"No hay derecho a lo que han hecho con nosotros"
Dos expulsados llevaban cerca de 15 a?os en Espa?a y uno es dirigente de CC OO
A. P. / F. R. ENVIADOS ESPECIALES "Espa?a no vale"; "no hay derecho a lo que han hecho con nosotros"; "si hubiera imaginado que me iba a pasar esto, jam¨¢s habr¨ªa ido a Espa?a", repiten una y otra vez 20 marroqu¨ªes, despu¨¦s de la pesadilla vivida tras su detenci¨®n, en la provincia de Barcelona, y su posterior expulsi¨®n de Espa?a por orden judicial. Saben que ahora, en T¨¢nger, les espera la segunda parte de la pesadilla: el paso por las dependencias de la polic¨ªa marroqu¨ª.
Los repatriados no se muestran especialmente asustados -todos tienen su pasaporte en regla y no existen cargos contra ellos en Marruecos-, pero est¨¢n intranquilos. En manos de la polic¨ªa de Hassan nunca se sabe lo que puede ocurrir. La mayor¨ªa de los deportados son de Nador, una ciudad costera al sur de Melilla. Ahora volver¨¢n a ver a sus familiares, pero, ?y despu¨¦s?Mohamed Ibini trabaj¨® de maestro durante tres a?os antes de marcharse de Marruecos. "No pienso volver a poner los pies en Espa?a", dice. "M¨ªs padres viven en Alemania. Este verano ir¨¦ a visitarlos. Si me gusta igual me quedo all¨ª".
Mohamed Abdelk¨¢der est¨¢ hundido. Naci¨® en Argelia hace 35 a?os, aunque tiene la nacionallidad marroqu¨ª. En 1975, a causa del conflicto entre ambos pa¨ªses, fue expulsado por las autoridades argelinas. "Y ahora me sacan de Espa?a. No entiendo nada. ?Qu¨¦ sentido tiene vivir?: m¨¢s me valdr¨ªa ponerme una soga al cuello". Abdelk¨¢der llevaba 13 a?os en Espa?a. Ha tenido permisos de residencia temporales, el ¨²ltimo de los cuales expir¨® el 17 de mayo. "Me estaba renovando los papeles", agrega. Cuenta que la polic¨ªa le pregunt¨® c¨®mo era posible que en 13 a?os no tuviera documentos en regla. "No s¨¦ leer ni escribir, les contest¨¦".
Los mismos a?os, e incluso alguno m¨¢s, llevaba trabajando en Espa?a Driss Nablousi, delegado de Comisiones Obreras (CC OO) y d¨ªrligente de dicho sindicato en la zona de Vie.
Cuando la polic¨ªa marroqu¨ª le ponga en libertad, Taxbi Mohamid, de 34 a?os, que trabaj¨® ocho meses en la empresa Puigner¨® de Vie, ir¨¢ a Nador a darle una sorpresa a su mujer y sus tres hijos. Despu¨¦s coger¨¢ el primer barco para Espa?a. "Mi familia necesita el dinero", afirma.
Pocos confiesan su voluntad de regresar. Tal vez sea cierto que alguno de ellos dej¨® Marruecos no por falta de trabajo, sino porque quer¨ªa "mejorar". As¨ª lo asegura Mohamed Ibini, quien denota una buena formaci¨®n cultural y habla franc¨¦s e ingl¨¦s: "Aqu¨ª vienen muchos europeos y cuando los vemos nos preguntamos ?por qu¨¦ no podemos hacer como ellos?". Pero la mayor¨ªa ni fue a Espa?a por turismo ni ganar¨¢ en Marruecos las m¨ªseras 400 pesetas por hora que cobraba en Vic
.Rumbo a Marruecos
"Apunta, sigue apuntando, que no pasa nada", dice el polic¨ªa marroqu¨ª que se pasea por el barco de la l¨ªnea Algeciras-T¨¢nger mientras sus compatriotas explican sus tragedias europeas. Mohamed Errahmeni le lanza una mirada de desconfianza. Muestra azuz¨¢ndole el certificado de residencia en Espa?a que le expidi¨® el Consulado de Marruecos, mientras rememora cori desprecio c¨®mo la polic¨ªa golpeo la puerta de su casa en Palafrugell (Gerona) cuando le fue a buscar. "Dej¨¦ maletas y dinero porque los guardias nunca dan tiempo para nada", afirma Errahmeni, a quien casi ni le consolar¨¢ ver el estir¨®n que ha pegado el hijo de meses que dej¨® en Marruecos hace dos a?os.
Faltan menos de 30 minutos v la costa de Africa se divisa con nitidez. Los ¨¢nimos se empiezan a calentar. Omar Ramhud, de 23 a?os, que fue detenido mientras dorm¨ªa, explica con rabia que, tras ser detenido, un polic¨ªa le, golpe¨® cuando pidio ayuda para aliviar el asma. Sald se hace el remol¨®n y el pofic¨ªa marroqu¨ª le empuja. T¨¢nger se divisa al fondo. Se hace el silencio. Despu¨¦s de atracar en el puerto, el grupo desaparece en un furg¨®n marroqu¨ª. Los repatriados han vueltoa ser detenidos preventivamente.
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