®n define o redefine los personajes en funci¨®n de la audiencia. Y ahora Ferr¨¢ndiz ha vuelto; es un buen personaje para el culebr¨®n. Lo ha hecho tan bien queta sabido colocarse por encima de Mendoza, que ayer dej¨® de ser presidente para ejercer de delegado de la secci¨®n. El presidente, de facto, era Ferr¨¢ndiz, que fue quien despidi¨® a Karl hace dos meses. No Mendoza. Ferr¨¢ndiz, que bien se encatg¨® de difundirlo.
Y como sucede en todos los culebrones, un cap¨ªtulo invita al siguiente. As¨ª, Brabender ha sido cuestionado como t¨¦cnico minutos antes de firmar contrato. Mal comienzo: Brabender huele ya a cad¨¢ver.
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